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25º aniversario del FIB: Los conciertos más recordados

El FIB cumple 25 años y en Muzikalia vamos a echar la vista atrás para recordar algunos de los momentos más recordados de su historia. Desde los inicios de nuestra revista en 2000 te hemos dado cuenta de lo que se cocía en el evento castellonense y por ello, en las próximas semanas, mientras se acerca su edición de 2019, dedicaremos una serie de artículos especiales a los muchos momentos que hemos vivido en el festival.

Arrancamos con una selección de 20 conciertos memorables que durante estas dos décadas y media (pásate por su colección de carteles para recordarlas), quedaron marcados en las retinas de parte de los miembros de nuestra redacción. Cada concierto es especial y seguro que todos los asistentes tienen el suyo propio. Nosotros te invitamos a echar la vista y a rememorar algunos de ellos:

The Jesus & Mary Chain (FIB 1996)

Los afortunados, y ya viejos, que estuvimos en la segunda edición del FIB, por aquel entonces: Benicàssim 96 Festival internacional de música independiente, disfrutamos de unos hermanos Reid en estado de gracia y hasta simpáticos con sus seguidores. Tanto es así, que el día anterior de su concierto oficial – ellos tocaban el sábado – dieron una sorpresa en forma de concierto/prueba de sonido, para los que estábamos a primera hora pisando el inmisericorde suelo del velódromo de la ciudad. Cosas de la tierna edad o no, el caso es que al que esto suscribe los dos conciertos de The Jesus & Mary Chain, me siguen pareciendo los dos mejores de la banda que he visto. Y han sido unos cuantos.

Fernando del Río

Chemical Brothers y Orbital (FIB 1996)

Durante la madrugada del domingo 4 de agosto de 1996, The Chemical Brothers y Orbital inauguraron en Benicassim una alianza entre el pop y la electrónica que marcó el futuro del festival y de todos los que vendrían después. Era la segunda edición de un popero Benicassim (con Joako Ezpeleta y Luis Calvo aún en la organización), cuando se decidió que la vanguardia del big beat británico cerrara el festival. El calor había sido axfisiante durante todo el fin de semana y las fuerzas estaban muy justas, pero cuando empezaron a sonar las primeras canciones de Tom Rowlands y Ed Simons, el Velódromo pareció resucitar. Para cuando terminaron de presentar el Exit Planet Dust, cientos de poperos se habían pasado ya al lado oscuro del bombo y ya no querrían ver ni de lejos una guitarra en el resto de su vida. Orbital fueron capaces de mantener al público eufórico y enardecido y remataron desbocados la noche más salvaje de la historia del festival.

Daniel Grau, un año después recogía en El País un testimonio que lo resume muy bien: “También el tecno, que ya dispone de escenario propio, tiene sus incondicionales. «La actuación de Orbital y Chemical Brothers del año pasado fue lo mejor. Este año he decidido volver por eso; porque el pop ya me parece demasiado aburrido y repetitivo. Pienso pasarme todo el festival bailando en la carpa», exclama una joven con innumerables perforaciones (o piercing) por todo su cuerpo y el cabello anaranjado.”

Iñaki Espejo

Björk (FIB 1998)

La Björk de Homogenic (97) alcanzaba su punto exacto de madurez, aunando emoción e inquietud experimental. Ensoñador momento que disfrutamos en otro de esos shows con la capacidad de detener el tiempo, congelar los corazones y llevarnos tan lejos como sólo algunos artistas son capaces. Majestuosidad singular y maravillosa. Hasta Raimundo Amador se unió a la celebración.

Raúl del Olmo

foto: Thomas Arnbo

The Jon Spencer Blues Explosion (FIB 1999)

A finales de los 90 el FIB era la cita indie por excelencia. Todo aquél interesado en este tipo de música tenía en el evento de Benicàssim ese escaparate donde sus deseos se hacían realidad. No faltaban a la cita Blur, ni Suede, Manic Street Preachers o The Charlatans. El indie de manual campaba a sus anchas en un cartel por aquél entonces inigualable en nuestro país. Pero hete aquí que en 1999 se coló en el mismo la genial formación liderada por Jon Spencer, cuyo nombre se vislumbraba en el cartel entre Cinerama y Kula Shaker. El trío tomó el entonces llamado Escenario Maravillas desplegando una descarga apabullante de rock crudo y primigenio. Los allí presentes quedaron embelesados ante tal burrada, que llegaba con la gira de un glorioso Acme (1998). Tras el concierto, sin duda el mejor de aquella edición y uno de los más recordados de su historia, muchos salimos disparados a buscar a las tiendas de discos que por entonces se encontraban el mercadillo del festival algún álbum de los norteamericanos.

