SERCH. – Post (Flor y Nata)
El mundo ha cambiado bastante desde que el entonces trío barcelonés SERCH. (así, con punto) publicaran su tercer álbum, Concept, en 2020. También lo ha hecho el grupo, ahora reconvertido en cuarteto para darle todavía más importancia a los teclados y los sonidos sintéticos en su música y dejar además más libertad para las guitarras. Una música que, eso así, no ha cambiado demasiado salvo en el aspecto mencionado: lo suyo siguen siendo los himnos post-punk oscuros y a la vez fulgurantemente expansivos.
Sin embargo, es difícil sustraerse a la sensación de que aquí todo cuadra más, de que el disco tiene mejores canciones y ha sido cuidadosamente preparado. Aunque la memoria puede jugar malas pasadas, creo que canciones como “Only connection”, “Inside life” o “Cloud shapes” (menudo trío para abrir un álbum) podrían perfectamente formar el podio de los mejores temas de Serch. La voz de Sergio Salesa suena más firme e intensa, apoyando esa atmósfera intrigante y sugestiva en la que nos sumergimos a los pocos segundos de arrancar cada canción. Los estribillos son pegadizos, y algunos riffs de teclado resultan memorables. Mientras, las letras nos hablan de incertezas, de dudas, de relaciones tormentosas que a veces funcionan y otras no, volubles como todo en esta época que nos ha tocado vivir.
“Eternal” podría ser una de aquellas maravillas atmosféricas que nos regalaban OMD en los primeros 80, como también podría serlo la instrumental “The crystal hurts”, aunque estos nuevos SERCH. no le pierden el pulso a la parte más orgánica de su música. Con ello, generan una interesante dualidad que, aunque ya ha sido explotada en el pasado en muchas ocasiones, sigue sonando entre amenazante y sugerente. Y qué bonita es “Lady from Mars”, más allá de fríos razonamientos.
En general, todo en Post remite, en uno u otro momento, a esos años en los que música muy similar a la que podemos disfrutar aquí era, a la vez, promesa de futuro y aviso de apocalipsis. Ahora ya no nos creemos las promesas de futuro y el apocalipsis cada vez está más cerca, pero algo no ha cambiado: muchos seguimos, como entonces, dejando volar nuestra imaginación y abandonando nuestra cordura en manos de la música. Música como esta.