De Bowie a Suede: 25 años del relevo glam
Justo hoy hace 25 años, un 20 de marzo de 1993, se produjo el más significativo relevo del glam-rock y sucedió entre uno de los profesores del género, la leyenda David Bowie y su pupilo más adelantado, Brett Anderson, cantante y líder de Suede (significa “piel de ante”), uno de los diez más acreditados grupos de los años 90, bajo mi parecer.
Pero antes de llegar a ese encuentro primordial entre ambas estrellas, retrocedamos unos pasos para comprender la senda recorrida.
En abril de 1992, sucedió que una contrastada publicación inglesa como Melody Maker ya les calificó entonces a Suede como: “LA NUEVA MEJOR BANDA EN GRAN BRETAÑA”. Un muy acertado y perspicaz titular, el cual se convertiría en afamado, entre otras cosas, porque, en ese instante (aparte de sus temas “Be my God” y “Art”, de 1990), el combo solo había ofrecido unos cuantos conciertos y aún no había publicado ni el primer adelanto de su LP inicial. Paralelamente, será éste un artículo objetivo y respetuoso acerca de detalles sobre las míticas magazines musicales británicas y su particular visión del asunto de Bowie y los propios Suede.
En aquellos momentos de la década noventera, el telón de fondo del panorama rock transmitía que los grupos norteamericanos, como Nirvana, Pearl Jam, R.E.M o Black Crowes, por ejemplo, se repartían los primeros puestos de las listas inglesas, algo inhabitual completamente, en el Reino Unido, dicho predominio estadounidense. Como reacción, es un hecho que la prensa y, también en su fuero interno, el público de aquel país buscaban ambos, como el agua, nuevos talentos nacionales que marcasen, otra vez, el liderazgo mundial de la “Union Jack”. Los británicos anhelaban, entre otros, un nuevo Bowie o unos segundos The Smiths para así hallar a otros redentores musicales que marcaran la pauta y así, contrarrestar las vigorosas oleadas americanas del colérico grunge o del neo-rock sureño, por ejemplo. Esta fue una meta que se conseguiría de manera total en U.K.
En mayo de ese año 92, se editó el primer sencillo de Suede como era “The Drowners” (dando además, el banderazo de salida a un nuevo bólido llamado brit-pop) y nacieron también otros singles como “Metal Mickey” y “Animal Nitrate” con la autoría de Brett Anderson, Bernard Butler, Matt Osman y Simon Gilbert.
Armados con solo ese trípode de excelsas canciones, en la prensa de Inglaterra se les comparó a Suede con infinidad de grupos de los 60, 70 y 80 pero, fundamentalmente, con los propios Bowie y Morrissey, donde el propio Anderson confesó sentirse halagado con estas dos últimas similitudes que les hacían. Las expectativas eran de lo más optimistas con respecto al cuarteto y Brett, en persona, había comenzado a emanar una serie de llamativas manifestaciones a micrófono abierto, entre otras cuestiones, acerca de uno de sus grandes referentes: el apodado Duque Blanco.
De todas maneras, vaya por delante que, ¡cuidado/ojo/atención!, siempre he considerado a Suede con un lenguaje musical y un estilo muy propios, por encima de todo.
Después de la salida de “The Drowners”, el mismo Anderson también había declarado, públicamente, que adoraba varios discos “bowiedianos” tan distintos entre sí como Scary Monsters (and Super Creeps), Heroes o Low. Además, el por entonces novel vocalista de West Sussex, admitió que se había pasado varias jornadas enteras de su vida escuchando el aclamado LP Hunky Dory.
Durante aquel pivotal periodo cronológico de 1992, además Anderson había especificado al cronista Simon Price, de la propia Melody Maker, que Marc Bolan o Brian Ferry eran versiones inferiores de Bowie y también Brett admitió, de sí mismo, que el autor de temas como “Starman” era mucho mejor actor que el propio vocalista de Suede. Mi opinión particular es que Brett Anderson también poseyó desde siempre, artísticamente, un descomunal dramatismo y una distinguida teatralidad.
