Virginia Maestro

No cambiaría nada, me gusta la persona que soy y la mujer en que me he convertido

Virginia Maestro, antes Virginia Labuat o simplemente Labuat, tiene un nuevo disco en el mercado, «Blue Bird». En una carrera que ha vivido grandes cambios, este último parece ser el definitivo: se ha desligado de Sony, ha optado por el crowdfunding y se ha decidido finalmente por publicar sus discos con su verdadero nombre. Hace algunas semanas la propia Virginia estuvo contando directamente a nuestros lectores, en un diario de viaje, su gira por Nashville en la que estuvo presentando el nuevo álbum. Ahora, a su vuelta, hemos hablado con ella de todos los cambios que ha vivido este último año.

Volvemos a hablar dos años después de Night & Day (Sony, 2013) y de nuevo has cambiado de nombre artístico. De hecho, ya no tienes nombre artístico y te presentas por primera vez con tu nombre real. ¿Es una especie de vuelta a los orígenes, a tu verdadero yo tanto personal como musical?

Más o menos. El cambio de nombre es algo que quise hacer del primer al segundo álbum pero Sony no estuvo de acuerdo. A la mejor negociación que pude llegar fue a «Virginia Labuat», así que acepté. Ahora mi nombre artístico coincide con mi nombre real porque es lo más coherente para mí. La que está a frente del proyecto soy yo y así ha sido prácticamente desde el comienzo. Es un cambio natural, nada más. Estoy feliz de haberlo hecho finalmente.

Tengo delante de mí las portadas de Night & Day y la de tu reciente nuevo disco, Blue Bird (Autoeditado, 2015). El contraste entre ambas es brutal. En la foto de Blue Bird apareces natural, casi sin maquillar, incluso con el pelo un poco descuidado. Me imagino que es una imagen muy estudiada, como diciendo «esta soy yo de verdad».

Jejeje, sí lo es. Me ha costado mucho decidirme por las fotos que quería mostrar. Tenía muchas y muy buenas, aunque suene pretencioso. Me ha resultado complicado escoger la imagen que quería transmitir. Natural sin lugar a dudas, pero, ¿transmitiendo qué? Me decidí por la versión definitiva por lo que a mí me dice. Si te fijas, más allá de que apenas estoy maquillada, y efectivamente no hay peluquería, ves una imagen que te habla de la soledad (con todo lo que eso encierra), con fuerza, sensibilidad y al mismo tiempo fragilidad. Pero más allá de eso veo valor, que es lo que he sentido todo este año tras superar cada reto y cada etapa. Puedo decir a día de hoy que tengo entre mis manos «Blue Bird», el disco del que más orgullosa me siento de toda mi carrera, y que sin duda ha sido todo un acto de valentía. Una vez más la fotografía corre a cuenta de Christian Gamdek, el mejor fotógrafo que jamás me haya encontrado, o no sé si es mejor decir que es el que mejor ha sabido verme.

Has optado por abandonar el paraguas de Sony y lanzarte por tu cuenta. ¿Se pueden explicar los motivos? Con Night & Day estabas bastante contenta por la libertad creativa que te habían dado. ¿Qué cambió posteriormente para que rompierais vuestra relación?

Me gusta la palabra que has utilizado, paraguas. Te lo cuento sin ningún problema, de hecho ahora me alegro de esta ruptura por todo lo que he experimentado desde entonces y sigo experimentando a día de hoy. Honestamente nuestra relación se enfrió bastante del año 2013 al 2015. Cuando llegó el momento de pensar en el siguiente álbum preparé una maqueta en directo con mi banda. También les expliqué que, aunque muy agradecida por todo lo que habían hecho hasta aquel momento por mi carrera, si no había una mayor implicación con este álbum y su desarrollo, de corazón prefería continuar sin ellos. Me había resultado muy amargo desarrollar en soledad «Night and Day» aunque en teoría estuviéramos ligados. Fue algo que pensé durante mucho tiempo y que realmente me fue difícil decir en voz alta, sentía mucho vértigo, pero no podía permitirme seguir en esa duda arrastrada por los miedos. Así que lo dije y mi propuesta era inamovible: o aceptaban mis necesidades artísticas, o seguiría mi camino por cuenta propia. Un mes más tarde Javier Portugués, mi querido Portu (al que siempre querré por ser una de las personas que más me ha motivado en esa compañía) me llamó y me comunicó que no estábamos de acuerdo y que me liberarían de los contratos amistosamente. Fue una tarde muy triste para mí, pero fue el comienzo de algo maravilloso y, como siempre pasa en la vida, yo ni siquiera lo sospechaba en aquel momento. Así que ahora, a toro pasado, no me queda otra que sentirlo como algo bonito.

