The New Raemon & McEnroe + Fira Fem (Teatro Circo Price) Madrid 27/01/17

Noche madrileña fría y lluviosa –muy acorde con el título del disco protagonista de la velada- para disfrutar en el coqueto escenario del Circo Price de la presentación en vivo de Lluvia y truenos (16), el trabajo que grabaron el pasado año The New Raemon y Ricardo Lezón de McEnroe a medias.

Abrieron fuego Fira Fem, reconvertidos en dúo y defendiendo nuevo disco, Vida Nueva (17). Menos orgánicos y más sintéticos, la verdad es que tendremos que tomarnos nuestro tiempo para digerir el cambio de timón tras la buena senda marcada hasta el momento.

Sin llegar a las cotas de excelencia de anteriores obras magnas de ambos artistas –eso es casi del todo imposible hasta para ellos mismos en sus respectivas carreras- Lluvia y truenos es un buen disco, quedaba ver cómo defenderían sobre las tablas la propuesta y si la química fluiría.

Y vaya si lo hizo. El sentido del humor y las salidas de tono de Ramón casan a la perfección con la timidez entrañable de Ricardo, entre ambos forman un tándem emocionante y compensado.

Comenzó sonando la melancólica “Lluvia y truenos”, seguida de la -a mi juicio- prescindible “Montañas” para, acto seguido, rompernos todos los esquemas en uno de los momentos más escalofriantes del concierto: “La carta”. Y es que Ricardo Lezón, sin desmerecer el trabajo aportado por el catalán, está especialmente inspirado con su aportación a Lluvia y truenos. Imposible no compartir la canción con nuestras lágrimas cómodamente instaladas en la oscuridad del recinto. El vasco también nos hizo de las suyas con “Barcos” y la otra gran pieza magna del disco a pachas: “Por fin los ciervos”. Sublime.

La sintonía musical entre los dos también fue perfecta, sirva como ejemplo la engrasada “Mala Sombra” y la muy bonita “Gracia”, dos de los momentos más animados del repertorio. Ramón estuvo muy cómodo durante todo el show y lanzó con especial acierto dardos envenenados como el de “Espantapájaros”, dedicada a la “peor persona que he conocido en mi puta vida”. Me llama especialmente la atención como, muy especialmente desde Oh, Rompehielos (15), el cancionero de The New Raemon ha ido incluyendo canciones que muestran reproches durísimos hacia sus objetivos. La verdad es que tengo curiosidad malsana sobre por dónde irán los tiros de su próximo disco.

La banda de acompañamiento, la habitual a groso modo que lo hace con Ramón, cumplió su labor con soltura, aunque me resulta imposible no destacar la figura poliédrica y multicolor de Marc Clos a las percusiones (soy muy fan, igual que Ramón. Y también de Nueva Vulcano, nos ha jodido).

Y tras “El Cristo de los faroles” según Ricardo “una canción de amor que quise hacer normal y me salió la más rara que he compuesto en mi vida”, vendría lo que todos estábamos esperando: las sorpresas e interacciones más allá del disco expuesto y esperado.

Y fue entonces cuando nos caímos de espaldas ante uno de los conciertos más maravillosos, bellos, emocionantes y especiales que recuerdo en muchísimo tiempo. Cómo no sentir un nudo en la garganta mientras aflora la frondosa hermosura exultante de “Rugen las flores” o ver intercambios tan especiales como tener a Ramón cantando “Caballos y palmeras” o a Ricardo haciendo lo mismo con “Lo bello y lo bestia”. Pero, claro, lo que ya no podía imaginar era un broche a tal altura emocional como lo fue “La Palma”, cantada con el alma por Ramón y exuberante en su trazo musical. Muchas gracias por todo esto, hermosos.

(La foto es de la actuación de McEnroe el pasado Bilbao BBK Live)

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