Justo unos días antes de lanzarse el, indiscutiblemente arrollador, primer álbum de Suede, fue cuando se produjo precisamente el trascendental cónclave en la cumbre Brett Anderson / David Bowie, durante aquel marzo de 1993. Como tercer protagonista, el periodista Steven Sutherland, de la revista New Musical Express, así lo recogió en la fecha señalada.
Trataremos por tanto, de sintetizar al máximo, dicho histórico fragmento dentro de la línea temporal rockera y dejar que el lector interesado indague muchas más cosas de todo aquello. Estas líneas también son, por mi parte, un pequeño homenaje a la propia NME, la cual lamentablemente ya no se edita en papel, como explicó Muzikalia hace pocas fechas.
Bowie se presentó, por lo tanto, a la acordada reunión en la capital del rock alternativo como es el barrio de Camden Town (Londres) y calcando las formales vestimentas del novelista William Burroughs.
Resultaría muy extenso explicar aquí la cantidad de conexiones del escritor “más beat entre los beats” con el rock and roll incluido el propio Bowie, claro, además de con Beatles, Steely Dan, Jimmy Page, Frank Zappa, Soft Machine, Kurt Cobain, Patti Smith, Sonic Youth y un egregio etcétera, así que no me desvío apenas de la temática central.
Al genial e imperecedero David, días antes, le había gustado mucho lo que había oido en una cinta original compuesta por los primeros singles y alguna canción inédita (se la había pasado el propio Sutherland), todo ello obra de sus aprendices más sorprendentes y hábiles de esa década, Suede. El mismo Bowie, quizás ya no estaba en sus momentos más arrasadores de los 70 y 80 pero éste les auguró gran futuro al joven cuarteto y bendijo, en aquella cita, el aire fresco “suediano” que había surgido en los 90 y que, sin embargo, tomaba de manera tan natural la herencia del maestro, como base e influencia.
Al conocer a su ídolo de toda la vida, un entusiasmado Anderson, entre otras cosas, alabó a Tin Machine (1989 – 1991), la reciente ex-banda que había liderado Bowie.
Luego comenzaron a charlar ¡como no! del glam-rock de los 70 y sobre sus otros estandartes, Marc Bolan, Roxy Music, Gary Glitter o Slade. Sin embargo, David explicó a Brett, que él no se sentía parte de aquel grupo sino que comulgaba más con Lou Reed o Iggy Pop, durante aquella misma época.
Como guinda, dos meses después, en mayo de 1993, Brett aseguró luego al “pressman” Max Bell, de Vox Magazine, que Bowie era su cantante preferido y que el glam solo había poseído calidad gracias a él.
Retornando al prolongado diálogo registrado por la propia NME, también se extendieron ambos intérpretes acerca de que admiraban a The Smiths y a Morrissey (el otro gran referente de Brett y al que éste también conoció por aquella época del 93, precisamente), para luego adentrarse en comentarios sobre la imagen joven que permaneció de Jim Morrison, sobre drogas tomadas por los propios Bowie y Anderson en el pasado o sobre la androginia artística en las canciones de ambos.
Justamente, este mismo asunto de la provocativa y teatral ambigüedad sexual se constituyó como algo que antes, durante 1992, ya había acarreado muchos voltios de controversia con respecto Suede por parte de varios tipos de colectivos de Inglaterra, recogido todo ello por las gacetas de aquel país. Una circunstancia similar también levantó un bestial revuelo social referido a Bowie, a primeros de los años 70, como es sabido.
A través de su intensa tertulia también trataron, con gran amplitud, de temáticas extra-musicales tan candentes como el fascismo, la discriminación racial o la paternidad (el trabajo más difícil pero grato del mundo, esto último). Finalmente, antes de despedirse se dieron los teléfonos y David prometió a Brett ir a ver tocar a Suede en directo.
