Libro: Rockeras (Ma Non Troppo)

Anabel Vélez (Santa Coloma de Gramanet, 1975) es periodista especializada en música y cultura, melómana e incansable devoradora de libros y películas. Además de ser editora-jefe de la web Culturaca, colabora habitualmente en diferentes publicaciones online y en papel, entre ellas la prestigiosa y veterana revista Ruta66. También ha hecho radio, son sus programas y colaboraciones pivotando siempre alrededor de la música o del cine. Le faltaba escribir un libro. Hasta ahora.

Anabel es, además de todo lo relatado en el párrafo anterior, una persona que desea que algún día no sea necesario clamar por la igualdad de trato entre hombres y mujeres. Como parece que eso es algo todavía bastante lejano, ella intenta poner su grano de arena para conseguirlo en cada actividad que realiza. Rockeras, las protagonistas de la historia del rock (Ma Non Troppo, 2016) es su primer libro y también un grito de atención: “¡Hey! ¡El rock no es sólo cosa de hombres!”. Partiendo de su propia experiencia, tal como explica desde la primera línea de la introducción, va desgranando una historia del rock que no es exactamente como nos la habían contado. Una historia que Anabel abre con una frase casi bíblica: “Cuando los ingredientes de la pócima del rock and roll se mezclaron, las mujeres ya estaban allí”.

portada rockeras

A lo largo de la introducción la autora nos hace ver que, en efecto, las mujeres siempre han estado ahí. Primero cantando en las iglesias, sí, pero, ¿acaso no son esas iglesias, y  los campos donde trabajaban, los lugares en los que se pusieron las primeras semillas del rock and roll, las que hicieron germinar y desarrollarse el blues, el góspel y más tarde el R&B? Algunas de aquellas mujeres pasaron de la iglesia a la carretera, convirtiéndose en verdaderas pioneras. En el texto aparecen los nombres de Lavern Baker o Ruth Brown, y más adelante los de Sister Rosetta Thorpe, Big Mama Thornton… Y tras ellas Billie Holiday, Bessie Smith o Memphis Minnie. Pasamos a través de unos años 60 que se inauguran con el triunfo de los grupos de chicas, todavía a la sombra de los hombres que manejaban sus carreras, pero empezamos a ver como los nombres femeninos empiezan a codearse con los masculinos en la lista de compositores de éxito, con Carole King y Ellie Greenwich a la cabeza. Para cuando llegan los 70, ya tenemos a Janis Joplin, Tina Turner, Joni Mitchell, Aretha Franklin

Hablar de los 70 es hablar de punk y hard rock, y Anabel explica en la introducción como, aunque parezcan géneros especialmente masculinos, el papel de mujeres como Patti Smith, Poly Styrene, Suzi Quatro, The Runaways, Debbie Harry o Siouxsie fueron tan importantes como los de cualquier hombre que se nos pueda ocurrir, al menos para abrir hueco en un mundo que, sobre todo en aquellas épocas, se resistía a la asimilación femenina en condiciones de igualdad. Son muchas las injusticias que sufrieron las que se atrevieron a intentar abrir un camino que siempre encontraban lleno de obstáculos. Los 80 y los 90 fueron días de gloria para el rock alternativo, y ahí estaban Kim Gordon o Kristin Hersh, también Bikini Kill, L7, Babes in Toyland, Sleater-Kinney, The Breeders…, además de nombres como los de Sheryl Crow o Alanis Morisette dando el salto hacia el éxito comercial.

Tras leer la introducción queda claro que obviar el papel de las mujeres en el rock es mutilar su historia, negar unas aportaciones que en muchas ocasiones fueron decisivas. Por si quedara alguna duda, a partir de ese momento el grueso del libro está dedicado a enumerar a todas aquellas pioneras y rebeldes del rock que, con su vida, obra y esfuerzo, consiguieron hacerse un hueco en la historia de la música popular. El criterio es amplio, ya que no hay solo rock sino también folk, country o soul. Tampoco se da excesiva importancia al éxito popular, aunque es un factor importante, pero quizás lo es más la contribución personal, la lucha contra las dificultades impuestas, la apertura de sendas que otras mujeres pudieron andar después con más comodidad. Es una lista que va, alfabéticamente, desde Tori Amos a Thalia Zedek, y cronológicamente desde las pioneras del blues y el góspel, como las mencionadas anteriormente, hasta algunas de las integrantes de las nuevas generaciones que están llamadas a tomar el relevo de los nombres míticos, como Courtney Barnett o Lydia Loveless. Cada nombre viene acompañado por un texto en el que, de una manera breve y casi enciclopédica, se desgrana su trayectoria y se mencionan sus trabajos más importantes. Son más de 200 páginas que hacen que se eche de menos un índice con los nombres mencionados y las páginas donde encontrarlos.

Un apartado más breve hace referencia a algunos de los nombres femeninos más importantes procedentes de nuestro país y de América Latina. Se trata de un listado muy corto pero interesante, ya que junto a las habituales en estas listas (Alaska, Ana Curra, Christina Rosenvinge, Vainica Doble…) hay espacio para otras artistas tal vez menos recordadas y plenamente reivindicables como Mercedes Ferrer, para nombres populares en Latinoamérica y escasamente conocidos aquí, como María Gabriela Epumer, Denise o Fabiana Cantilo, y también para las mujeres que vienen pegando con fuerza en los últimos años, como Soledad Vélez o Maika Makovski. Se echa en falta mayor profundidad en esta sección, deja con ganas de más. ¿Habrá quizás segunda parte dedicada a artistas nacionales?

A lo largo del libro, quizás por su carácter divulgativo, se queda uno con ganas de que Anabel muestre sus cartas boca arriba, dejando más claras sus preferencias y recomendaciones. Conociendo su trayectoria y la pasión que pone en todo lo que hace, seguro que serían muy jugosas. Por eso se agradece mucho el listado de 50 discos recomendados que aparece hacia el final del libro, donde la autora, ahora sí, se moja a la hora de recomendar un álbum, uno sólo, de algunas de las mujeres que aparecen en el libro. Llega el momento de recordar clásicos como Pearl de Janis Joplin, Tapestry de Carole King, Parallel Lines de Blondie, Private Dancer de Tina Turner y algunos otros, y también el de descubrir o redescubrir otros discos casi de culto entre los aficionados a la música independiente pero prácticamente desconocidos para el gran público: Little Earthquakes de Tori Amos, Eli and the Thirteenth Confession de Laura Nyro o Exile in Guyville de Liz Phair.

Rockeras es un libro al que se puede acudir en busca de información, de hecho es el formato por el que apuesta la colección Guías de Rock and Roll en la que se incluye, pero también se presta a ser leído a la manera tradicional, degustando cada entrada, recordando nombres difusos en la memoria y viendo pasar ante nuestros ojos una buena parte, tan importante como cualquier otra, de la historia del rock.

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La autora, Anabel Vélez (Foto de Jordi Vidal)

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