Amaia Prados

 

Mogwai (FIB 2001)

A comienzos de siglo el post-rock en general y Mogwai en particular parecía que iban a cambiar el mundo. No fue para tanto, pero mi vida sí que la cambiaron. Llegué al concierto sin conocerlos y salí de allí con la rotunda fe del converso y mi inocencia juvenil hecha añicos. “My father my King” fue el extenso clímax de su gloriosa ceremonia de ruido, distorsión y silencios. Por conciertos como este el FIB es lo que es. O lo que era.

Edu Cornejo

PJ Harvey (FIB 2001)

La PJ de Stories from the cities, stories from the sea (00), llegó en lencería de cuero y tacón de aguja para empoderarse por encima de cualquier definición que se le acerque. Desatada o introspectiva como años antes desde la misma plaza defendió su huidizo Is this desire? (98), su personalidad rubrica un discurso rotundo, inapelable y magnético. Jefaza.

Raúl del Olmo

Orbital (FIB 2001)

Aunque el festival ya había dado muestra, desde casi sus comienzos, de sus aperturas de miras musicales, introduciendo música de baile y techno, un servidor no se acostumbraba a ver a unos tíos diciendo que tocaban en directo, sin empuñar una guitarra o aporrear una batería. A pesar de que el FIB de ese año estuvo plagado de conciertos míticos que han quedado en la memoria de muchos (y de los que también hay documentación audiovisual) léase: Pulp, PJ Harvey, Mogway… me quedo con el set que hicieron Orbital, con sus paradas entre canción, para recuperar los “beats” y las secuencias de sus trastos (de esto me enteré a posteriori) y con su broma de hacer con que estaban haciendo “playback”. Desde aquel entonces, me infunde el mismo respeto una guitarra que un secuenciador Korg. Gracias, hermanos Hartnoll.

Fernando del Río

The Cure (FIB 2002)

Aún con la resaca en vena de ese auténtico tratado del (des)amor que fue Bloodflowers (00), los The Cure más densos, oscuros y emocionantes subieron al escenario principal de Benicàssim para obrar un concierto de una intensidad épica sin parangón. Servidor terminó con la mandíbula desencajada de llorar. Literal.

Raúl del Olmo

 

Tindersticks (FIB 2004)

En 2004 el FIB celebraba su décimo aniversario con un cartel memorable. La historia viva de la música se daba cita en el recinto de Benicàssim en una edición absolutamente mágica, en la que ídolos de antaño como Brian Wilson, Arthur Lee with Love, Kraftwerk o Lou Reed, compartían cartel con bandas consagradas como Pet Shop Boys, Primal Scream, Teenage Fanclub, Lambchop o un Morrissey que finalmente no actuó. Allí también estaban las mejores bandas del momento y unos Tindersticks en el apogeo de su carrera, quienes venían a presentar Waiting for the Moon (2003). El concierto fue tan sobrecogedor como nocturno, con un Stuart Staples en estado de gracia que logró poner en silencio aquél escenario verde y llenar con su magia cara poro de nuestra erizada piel.

Amaia Prados

Nick Cave & The Bad Seeds (FIB 2005)

El FIB en 2005 tenía el difícil reto de superar un 10º aniversario inigualable. Y aunque su cartel fue menor, algunos de los conciertos volvieron a recrear ese halo inigualable que solo puede vivirse en ese recinto al pie de la montaña y el desierto de Las Palmas. Nick Cave & The Bad Seeds venían a presentar su doble álbum Abattoir Blues/The Lyre of Orpheus (2004) y fue arrancar con esa apabullante declaración de intenciones («Get Ready For Love») para que los australianos dejaran para el recuerdo una de las actuaciones más memorables que yo recuerde en el festival. No faltaron sus canciones más recientes, ni por supuestos momentos como “Deanna”, “The Ship Song”, “The Mercy Seat”, “Stagger Lee”.