¿Cómo se lleva pasar de una multinacional al crowdfunding? Supongo que será duro, pero también me imagino que ver el cariño de los fans concretado en la financiación de tu trabajo debe compensarlo.

«La excesiva grandeza debe siempre infundir temor» o algo así dice la frase célebre de Ovidio ¿no? Pues bien, tienes razón, muy duro: vértigo, miedo, todo cambio brusco asusta a cualquiera, y a mí también. De pronto mi vi al frente de TODO, sola por primera vez, o más bien de nuevo pero esta vez de un modo muy diferente. Me convertí en empresaria de cada departamento, y a veces la presión no la gestiono del todo bien hasta que me he enfrentado a ella en numerosas ocasiones. Aún así tengo la fortuna de tener a mí alrededor gente que me quiere bien y que se ha implicado mucho en el proyecto y que me ha tendido la mano.

Si hablamos de este momento ¿qué puedo decir? Es una gozada, mucha responsabilidad, pero una gozada al fin y al cabo. Sentir el respaldo de mis fans, haber tenido el éxito que tuvo el crowdfunding, supuso el primer llanto de felicidad en mi vida. «Algo bueno he debido hacer todo este tiempo para que depositen tanta confianza en mí» pensé, y eso me ha dado el suficiente aliento como para tomar impulso y continuar. Me gusta ser el punto en el que todo empieza y acaba, ser dueña de cada decisión relacionada con mi carrera, siempre lo he sentido así. Claro que compensa.

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Creo que es la primera vez que repites equipo de producción. ¿Has encontrado en Berni Calvo un alma gemela en cuanto a forma de sentir y entender la música?

La verdad es que sí, absolutamente. Antes de «Blue Bird» sentía que mi mejor álbum era «Night and Day». Berni fue la persona que produjo y grabó ese álbum y en consecuencia se convirtió en la única persona en la que confiaba al cien por cien para hacer el siguiente. Además Berni se ha implicado mucho, desde animarme en la composición hasta el último detalle de la mezcla. Él sabe entenderme y me respeta, extrae lo mejor de mí, siendo muy exigente y llevándome a sitios que ni yo misma conozco de mí. Aprendo mucho trabajando con él y eso me ayuda a crecer inevitablemente. He tenido la gran suerte de encontrar a un verdadero amante de la música que sabe comprenderme y que está tan implicado como yo en mi carrera. Así que sí, es mi alma gemela.

Tus nuevas canciones siguen tomando como referencia la música americana de raíces, pero esta vez habéis optado por una producción algo más actual, más refrescante. Hay toques retro, pero quizás son menos evidentes que en tu anterior disco.

Es cierto, hay mucha frescura y colorido en este álbum. Hemos trabajado las canciones con la banda en el estudio, cada uno hemos aportado lo mejor de nosotros mismos, sin complejos ni reservas. Bernardo es quien lo ha grabado, una vez más lo ha vuelto a hacer y se ha superado a sí mismo, y yo por mí parte siento que he puesto todo de mí. Hemos ido desarrollando las canciones a fuego lento, esa es otras de las cosas extraordinarias que han sucedido con «Blue Bird». Yo sabía que quería que tuviera influencias retro porque las tiene desde las composiciones, pero también tenía claro que necesitaba un sonido moderno y actual. Y así ha quedado, maravillosamente como dices tú, refrescante.

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Da la sensación de que suenas más feliz, más libre. En canciones como la que habéis escogido como single, «Make it alright», se escucha a una Virginia juguetona, seductora, divertida.

Jejejje, es cierto. El single suena juguetón y divertido, curiosamente nace de la rabia pero con el tiempo una se vuelve más benevolente con las espinitas del pasado. También es cierto que buscar mi camino y encontrarlo ha sido difícil, pero cuando lo he hecho me he sentido muy feliz y eso se percibe en la grabación. Debo confesar que tuve mucho tiempo para grabar las voces y eso me permitió familiarizarme mucho con las canciones y lo que de ellas quería extraer y lo que creí oportuno transmitir. Encontré el estado de cada una a raíz del trabajo en el estudio, una vez más. Hay muchas caras de mí en el disco además de la seductora y divertida: melancolía, nostalgia, rabia, pena, valentía, desesperación, dulzura… He puesto todo de mí, es un disco que confiesa muchos rincones de mí misma en los que no me había reconocido nunca.