Como nueva muestra de complicidad, ese apasionado contorsionista de la voz que es Anderson junto con su banda versionearon, como excepción, el tema “The man who sold the world” en la prueba de sonido previa a un directo, en 1995.
En definitiva, New Musical Express recogió, en aquel 20 de marzo de 1993 justo ahora hace 25 años, una kilométrica, fascinante, explosiva, emotiva y variada conversación, de varias hojas de extensión, para no dejar indiferente a ningún aficionado al rock de más altos kilates.
En aquellos mismos momentos del 93, Bowie se disponía a publicar su LP Black Tie White Noise, en abril, justamente menos de un mes después del arranque de Suede, con su popular portada del beso y editado éste a finales de aquel marzo.
Matizar más datos relacionados y es que en los últimos años se produjo otra feliz coincidencia, ya que justo cuando se anunció la salida del disco Bloodsports de Suede, el propio Brett Anderson también celebró, publicamente, la nueva vuelta de Bowie y su The Next Day en marzo de 2013, tras diez años de ausencia de éste. Los álbumes de ambos Night Thoughts y Blackstar, de 2016, también se editaron casi al mismo tiempo, en enero, pero esta vez con la tristísima noticia de la pérdida del irrepetible astro, hacia esas mismas fechas.
Precisamente, a través de la “journalist” Jacqui Swift del diario The Sun, en ese primer mes de 2016, Brett Anderson también lamentó mucho el fallecimiento de David Bowie porque le consideraba un amigo cercano.
Dentro del renacimiento glam de los 90, nombro de modo tangente a Jarvis Cocker, el cual también que comenzó a absorber a su manera la fuentes del “Delgado Duque Blanco” para administrarlo y filtrarlo en otra de las bandas que encabezaron el brit-pop: Pulp también protagonizó su jugada a todo o nada pero esto ya es otro pasaje distinto y concluyo el artículo regresando al tema en cuestión.
Todo lo anterior me conduce a injertar unas interrogaciones acerca de ambos ases del pop: ¿A todos los devotos del “white duke” les place la música de una de las mayores potencias del brit-pop (juntamente con Blur y Oasis)?. Y viceversa…¿A todos los adeptos de los bastantes infalibles Suede les agrada el camaleón de Brixton?
Mi hipótesis es que así habría de ser en ambos casos y para el que no haya escuchado los siguientes álbumes, a todos los aficionados y partidarios más veteranos del “classic rock”, para abrir boca, les invito a disfrutar del disco-debut mencionado de 1993 o de Coming up (1996) y a todos los musicómanos más jóvenes (“indie” y no “indie”) les animo a paladear The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars (1972); siendo todos esos álbumes verdaderas piedras filosofales de la “Glam-Rock History”. En cierto modo y de manera consecuente, las viejas y nuevas generaciones de fans de éstos y otros músicos deberían estar unidas, resultando una espléndida autopista de doble sentido para todos.
¡Excelente artículo compañero! Cómo complemento dejo la charla que mantuve con Brett hace un par de años, y en la que le pregunté específicamente por el fallecimiento de Bowie. Su respuesta como no podía ser de otra manera… «Nunca más habrá otro David Bowie».
http://www.mondosonoro.com/entrevistas/suede-entrevista/
Y como curiosidad añadir que la vez anterior que entrevisté a Brett por teléfono, justo antes de la salida de «Night Thoughts», fue sólo dos días antes del fallecimiento de Bowie.
Salud!
Muchísimas gracias por su comentario en el foro de Muzikalia a un perfecto conocedor y grandísimo especialista en Suede como es el compañero Raul Julián, al cual os recomiendo leer para saber mucho más sobre varios temas de la banda británica liderada por Brett Anderson, también aquí en Muzikalia, donde Raúl escribió varios artículos sobre dicha formación a lo largo de éstos últimos años y también alguno sobre el propio David Bowie ( además hay que destacar otros textos, en MZK, sobre estos dos artistas de otros autores).