Manuel Pinazo

Morrissey (FIB 2006)

Después de su espantada en 2004, Morrissey nos debía una (en 2008 volvió a actuar en el festival). La expectación era máxima y hasta el anuncio que hicieron los Chanantes de aquella edición incluyó el chascarro de «Si Morrissey dice que va, es que va» y efectivamente, fue. Con Oscar Wilde presidiendo el escenario salió el mancuniano acompañado por su siempre solvente banda y tras poner cara de circunstancias y preguntarnos: «How do you do?» arrancó con «Panic» de The Smiths. En ese momento se le indultó de todo mal y durante la siguiente hora y media nos dejamos seducir por su imbatible repertorio.

Manuel Pinazo

Sigur Rós (FIB 2008)

Los islandeses venían a presentar su maravilloso disco Með suð í eyrum við spilum endalaust (08) con nutrida orquesta. Y, de nuevo, parecía que la belleza tan frágil como valiente cauterizaba las heridas de un mundo descompuesto. Las palabras son inútiles para describir la música, y nosotros, cretinos, nos empeñamos en esta cruzada imposible.

Raúl del Olmo

 

Leonard Cohen (FIB 2008)

La edición de 2008 del FIB fue peculiar. Por un lado de desdobló ofreciendo una noche en Madrid llamada Saturday Night Fever donde concurrieron Morrissey, Siouxsie, My Bloody Valentine y Mika, y por otro, trajo la primera actuación a nuestro país de Leonard Cohen en décadas. Por motivos logísticos el concierto casi no se produce, pero la organización logró llevarlo a cabo adelantándolo y reduciendo algo su duración. He de reconocer de que aquello fue uno de los momentos más emocionantes que yo haya vivido disfrutando música en directo. Aquél domingo a media tarde, con un escenario Verde a media entrada aún con el sol en lo más alto ver salir al canadiense arrollidándose para entonar los primeros versos de «Dance Me To The End Of Love» fue una verdadera catarsis. Mirabas a tu alrededor y solo veías a gente llorando con una sonrisa en la boca y con un escalofrío que no se iba, seguías disfrutando de la magia  de “Bird on the Wire”, “Suzanne”, “Hallelujah” o “So Long, Marianne”. Inolvidable.

Manuel Pinazo

 

Oasis (FIB 2009)

En 2009 Oasis cerraban el primer jueves oficial de la historia del FIB. Hasta esa fecha, los jueves se celebraba una fiesta de bienvenida que no tenía la misma importancia que el resto de jornadas del festival. Menuda inauguración. Aunque Oasis no pasaban su mejor momento (se separarían 12 días después), y las circunstancias se lo pusieron difícil, los hermanos Gallagher ofrecieron su último gran concierto (del que luego, por cierto, echarían pestes).

El ambiente del escenario Verde repleto de público enfervorecido e ingleses subidos hasta en el tejado de los baños, era insuperable. Con Liam embutido en su impecable parka de Pretty Green a 30 grados de humedad del Levante, no ahorraron un solo hit, por lo que aquello rozó la apoteosis con ciertos toques épicos. Hubo que parar el concierto para que veinte o treinta personas se bajara de las torres de sonido a las que trepaban poseídos, y durante varios momentos se mascó la tragedia.

Además, hubo varios problemas de amplificación y se cortó el sonido en mitad de “Wonderwall”, que fue terminada por un coro de cincuenta mil personas en pleno éxtasis colectivo. Inolvidable.

Iñaki Espejo

Portishead (FIB 2011)

Hay propuestas sonoras que son más apropiadas para una sala que para un festival. Portishead a priori sería una de ellas pero su post trip-hop enmudeció, conmovió, perturbó e incluso puso a bailar en su primera visita al FIB a casi 50.000 personas como si estuviéramos en un club del centro de la ciudad. Intensidad y clase a raudales desgranando su ya clásico Third.

Edu Cornejo

Arcade Fire (FIB  2011)

La visita de Arcade Fire a Benicassim era una carta que de antemano se sabía ganadora. En su mejor momento de directo, con The suburbs ya rodado y un repertorio imbatible, pusieron patas arriba la abarrotada explanada principal del FIB con su energía y grandilocuencia. Un triunfo rotundo e inapelable.

