Entrevistamos a Luis Alberto Segura (L.A.)

Hablar de L.A. y Luis Alberto Segura siempre nos lleva a disfrutar de uno de los cancioneros más granados y más preciados del indie patrio.

En esta ocasión se trataba de conocer algo más sobre Amenaza Tormenta (2019), su primer disco en solitario y en español, Evergreen Oak (2021), el más reciente con L.A., y el destacadísimo hecho de capitanear una jovencísima banda formada en el Liverpool Institute for Performing Arts (LIPA), escuela fundada por Paul McCartney en 1995, dentro del intercambio que mantiene con la Sociedad de Artistas (AIE), con la cual realizó una serie de conciertos entre mayo y junio, en Inglaterra primero y España después, teniendo la gran suerte de disfrutarlo a su paso por Madrid en la sala Galileo Galilei. Un placer verlo sobre el escenario tan bien acompañado y otro tanto poder conversar con él.

«Yo me crío queriendo ser George o Ringo o Paul o John, yo no quería ser Spiderman ni Superman, yo quería ser Paul McCArtney, y de repente la vida me hace componer canciones, firmo un contrato discográfico…»

En 2019 diste un salto sin red con ‘Amenaza Tormenta’, tu primer disco en solitario y en castellano. ¿Cómo fue la experiencia y en qué te ha servido para luego retomar tu grupo de siempre?

Mucho, mucho te podría hablar de esto porque cuando va cogiendo perspectiva ese momento de mi vida donde decido parar L.A., yo casi no había parado L.A. nunca, ya me había metido en la grabación de un disco en castellano con cambio de agencia de management, con manager nuevo, con banda nueva, cantando en castellano… Era un momento en el que estaba agotado totalmente de la industria, de girar, del directo, de la gente, de las entrevistas, de todo, estaba petado, claro, llevaba diez años del tirón sin parar y de repente me meto en una historia que me requiere el doble de esfuerzo, emocional, cerebral y físico, más de lo que me suponía L.A., cojo mucha velocidad y me agoto, me reviento y me meto en un tren que me vuelve casi a la casilla de salida y de repente tengo que volver a empujar y coger carrerilla, quebré y me quebró todo… y la pandemia.

Claro, aprendes mucho y es verdad que lo que me queda ¿no?, pero cuando te crees que ya lo tienes todo aprendido y coges una inercia que ya es sota, caballo y rey, que vas, bah, caminando y capeando con tu ego, con tu historia, con tu flow y de repente tomas una serie de decisiones que no salen como tu esperas y te das una hostia, te das otra, otra, te vas al suelo y te pisan… pues levantarte de ahí es complicado, tío, es complicado porque te atrae la idea de quedarte en el suelo, sabes, y a mi me atrajo mucho la idea de quedarme en el suelo con lo que conllevaba, que era parar, ya está, no sigo más.

¿Quieres decir parar definitivamente o aplazar las cosas?

Parar, me busco un curro. Es la tentación de estoy cansado, no tengo energía para sacar a flote el qué: ¿L.A., Luis Alberto Segura con ‘Amenaza Tormenta’ otra vez? En pandemia todo se cancela, se pone un festival y a la semana se cancela, las giras se cancelan, nos vuelven a encerrar… situamos además todo ese dolor cerebral, de cabeza de artista en un momento en el que el mundo va dando bandazos y es arrollador. Como en La Tormenta Perfecta. Un desastre, tío.