Uno de los que más sabe en España de Suede es, sin duda, un fabuloso escritor como considero al propio Raúl Julián y es un honor que haya comentado mi artículo de hoy en este foro, como digo. Un saludo para tí, Raúl y para los lectores de MZK, en especial a los seguidores del grandísimo Bowie y de los prodigiosos Suede 😉 —————————Fdo: Txus 🙂
Maravilloso artículo
Gran artículo y grandes protagonistas del mismo. Larga vida a Suede!
Hola, administro una página sobre Suede y gracias a un seguidor de la misma he sabido de esta publicación.
Aprovecho para felicitarte por un artículo tan completo sobre un momento que fue histórico, al menos para sus protagonistas y para quienes los seguimos.
Saludos.
Felicidades Txus. Una vez más lo bordas. Gran artículo. Soy amante de Suede, de Bowie y de Morrissey y The Smiths. Además de algún grupo que mencionas. Como punto clave de glam rock para mi New York Dolls son excelentes, sabiendo que tu hablas sobre el glam en Inglaterra. Corroboro que Bret Anderson es un pedazo de artista. Los he visto en directo y merece la pena. Que energía. A disfrutar. Os deseo a todos una buena tarde. -;)
Hola Ana!
Por fa , dime cómo se llama vuestra página. No será From Spain To Camber Sands, o Suede Spain / The Spanish Suede – Facebook ??
La verdad que yo también me estoy pensando en crear una página de fans de Suede en facebook. (Ya llevo dos, una Editors y otra de The Horrors). Soy muy negado en esto del facebook, pero haré una excepción y aparte aprovechando de su nuevo album que saldrá en breve. Ojalá sea a finales de este año o principios de 2019.
Gracias, saludos!!
Muchas gracias por sus comentarios a Ana, Edu y Julio hacia mi artículo.
A seguir disfrutando de la música de ese gran grupo que es Suede y también de uno de los mejores solistas de la historia como es Bowie 😉
Saludos a todos.
Felicitar a Txus Iglesias por tan brillante artículo, efectivamente, nunca mejor titulado, el relevo del glam, de Bowie a Suede, y a Muzikalia, una vez más, por hacerse eco de una efeméride que nos permite rememorar y rendir tributo tanto al mentor como al discípulo, con el hilo conductor de un estilo musical que marcó toda una época, y cuyo legado se pudo reivindicar, veinte años después, a través de los grupos mencionados por el autor y también los que aparecen en los comentarios subsiguientes. Buena música, en definitiva, a revisitar a través de los discos fundamentales mencionados en el artículo. Un saludo a tod@s.
Sin palabras. Gran artículo, felicidades Txus.
Necesitábamos esta publicación.
Qué grande Bowie, qué grandes Suede (esperando su nuevo disco) y qué grande el glam.
Felicidades!!
PD: Nunca he considerado a Suede como Britpop.
Muchas gracias David!. Muy amables tus palabras.
Tu opinión sobre que no consideras britpop a Suede es totalmente respetable y entendible ya que ésta fue una denominación que surgió para englobar a multitud de grupos y alguno de ellos no se sintió identificado, como por ejemplo, los propios Suede (ha pasado también en otros movimientos musicales). «Brit-pop» fue el nombre que surgió a nivel popular y de medios especializados y yo, con total objetividad, así lo he tratado. Bueno, yo no estoy ni a favor ni en contra del término «brit-pop», únicamente como digo mencioné lo que fue una gran corriente musical, la cual recibió ese término para intentar abarcar algo tan tan importante, mágico y variado en la Inglaterra de los años 90, insisto. 😉
Un saludo, para el fan del glam, David y de nuevo gracias por tu comentario, aquí bienvenido el mismo. 😉
Muchas gracias también a Andrés y a F. Xavier por sus excelentes y valiosos comentarios, apuntes y aportes foreros sobre ambos artistas, Bowie y Suede, y sobre demás temas de música.
Enhorabuena por este artículo tan interesante y tan bien escrito, sigue así txus iglesias, un placer leerte.
Gracias Manu por el comentario y gracias a Muzikalia por la edición. 😉