Big Soul – Sala Apolo (Barcelona)

Su pasaporte a la fama fue aquel televisivo “Hippy hippy shake”, que bien podría haberse tratado de un éxito efímero y puntual, como les ha pasado a muchas otras bandas.

Pero lo cierto es que con el tercer trabajo del trío californiano –“Funky Beats Vol.1”-, Big Soul presentan su trabajo más personal, demostrando la habilidad para mezclar rock con el funky más frenético, aderezado con sonidos electrónicos de lo más bailables.

Entre sus influencias más notables se encuentran el punk y el rock de los setenta y una admiración declarada hacia el Beck más funky.

La sala Apolo barcelonesa se disponía, pues, a acoger a este trío tras el éxito que le precedía.

Inmediatamente se puso de manifiesto la vertiente funky y divertida de Big Soul. Kelleth Chinn, guitarra y vocalista y Caroline Wampole, la bajista, se encargaron de que el ritmo y la energia no decayese en ningun momento de la actuación. Podria decirse que el espectáculo que el tróo nos ofreció estuvo a la altura de las expectativas aunque necesiten urgentemente asistir a clases de baile. Entre los movimientos en círculo a modo de danza tribal que ofrecía Chinn y los saltos desgarbados de la rubia Caroline, quedé bastante despavorida.

Pese a este detalle, hubo buenos momentos. El batería, Deane Jenkins, luciendo sus rubias rastas, sorprendió a los asistentes con sus solos y su vigor a la hora de mover las baquetas.

No faltaron éxitos como “Hippy hippy shake”, «Blue Gravy», «Groovy Man» o «The Funky Baby», canciones que demostraban que estábamos ante una banda de sonidos poderosos y originales, que tienen la virtud de sorprender a propios y extraños.

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