Ron Gallo – Foreground Music (Kill Rock Stars Records)

El musicalmente plural cantante y guitarrista de Filadelfia, Ron Gallo declaró, oficialmente, que su sexto y auto-producido LP Foreground music posee la característica general de “como sería una crisis existencial si ésta fuera divertida”. 

Ya avanzado el artículo, intentaremos ampliar que aspectos podría encerrar esta curiosa frase suya que hemos citado entre comillas pero antes, matizaremos que arranca el LP con tres enérgicos latigazos entre el punk, el noise-pop y el rock de garaje como son la directa y primitiva “Entitled man”, la protestona y adolescente canción titular “Foreground music” y la bastante marciana “At last I’m dancing”; percibiéndose ecos puntuales de The Stooges, Devo, The White Stripes, The Ramones e incluso Frank Zappa, por ejemplo, durante dicha primera fase del minutaje.

Después, la relativamente lúgubre “Vanity March” contiene elementos de post-punk e incluso, contradictoriamente, también de vivaz glam-pop; esto último en un estilo cercano al David Bowie de los primeros años 70. Prosigue, con un ritmo perezoso y apesadumbrado, la magnífica “Yucca Valley Marshalls”; la cual parece un cruce entre el pop del Damon Albarn más reposado y el del John Lennon más onírico de “Strawberry fields forever” (con The Beatles, en 1967) o “Number 9 dream” (en solitario, en 1974).

Conviven, acto seguido, la distorsión y los acordes surferos en la algo extraña tonada “San Benedetto” y también se yuxtaponen el “spoken word” y el folk en la correcta “Can my flowers even grow here?”; resultando luego “Life is a privilege?” tan solo un fugaz intervalo, como si Ron Gallo fuera un manifestante de mensajes reiterativos a través de un megáfono de segunda mano o alguna radio con interferencias.

Nos topamos también con la calma tensa y el tono resignado, con tintes de neo-psicodelia, de “Big truck energy” (una de las tonadas más prominentes del LP) y como prima lejana del estilo musical de esta anterior, se halla la más nerviosa “Anything but this”, pareciendo como si dicha canción  estuviera extraída del sonido Madchester o el shoegaze, es decir, de alguna corriente británica de finales de los 80.

Suena, entonces, el corte n.º 11 y ésta es la inquietante y compungida balada “I love someone buried deep inside you”, la cual cierra, brillantemente, el CD de manera oficial. Por contra, cuando el repertorio aparenta ya silenciarse, el extravagante y ecléctico Ron Gallo recurre a ese consabido experimento de la “pista oculta” y no acreditada (utilizada ya, previamente, esta postrera maniobra sorpresiva por legendarios artistas como The Beatles, Blur, Guns & Roses, etc, etc). Así que, efectivamente, se cuela una pieza nº12 (sin título, naturalmente) que no es otra cosa que un “reprise” de la propia tonada nº10 “Anything but this”; jugada la cual, recalco, que se puede audicionar en el formato de Compact Dis

En resumen, el inquieto intérprete de Pensilvania no permanece agarrado a un solo estilo y de modo algo empírico toma varias direcciones musicales de fondo sencillo y con actitud “indie”; donde, al mismo tiempo, el vocalista norteamericano arremete y se queja, por medio de sus contundentes, ácidas y transparentes letras, contra polémicas situaciones sociológicas, de hoy día, que preocupan al mismo Ron Gallo. ¿Es, por tanto,  Foreground Music un planteamiento general de hallarse él mismo en seria oposición a la modernidad mundanal?

Sin embargo y en el fondo, los propios textos y el sonido del LP se plantean ambos desde la despreocupada juerga y desde el placer de la provocación que el rock and roll supone para Gallo, de modo permanente y en cualquiera de los casos.

De todo esto anterior se deriva la frase suya que reproducimos al principio.

Se suma a su estilo de llamar la atención, el marco tan anaranjado de la portada y es que éstas mismas tonalidades chillonas (como también el amarillo) las hecho servir el estadounidense en algunas de sus otras cubiertas anteriores, es decir, en sus discos Really nice guys (2018), Stardurst birthday party (2018) o Peacemeal (2021). Este mismo color de fruta cítrica podría simbolizar, quizás, que aún queda esperanza y divertimento, en total contraste con la desalentadora imagen frontal en blanco y negro en la que aparece un Ron Gallo de expresión facial avinagrada y con una implacable e intimidante excavadora detrás suyo.

Siendo imparciales, no es que Foreground Music (significa “Música del primer plano”) haga méritos para convertirse en un cancionero antológico e imprescindible en la memoria popular (y es que es posible que el propio autor no lo pretenda) pero, con el tiempo, va resultando un mejor trabajo de lo que aparenta en la primera escucha.

Escucha Ron Gallo – Foreground Music

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