¿Qué podemos esperar de lo nuevo de Madonna?

«Paz, paz. Haced el amor, no la guerra», con estas palabras zanjó Madonna, hace 30 años ya, la polémica que suscitó su polémico videoclip “Like a Prayer”, cuyo contenido erótico-festivo y religioso fue motivo de machaque día sí y día también. Y eso que no estaban las redes sociales ni VOX sino imaginen la que le hubieran dado. En Andalucía, seguro, la habrían censurado; ofensa sobre los símbolos religiosos. Pero había decidido dar carpetazo a una época de bubblegum pop para entrar en una nueva etapa marcada por sus continuos escándalos. Luego sacó Erotica, un libro seudoporno donde manoseaba a todo quisqui, a bocajarro y sin miramientos; carne y pescado. Hasta sacó un sello discográfico; Maverick, que duró menos que una botella de whisky en casa de los Javis un martes por la tarde cualquiera.

Tal vez sea del artista que más se ha llegado a escribir en las últimas décadas, bien por su tan cacareada “reinvención” o porque en todos sus shows metía cosas de echarse las manos a la boca, inclusive ser acusada de hacer playback; esto lo hizo Elton John. En los últimos años se lo ha tomado todo más relax. Ha cumplido 60 años. Ya es una señora consagrada de la música; la Reina del Pop para más señas y dice que en este 2019 vuelve a la palestra discográfica. Y, suponemos, que con gira. Pero ya decimos, suponemos, porque Maddy, que así la llaman sus acérrimos, lo mismo te dice que sí que al día siguiente da un volantazo y donde dije digo digo Diego.

Con 30 años que cumple el «Like a Prayer», es evidente que algo hará para conmemorarlo. Y sacarán edición remasterizada o algo parecido. Dice ella que el nuevo trabajo tendrá inspiración portuguesa, que es donde tiene puesta la covacha en estos momentos. Por tanto lo mismo se hace una versión a dueto con Madredeus o la edita a dos voces con Dulce Pontes. Todo es posible. Hace 30 años pegó un volantazo y cambió de imagen. Se puso el pelo negro y le preguntaron que a qué se debía ese new look y dijo que ir de rubia era «más exótico, más sexy, pero más frívolo». Al tiempo volvió al rubio y hasta hoy. Esta es Madonna, que dice una cosa, la contraria al día siguiente y ni se inmuta.

Por eso el nuevo disco se espera con ganas. En la disyuntiva Madonna-Lady Gaga siempre apostaré por la primera, más que nada porque la del traje de filetes me pilló en la época que llaman de parálisis musical. Sí, según un estudio musical, sólo durante nuestra adolescencia y juventud nos empapamos de la música que nos rodea y cuando pasamos de los 30 los nuevos sonidos nos cuestan un poquito más. Y me veo totalmente reflejado ahí en este caso. Bueno, y en otros. Si hubiese escuchado reggaetón en mi adolescencia o el electrolatino, sería un defensor de ello, óbice. Pero no es el caso. Lo curioso es que Maddy lo mismo te conquista a un ya cuarentón o cincuentón, que fueron los que crecieron con ella en su apogeo «Like a virgin«, pero óbice es decir que también arrastra a nuevo público. Ella, intergeneracional. Su tan cacareada reinvención tiene mucho que ver porque siempre se rodea de productores y personal de primera línea. Y eso no está al alcance de cualquiera.

A ver, si acaba de cumplir 60 tacos la señora no anda muy para pegar saltos y ser zarandeada por una jauría de bailarines. Pero como dije antes; con ella todas las posibilidades se pueden ir al trastero y lo mismo en su nuevo show en directo se pega unos saltos, unos bailes y unos meneos de dejar con la boca abierta. Lo único que se sabe a ciencia cierta del disco –y porque ella lo ha dicho, ojo- es que estará muy inspirado en su nueva vida lisboeta. Por tanto, esperamos guiños al fado y tampoco se descartan samplers a base de braguesa viola, el sarronca, la guitarra portuguesa y hasta el cavaquinho, que es un instrumento de cuerdas con cuatro cables y cuerdas de tripa.

Saldrá previsiblemente -porque también se anunció que saldría a finales del 2018 y mira como estamos- en el primer trimestre del año. Así que, tras el disco de The Cure y el de Amaia Romero este es el tercero al que le tengo puesta las miras. Bueno, y ya si La Bien Querida saca algo, que no está previsto, me da el año del living la vida loca. Madonna nuestra que estás en los Portugales.