Yo venía de ‘King of Beasts’ (2017) donde cree un monstruo que me comió, un león enorme que me masticó y me comió sin mezcal y sin nada (risas -antes de la entrevista hubo una conversación ‘mezcalera’-), me refiero a que me metí en un meneo muy grande, en una especie de tinglado muy potente donde estábamos con Live Nation detrás, giras europeas, vuelta a Latinoamérica, queríamos sacar el disco en Europa, cada dos meses estar girando por Europa… una cosa agotadora y, claro, yo mientras tanto con mi cabeza puesta en un proyecto en solitario, quería parar L.A., cantar en castellano y luego llega la pandemia, la hostia…

Y lo que pasa es que cuando nos dejan salir de casa lo primero que hago es huir, a la que pude coger el coche me fui de la ciudad y ¿dónde me fui?, a un pueblo muy pequeñito de Mallorca que se llama Orient donde hay ocho habitantes censados y donde estás en medio del bosque con una temperatura fresquita todo el día, maravillosa, con pinos, pajaritos, una cabaña de madera natural, un sitio maravilloso y me fui con mi ordenador, una guitarra, un bajo, un micro, un kit de batería mínimo y me fui a ver qué pasa. Vendí la moto a la discográfica, a la editorial de que iba a hacer algo, no sé el qué, “algo haré”, pedí un adelanto y me metí en una película que se convirtió en ‘Evergreen Oak’ (2021).

 

Desde la propia portada de ‘Evergreen Oak’ se muestra ese paisaje que describes como una puerta ideal a todo eso que nos vamos a encontrar.

Total. Árboles, corteza, pino mojado…

“Only The Lonely” como Roy Orbison.

“Only The Lonely”, temazo, eh, pero me fui con mi familia, claro, me fui con mi mujer y con mis tres hijos, lo cual es maravilloso pero también podría haber sido un factor determinante de que fuese un desastre de grabación, obviamente están en el disco, se oyen gritos de niños todo el rato y ruido pero forma parte de lo que hice ahí durante esos tres meses y salió un disco, salieron canciones, las grabé, las escribí ahí y ahí está el disco.

¿Es posible que exista un disco en castellano de L.A. en el futuro o incluso que empiecen a mezclarse los caminos entre Luis Alberto Segura y L.A.?

Bueno, todo esto que te he resumido así como muy abrupto ha hecho que ahora esté en un momento de mi vida que hago lo que me apetece, obviamente lo pongo luego en una mesa con una agencia de management, con una discográfica, con una editorial, con una banda y sale un poco a consenso, esto es como sacar una cosa a concurso que te han de aceptar.

Bien visto el simil.

Mi vida va un poco así porque me apetece disfrutarlo todo, cosa que no he hecho durante muchos años, he hecho cosas maravillosas que he disfrutado al cincuenta por cien si ha llegado, así que ahora me he decidido a hacer cosas que me apetezca hacer, con las que disfrute y sin mirar si vende, si no vende, si lo peta o si no lo peta, sin objetivos a más de un mes de vista y disfrutar de eso porque lo contrario ya no va conmigo, tío.

Creo que es necesario mantener esa membrana tan fina como resistente entre la realidad y la creación, a pesar de los riesgos que conlleva porque también hay grandes beneficios.

Sí, puedes perder muy rápido el rumbo y yo no estoy para perder el rumbo, tengo relativamente poco tiempo en mi vida, tengo una familia grande a la que quiero dedicar tiempo y me apetece hacer cositas que me den satisfacción, que obviamente si me llevan un dinero a casa y puedo pagar facturas, fantástico, pero ya no voy a los grandes objetivos, ¿que vienen?, pues yo estoy ahí preparado como el que más pero no voy a hacer cosas para eso.

Siendo un álbum muy orgánico como cuentas, ¿’Evergreen Oak’ dirías que es tu disco más clásico?

No, yo creo que mi disco más clásico es ’SLNTFLM’ (2012), el segundo que saqué después de ‘Heavenly Hell’ (2009) que fue otra tirada a la piscina. ‘Heavenly Hell’ era una cosa muy preciosista, muy detallista, con mogollón de overdubs, y después me metí a hacer un disco muy clásico, un disco de guitarra, bajo, batería, voz, un piano y poco más, y grabado como si estuviéramos en el año ’57, así que ese sería mi disco más clásico, sí.