Por eso mismo, por esa sensación de libertad, quizás también sacas a relucir tu lado más sensual, más sexy musicalmente hablando. Es un aspecto, el de jugar y seducir con tu voz, que en mi opinión hasta ahora no habías explotado demasiado.

Es cierto, es una parte de mí que siempre ha sido natural en mi vida pero por algún motivo sentía pudor al mostrarlo públicamente, como si sintiera que debía de disculparme por ello, por utilizar ese recurso. Esta vez ha sido al contrario, necesitaba mostrarme, liberarme y ha surgido así, como una necesidad, tanto el lado más sensual como otros que aparecen en el álbum, desde las letras hasta la interpretación, pasando por la fotografía, el videoclip o cualquier otro aspecto. «Blue Bird» es muy natural y pasional, he conseguido dejar a un lado muchos complejos porque, ¿por qué no?

Con «Night & Day» hablabas de la necesidad de encontrarte a ti misma, de sentir finalmente que un trabajo era tuyo al 100%. ¿Lo conseguiste entonces? ¿Y ahora?

Lo conseguí con la Virginia (por raro que me resulte hablar de mí en tercera persona) de entonces. Desde «Night and Day» ha habido grandes cambios en mi vida y la experiencia nos cambia. La libertad ha sido casi la misma, el nivel de exigencia sí he de reconocer que se ha disparado como nunca hasta ahora, quizás eso también se note. En 2013 quería encontrar un sonido con el que me sintiera identificada al cien por cien y lo conseguimos, y en este momento mi objetivo era el mismo, solo que mis ojos estaban mirando en otra dirección. Cada disco resume una etapa de mi vida, hacerlo a través de mis canciones es algo mágico. Y sí, con «Blue Bird» he alcanzado un nivel de libertad absoluto. Ha sido toda una experiencia, muy reveladora.

A estas alturas supongo que todos nuestros lectores son conocedores de tu pasado y de tu evolución en estos años. ¿Compensa haber preferido el camino difícil antes que la más cómoda senda por la que podías haber transitado todo este tiempo? ¿Volverías a hacerlo?

Yo no sé qué persona sería a día de hoy de no haber vivido todas y cada una de las experiencias acumuladas, imagino que algo distinta. Ha sido un camino difícil de entender y gestionar emocionalmente en muchas ocasiones, lo reconozco. También he vivido momentos que me han hecho sentir cosas extraordinarias, porque eran circunstancias extraordinarias, y me siento muy orgullosa de haber tenido el arrojo de haberme lanzado a ellas. He conocido personas increíbles que me han enseñado mucho, más de lo que ellas mismas creen, me he sentido realmente viva. Y eso para mí siempre ha sido una necesidad.

La verdad es que miro hacia atrás en el tiempo y me veo con 20 años soñando con algunas de las cosas que he alcanzado. Vuelvo a mirar a mis 26, y alucino porque fui tras ellas y las conseguí. Y me sorprendo más cuando me veo a día de hoy con todos los logros acumulados, con todo lo que me he entregado a mi carrera, con la forma en la que he dado cada paso, y siempre siendo fiel a mí misma, a mis principios. No cambiaría nada, me gusta la persona que soy y la mujer en que me he convertido. Todo lo que he hecho ha sido por puro instinto, por amor a la música y con todo mi corazón, y los que me conocen saben que es así. Es mi discurso para seguir adelante cuando tengo malos días. No cambiaría nada. Habré acertado más o menos, pero he aprendido grandes lecciones que me han hecho ser quien soy, que me han ayudado a tomar muchas decisiones que me han llevado hasta aquí. Me siento feliz en este momento, feliz de verdad, y para mí eso es lo que importa.

(Los dibujos que acompañan la entrevista son obra de Christian Gamdek)

Virginia Maestro estará presentando Blue Bird desde este mismo viernes. Estas son las fechas de su gira española:
Noviembre:
13 Valencia – Sala Matisse
20 Sevilla – Sala X
21 Cádiz – Supersonic
25 Madrid – Matadero
28 Madrid – Sala El sol
Diciembre:
19 Diciembre Zaragoza – El Poeta Eléctrico
26 Gandía – Pub Dublín
Enero:
15 Búho Real – Madrid
Febrero:
5 Barcelona – Bikini
18 León – Gran Café
20 A Coruña -Sala Mardi Gras
21 Vigo – Fabrica de chocolate
27 Murcia – 12 y Medio
Las entradas pueden conseguirse en entradium.com

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