Recordando a Genesis P-Orridge a través de 10 grandes momentos

A Genesis P-Orridge, nacido como Neil Andrew Megson y transfigurado a lo largo de su vida en otros múltiples “neils” o “genesis”, le habría encantado poder vivir estas semanas de ensayo apocalíptico y disciplina férrea. Nadó en la provocación desde muy joven, llevando a cabo actuaciones extremas en su faceta más artística, amenazando el buen gusto imperante, desafiando todo lo que tenía por delante para liberar el arte más radical. Junto con Cosey Fanni Tutti fundaría COUM Transmissions, el vehículo con el que demolerían la civilización, como apuntó por entonces el parlamentario británico Nicholas Fairbairn. El colectivo, más centrado en el arte performativo más que en el sonoro, aunque también hubo de eso, provocaría reacciones en la conservadora sociedad británica, anticipando la rotura de barreras a la que llegaría el punk con el camino algo más allanado.

Más tarde entrarían en escena Chris Carter y Peter Christopherson, alías Sleazy, y fundarían en 1975 el que es, quizá, uno de los grupos más importantes de la escena underground y más extrema de toda la historia: los padres de la música industrial, Throbbing Gristle. No fue fácil su funcionamiento en el grupo, sobre todo por las tensiones internas que vivía con Cosey y que ya venían de hace años (se conocían desde tiempos escolares, fueron pareja y lideraron la destrucción de la civilización). Por eso, Throbbing Gristle no duró mucho más que seis años, echando el cierre en 1981. Cada uno por su lado, Cosey y Carter, pareja ya por entonces, siguieron como Chris & Cosey; Sleazy se reconvertiría con Coil; y Genesis fundaría Psychic TV.

Desde ese mismo instante, todo lo trascendental y oscuro de su figura pareció explotar. Fundó Thee Temple ov Psychick Youth, un colectivo de carácter ocultista y practicantes de la magia del caos que, junto con Psychic TV, le serviría como canal. Comenzó su gran transformación musical, manteniendo siempre la base industrial pero si hacerle ascos a todo lo que pudiera sonar. Se adentró hasta la cocina del acid house y cansado de experimentar con el arte y la música, comenzó su camino físico al tercer género. Conoció a Jacqueline Mary Breyer y comenzaron el proyecto Pandrogeny, modificando sus cuerpos para ser físicamente solo uno.

Se autoexiliaría en Estados Unidos tras las acusaciones de abuso de menores -de las que sería absuelto-, retornaría a sus raíces psicodélicas con Larry Trasher y probaría con el spoken word. Volvería a regañadientes para la reunión de Throbbing Gristle que duraría más de lo esperado mientras seguía endemoniando con Psychic TV. Su marcha deja un mito de la subversión y uno de los nombres claves para entender la música industrial y electrónica del último cuarto de siglo XX. Habría muchos, pero estos fueron algunos de sus momentos.

Throbbing Gristle, Second Annual Report, 1977: la primera grabación de Industrial Records

El primer lanzamiento de Throbbing Gristle lo fue también de Industrial Records, la discográfica creada por ellos mismos y que cimentarían el futuro de la música industrial. Curiosamente, Second Annual Report fue el primer testimonio de la banda en formato de disco (nunca hubo un first) y salió con el registro IR 0002 (el IR 0001 nunca existió). El cuerno y los arreglos de Cosey, las envolturas distorsionadas de Carter y Sleazy y la asfixiante voz de Genesis hicieron de esta rompedora obra seminal un auténtico hito en cómo se entenderían, a partir de entonces, los límites de la música.

 

Throbbing Gristle, directo en San Francisco, 1981: el cartílago deja de palpitar

Para 1981, Throbbing Gristle exhalaba y se desangraba entre disputas internas, con dos bandos claramente diferenciados y alguno de los componentes entre medias. Sin embargo, este concierto en San Francisco, el último de la primera encarnación de los británicos, supuso quizá el pleno apogeo de la banda. A veces ocurre y las cosas se dejan en lo más alto, como fue el caso. “Persuasion” y “Discipline” marcaron el final del mito, con un sublime y destructiva sinfonía de instrumentos y percusiones violados por Cosey, Chris y Sleazy, con Genesis P-Orridge inoculando su rabia y haciéndola presente a través de la reverberación de los micros, dejándose el alma tanto como el grupo se dejaría la vida justo después. Una pieza para la historia de la música industrial.

 

Psychic TV, The Final Academy, 1982: el inicio de la era psíquica

La salida de Genesis P-Orridge de Throbbing Gristle le llevó a formar Psychic TV junto con el ex Alternative TV Alex Ferguson. Su debut, The Final Academy, consistió en una performance en 1982 que conceptuaba su proyecto “final de estudios” y que homenajeaba (e incluía) a William S. Burroughs. Este sería un buen inicio a través de texturas sonoras, ejecución fluxus de instrumentos y alternativas dadaístas y surrealistas. Unas semanas más tarde, en noviembre, aparecería Force the Hand of Chance, el primer lanzamiento como tal de una banda que iría evolucionando tanto en formación como en estilo a lo largo de los años.