Y ‘Evergreen Oak’ tal vez sea mi disco más espontáneo, el menos preparado de todos porque tal como salía lo grababa y si la canción pasaba la primera hora de vida seguíamos adelante con ella, sino la abandonaba y tengo mogollón de canciones que no salieron en ‘Evergreen Oak’ porque no pasaron esa primera hora de vida.

Supongo que habrá sido para ti un sueño viajar a la escuela LIPA, fundada por Paul McCartney, uno de tus ídolos de siempre. ¿Cómo ha sido esa experiencia, las clases magistrales que diste a finales de mayo en Liverpool y si llegaste a encontrarte con McCartney?

No, estaba haciendo una gira en Estados Unidos, aunque él aparece de vez en cuando por sorpresa pero no tuve la suerte. A raíz de esto me invitaron a la graduación que es ahora en julio y él va a estar, así que seguramente iré, obviamente una invitación así no se desestima.

La experiencia fue una maravilla, tío, una de esas cosas que ahora acepto porque me apetece hacer y que disfruto cada minuto, es decir, disfruto del camino del hotel a la escuela, de la escuela al cafecito, del cafetito al local de ensayo… Y lo he disfrutado mucho porque creo que estoy en un momento en el que, bueno, hace veinte años no disfrutaba de ponerme una botellita de vino con un vasito para la comida y ahora disfruto de una cosa así como de estar en la escuela de arte de Lennon (el edificio contiguo adquirido por LIPA en 2016), es el Art School de Lennon, ahí está, dentro hay un patio interior que mantienen que es donde se juntaban ellos dos para hablar de Chuck Berry, de sus historias y de chavalas. Claro, ahí se coció lo que cambiaría mi vida que fueron los Beatles, tío. De repente verme ahí, entre comillas, haciendo de profe, haciendo una master class, después de todos estos años, después de haber visto el día que se inauguró, me acuerdo de verlo en la tele en los noventa con Paul McCartney inaugurando la escuela de música en Liverpool que para mi era como “quiero ir aquí”, o sea, yo miraba a mis padres en plan “una escuela de música de un Beatle en Liverpool”… y mira lo que son las cosas, obviamente era inviable porque económicamente siempre ha sido una cosa inviable y de repente acabo ahí invitado para enseñar mis canciones a unos chavales de dieciocho años… Esas son las cosas maravillosas que pasan en la vida, que no te esperas y de repente estás ahí.

 

Formando parte de un árbol musico-genealógico donde están los Beatles y tú como descendiente que a su vez tiene la suerte de enseñar a otra generación, pongamos a los nietos.

Sí, sí, maravilloso. Yo me crío queriendo ser George o Ringo o Paul o John, yo no quería ser Spiderman ni Superman, yo quería ser Paul McCArtney, y de repente la vida me hace componer canciones, firmo un contrato discográfico… Claro, es que yo pierdo mucho tiempo recordando lo que me ha pasado porque creo que es muy sano muchas veces no perder la perspectiva y no perder el “Has tenido mucha suerte, tío”, o sea, la vida te ha puesto cosas en las mesa que he podido  y he sabido aprovechar, que muchas veces no es fácil.  Veo ese árbol genealógico y me estremece.

Ya que estamos y como fan de The Beatles, ¿qué te pareció Get Back, la serie documental sobre ellos?

Maravillosa. Maravillosa porque yo creí, yo crecí en la mentira en que en ese momento no se soportaban desde el día uno e hicieron una cosa a desgana, que luego fue un poco así pero yo he visto qué pasó antes y les he visto haciendo bromas, les he visto abrazándose, les he visto riendo y eso me ha dado vida porque es como de repente, es como cuando yo qué sé, tío, cuando de repente te das cuenta sobre alguien en una película que “este era él en realidad”, verlos reír es sobrecogedor, verlos reírse es maravilloso. Gracias Peter Jackson, gracias tecnología, gracias Paul McCartney por ceder el hacer esta historia.

