Weezer – Weezer (White Album) (Atlantic)
A estas alturas y atendiendo al bagaje dejado por el grupo en la última década, la publicación de un nuevo disco de Weezer no invita a pensar en innovaciones sonoras ni sorpresas inesperadas. La suya continúa siendo la apuesta segura por ese indie-pop con nervio que resulta reconocible por lo musculado de la instrumentación y la eternamente juvenil interpretación de Rivers Cuomo.
Sólo resta comprobar, por tanto, si el álbum en cuestión pertenecerá al conjunto de sus obras excusables (aunque normalmente agradecidas) o si, por el contrario, el cuarteto habrá conseguido materializar una de sus épocas inspiradas. Y es que el bagaje de los norteamericanos en los últimos años ha oscilado casi a partes iguales entre ambas secciones, dejando destacados como Weezer -aka The Red Album– (2008) o Everything Will Be Alright In The End (2014), junto a prescindibles del tipo de Raditude (2009) y Hurley (2010).
Weezer -aka The White Album– (2016) pertenece definitivamente al primer grupo, el realzar unas cualidades que reaparecen con fuerza. El combo parece inmerso en una eterna juventud donde el sol siempre brilla con fuerza a lo largo de temas como “(Girl We Got A) Good Thing”, “California Kids”, “Thank God for Girls”, “King Of The World” o “L.A.”. Un poderío suficiente a la hora de sacar la sonrisa satisfecha de cualquier fan, más de veinte años del enganchón a aquel debut sobresaliente que fue Weezer -aka The Blue Album– (1994).
En el disfrute del presente elepé puede haber parte de esa melancolía surgida al reencuentro con una voz tan reconocible como la de Cuomo, pero también puntúa al alza el ritmo ininterrumpido, las guitarras aguerridas, y un gamberrismo que continúa resultando creíble. Y es que escuchar nuevas canciones de Weezer continúa siendo un placer, por mucho que éstas suenen como siempre. O quizá precisamente por eso.