Edu Cornejo

The Stone Roses (FIB 2012)

El sábado del FIB de 2012 The Stone Roses ocuparon por segunda vez en su historia el escenario principal del festival. Era imposible hacerlo peor que en 1996, cuando, en plena espiral autodestructiva, no dieron pie con bola con una actuación que no pasó del gris más oscuro. Tres meses después se separarían. En 2012 las cosas fueron diferentes, habían pasado más de quince años y el dinero valía mucho más que antes, así que el concierto fue un espectáculo milimétrico de hits incontestables. Comenzaron con “I wanna be adored” y no aflojaron un segundo hasta dejar arrasado un escenario Maravillas repleto de fans deseosos de saltar y corear “This is the one” o la mejor canción posible para definir la segunda cita de los mancunianos con Benicasssim, “I am the resurrection”.

Iñaki Espejo

Public Enemy (FIB 2015)

Los míticos y pioneros raperos quizás se hubieran merecido otro escenario más grande, o no, quien sabe, los tiempos cambian y la juventud prefiere Kendrick Lamar, esto es así. El caso es que este concierto fue doblemente importante, tanto por lo que representan, como por ser uno de los últimos que dieron juntos Chuck D y Flavor Flav, antes de salir a tortas.

Antes del show, parte de la banda había estado dando vueltas por el recinto del festival, viendo otras actuaciones y disfrutando como el que más del festival, momentos aprovechados por los fans, entre los que me cuento, para sacarse fotos con ellos. ¿La actuación? Public Enemy en estado puro, con sus parafernalias, bailarines militarizados al son de la banda y sus grandes hits atemporales. Don´t Believe the Hype!

Fernando del Río

Los Planetas (FIB 2015)

Los Planetas son uno de los grupos más unidos a la esencia del FIB, pudiendo presumir de haber tocado en la primera edición del festival, además de un buen puñado de veces a lo largo de estos veinticinco años. Sin embargo, durante algún tiempo estuvieron alejados del Desierto de Las Palmas. Por fortuna, la edición 2015 sirvió para que los hijos pródigos del FIB volvieran por todo lo alto al escenario grande del festival para firmar uno de sus mejores conciertos. Comenzaron con lisergia flamenca, para luego dar paso a una serie de hits incontestables (“Segundo Premio”, “Santos que yo te pinte”, “Alegrías del Incendio”, “Pesadilla en el parque de atracciones” y “De Viaje”) que arrasaron un escenario repleto de fans nacionales. El concierto se recordará además por Gaizka Mendieta tocando la guitarra en “Un buen día”, más contento que si hubiera ganado una copa de Europa. Y para terminar, J dejó escapar un cariñoso “qué bueno es estar de nuevo en casa”.

Iñaki Espejo

 

Belle & Sebastian (FIB 2018)

Belle & Sebastian son otro de los grupos nucleares en la historia del FIB. Han tocado innumerables veces, Stuart Murdoch conoció a su mujer en el festival, y crearon, junto a un grupo de periodistas, el tradicional partido de fútbol Prensa-Artistas.

De todas las veces que los he visto, me quedo con la última. Me lo van a permitir por puro egoísmo. Belle & Sebastian acostumbran a subir a varios fans al escenario a bailar y cantar con ellos. Aquella vez me tocó a mí, por lo que es un concierto que recordaré para siempre con “I’m a cucko”, “Another sunny Day”, “The boy with the Arab Strap” y “The Party Line” como perfecta banda sonora.

Iñaki Espejo

 

11 comentarios en «25º aniversario del FIB: Los conciertos más recordados»

  • Esos veranos de hace 15 años o más en los que no podías ir y te quedabas hasta que Radio 3 desconectaba escuchando a tus grupos favoritos. La magia del FIB siempre la recordaré

  • Yo nunca olvidaré a Suede, a Pulp, Blur. El año de la tormenta, el camping, la fiesta de la playa. 2006 fue el último que fui. Con Depeche Mode y Strokes.

  • ¡Falta el de Cranes de la primera edición! y el de Red House Painters en el ’97! y todos los de Manta Ray, especialmente el del ’98!

  • Y falta urusei yatsura, lo vía en tercera fila. Desgraciadamente el concierto más famoso de la historia del festival, en 1997, cuando se abrió el cielo de Castell9n y el escenario no aguantó

  • Tindersticks tocó en el 2004 bajo un tórrido sol (justo antes de los Charlatans), por lo que de nocturno poco… Así que Amaia, si estuviste ahí, no lo recuerdas muy bien.
    Por cierto, aunque es un grupo que me encanta, el «apogeo de su carrera» ya había pasado por entonces.

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