Se meten a hacer un disco para la BBC en directo a dos semanas vista sin tener canciones en un momento en el que ya estaban cansados del rock, de la industria y de todo, en el que ya había tiranteces, novias por el medio que al final ves que no son las culpables de nada, y verlo y con esa calidad, hostia, gracias Peter Jackson.

Y aparte de las clases magistrales, ¿también formas la banda con la que realizaste los conciertos en Liverpool, Manchester, Madrid, Toledo, Alicante y Murcia?

Aquí estuvo Tim Pike, que ha sido el intermediario de LIPA, es uno de los directores/profesores de LIPA, el que se ha encargado un poco de hacer la selección de músicos, me preguntó qué tipo de banda me gustaría, qué canciones elijo para el repertorio y él se encargó de elegir un batería, un bajista, un teclista, un guitarra, violinistas y demás. El seleccionador ha sido él y bravo porque de repente llegué el día uno y ya sonaba aquello, o sea, esta peña está preparándose para la Champions League, está gente no va de tonterías, son profesionales con dieciocho años recién cumplidos.

Piensa que para entrar en el LIPA hacen un examen, una prueba de acceso donde tienes que destacar por encima de cientos de personas para un mismo instrumento, así que bueno, la experiencia maravillosa porque de repente reinterpretan unas canciones que yo ya he grabado y he tocado mil veces en directo con mi banda, algo irrepetible en todos los sentidos porque esta gente cuando se gradúe a saber dónde acaban y con quién tocan, será muy difícil volver a hacerlo.

 

La selección de canciones fue tuya como indicas, ¿qué pauta seguiste, hubo sorpresas con piezas que hace tiempo no tocas o tocaste poco, satisfecho por cómo funcionó el repertorio?…

Del resultado estoy súper satisfecho, sí, porque hice un repertorio con algunas de las que siempre suelen sonar, pero después he cogido canciones que normalmente no tocamos o hace mucho que no tocamos y me apetecía ver qué sal le daba esta gente, claro, piensa que el batería es de Washington, el teclista es de la India, una chica de Michigan, hay varios ingleses… Cada uno tiene su touch y de repente escuchar, yo qué sé, “Under Radar” u “Outsider” por ellos, hostia, pues es muy divertido, muy divertido porque ellos tienen una forma de tocar, ellos ya tienen su impronta.

Mallorca siempre da más que agradables sorpresas musicales, históricamente tenemos a La Granja, La Búsqueda, Sexy Sadie, Sunflowers…, recomiéndame algo que tengas en tu radar.

Aquello es un hervidero en continua ebullición, ahora tenemos un trapero que se llama Rels B que es un tío que está petando muy fuerte, que está haciendo giras por estadios en Latinoamérica y Estados Unidos, con miles de personas locas por él como si fuera Elvis.

Claro, hay toda una vertiente, yo me he fijado mucho en mi entorno que son guitarristas, bajistas, baterías, pero después hay una vertiente de toda una gente que ya pierdo el hilo, gente muy joven, y que de repente están ahí y llevan el nombre de Mallorca a un Arena en México dos noches con treinta mil personas cada noche. Lo sé porque de repente el batería que toca conmigo en L.A. se ha ido de gira con él por Latinoamérica y lo están petando,  me llama, hablamos y me escribe y es como “no me lo puedo creer tío, la gente se vuelve loca”, y es de Mallorca.

FORMACIÓN LIPA:

·         Joshua Matthew Hanstock, Guitarra

·         Taran Mary Duval, Violín

·         Lauren White, Violín

·         Haiven Marie Sellers, Violín

·         Samuel Edward Forrester, Bajo

·         Badri Ram Mohan, Teclado

·         Samuel Robinson, Batería

·         Timothy Sebastian Pike, Director musical de LIPA

Fotos L.A.: Jaime Massieu (realizadas en la sala Galileo Galilei el 8 de junio en Madrid)

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