 

 

Psychic TV, directo en La Edad de Oro, 1984: conexión española

Sí, Psychic TV tuvo su momento en la televisión pública española. Como un privilegio que solo pudo ocurrir cuando existía libertad creativa de verdad, la banda de Genesis P-Orridge descargó “Enochian Calls”, “I Like You”, “Southern Comfort” y “Starlit Mire” ante una audiencia igual de entregada que absorta en los ritmos industriales y las distorsiones guitarreras que animaban, según decían, a la introspección y a descubrir el potencial individual. Flanqueados por una enorme cruz psíquica de monitores de televisión, un elemento del que el mismísimo Nam June Paik estaría orgulloso, el directo se emitió en octubre de 1984 y contó, además, con la participación de Jordi Valls -con el que ya había coincidido en su primera etapa de Psychic TV, amén de lo que muestran algunas fotos de la época, cuchillo en mano y camiseta ensangrentada- y su memorable performance bajo el nombre de Vagina Dentata Organ. También anduvo por ahí el cineasta Derek Jarman, al que se le comisionó un corto, de nombre “Catalan”, en connivencia con los artistas invitados al aquelarre.

 

Psychic TV, “Godstar”, directo en The Tube, 1986: viernes tarde en Channel 4

Hacia mediados de los 80, Genesis P-Orridge comienza a coquetear con unos sonidos más accesibles. Alejándose progresivamente de la experimentación más cruda, aunque manteniendo todavía cierta novedad en su propuesta, Psychic TV llegó a acercarse incluso a la estética más neorromántica. “Godstar” fue su homenaje a Brian Jones, “uno de los Rolling Stones”, fruto de una jugada del subconsciente en una de sus visitas a Manchester, y que ensalzaba la figura con la historia más oscura de la banda británica, y al que parece llegó a conocer una vez. En 1986, fueron invitados al popular The Tube, emitido en Channel 4 (los mismos que le acusaría años más tarde de abuso infantil, cargo del que fue absuelto). Este tema fue el principal reclamo de aquel programa, paradigmático de esa época tanto en lo sonoro como en lo estético.

 

Prychic TV, Tekno Acid Beat, 1988: this is acid!

Este disco es una oda al acid house: Genesis P-Orridge se mete de lleno, construye, rinde homenaje y participa de uno de los movimientos que popularizarían la música electrónica entre las masas. Aun con ciertos episodios de los Psychic TV de inicios y mediados de los ochenta, Tekno Acid Beat se centra en los sonidos que llevarían a miles de personas a abarrotar las pistas del Reino Unido. Como curiosidad, este lanzamiento apareció como un álbum recopilatorio con temas de diversos productores, a pesar de que todo era producto de la versatilidad de Genesis P-Orridge.

 

Exile & Exhileration, 1992: autoexilio y spoken word

Tras ser acusado por abuso infantil y satanismo, de los que sería finalmente absuelto, Genesis P-Orridge decidió no volver al Reino Unido (estaba en Nepal) y marcharse a Estados Unidos. Este hecho marcaría un nuevo inicio en su vida y durante los primeros años en Norteamérica comenzó una serie de perturbadores videos que mezclaban experimentación audiovisual y spoken word. En ellos ya avanzaba la instrumentalización de la tecnología para perpetuar la distopía, el control y la manipulación política, el papel de lo espiritual, el fallo de la democracia y la instauración de diversas hiperrealidades.

 

Splinter Test, Sulphur Low Seed Replication, 1997: el ocaso de la etapa Trasher

En los años 90, Genesis P-Orridge aunó ideas con Larry Trasher, un productor y miembro de los más experimentales de todos los que orbitaban su esfera. Bajo Splinter Test, nombre que hace referencia a un ensayo relacionado con la magia holográfica, se publicaron, además de trabajos anteriores de Psychic TV, algunos álbumes orientados a la electrónica, reminiscencias acid house, cierto misticismo psicodélico, repetitivas estructuras y experimentos vocales. Sulphur Low Seed Replication fue el último lanzamiento bajo esa nomenclatura, en 1997.

 

Throbbing Gristle, directo en Astoria, 2005: el regreso de Throbbing Gristle

El retorno de Throbbing Gristle a mediados de los dos mil supuso una de las noticias más inesperadas y, por tanto, esperadas por una legión de seguidores que había crecido en los últimos veinte años y pico siguiendo el mito. Las rencillas personales, las difíciles relaciones y el choque de personalidades no fue una barrera para que varios museos, teatros y salas disfrutasen, hasta 2010, de la presencia de los destructores de la civilización. El resultado (su intervención en el Astoria es, de alguna forma, paradigmática) fue extraordinario: mientras se cocían nuevos roces en la formación, el público permanecía ajeno y atónito en el mundo del miedo, la subversión, muerte y caos que parecían seguir construyendo unos actualizados (al menos tecnológicamente) Throbbing Gristle.

 

PTV3, directo en Astra, 2018: su última actuación.

Berlín fue la última ciudad que vio a Genesis P-Orridge subirse a un escenario. Aunque con un repertorio más calmado, PTV3 (la enésima reencarnación de proyecto Psychic TV) dejó margen también para la innovación y la experimentación, si bien más depurada en su entrega. Aunque visiblemente cansada, todavía tenía mucho que decir. Un público incondicional y una banda que le acompañó en sus últimos años en los escenarios fueron su mejor entorno (aunque siempre le faltaría Jacqueline) para decir adiós, esta vez sí, definitivamente.

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