Especial: 20 años de Actos Inexplicables, debut de Nacho Vegas
Dos décadas han pasado desde que Nacho Vegas debutara con Actos Inexplicables (Limbo Starr, 2001), un disco trascendental en la música popular de nuestro país que va mucho más allá de lo que muchos veían como las canciones en solitario del que fuera miembro de Eliminator Jr. o Manta Ray. De ese inquieto músico que montó Diariu junto al poeta y realizador Ramón Lluís Bande, acompañó a Migala en directo o colaboró con amigos como Mus.
Un trabajo creado bajo el cobijo de los grandes cantautores universales, que supuso una sacudida en nuestra escena, demasiado corta de miras por entonces. No habían pasado aún ni 10 años cuando el aún incipiente indie más centrado en el noise y como mucho, dejándose atrapar por las complejas aristas de bandas como los antes mencionados Manta Ray, se abrió a la canción de autor. A mirar al interior y disfrutar con sentidas historias personales deudoras del folk foráneo y patrio. Nacho abrió una puerta que muchos se resistían a traspasar y bajo su influjo, muchos artistas que compartían coordenadas con él comenzaron a tener la merecida visibilidad que hoy en día vemos con total naturalidad.
Volviendo hacia atrás
Para volver a ese 2001, en lugar de hacer un nuevo análisis de esas canciones, hemos querido tirar de hemeroteca y recuperar algunas de las confesiones que Vegas nos hizo por entonces, cuando estaba presentando el álbum. Ese álbum que en su interior contenía la frase: “if songs were line in a conversation, the situation would be fine”, que como nos contaba: «Es de Nick Drake, es la estrofa final de un tema suyo, me apetecía poner una cita, y esa frase me gustó, porque creo que se desprende un principio de ella, el hecho de utilizar la música y las canciones como un lenguaje, el rock como una forma de expresión, y cuando dice Nick Drake que ‘si las canciones fueran partes de la conversación todo sería perfecto’, creo que define muy bien mi forma de entender la música, lo que significan para mi las canciones».
Unas canciones que ya desde ese debut, situaban Asturias como parte de esa cotidianeidad, como un personaje más: «Tiene mucho que ver que esté hecho en Asturias, es como un mundo imaginario que tienes en la cabeza, es lo que ves cada mañana cuando te levantas, y claro, lo utilizas para hacer las canciones. (…) Que los espacios físicos estén presentes como si fueran personas siempre es algo que me gusta, y luego, una vez que sale piensas sobre ello y te das cuentas, y a partir de eso sigues construyendo».
Un debut que no rompía con su pasado y debíamos considerar como algo nuevo, ya que estaba muy ligado a su bagaje más reciente: «Hay canciones que ya las había compuesto en mi etapa final con Manta Ray. Yo iba componiendo canciones, lo que pasa es que no me atrevía a sacarlas, iba grabando maquetas y las iba acumulando.
Por otra parte, creo que el instrumental con el que se abre Actos Inexplicables recuerda bastante a mi última época en Manta Ray, que estábamos haciendo algo muy cinematográfico. Además, el último tema, «Molinos y Gigantes», está grabado con Jr (antes Eliminator Jr), con Frank, Rafa y Borja; no está pensado así, no es algo demasiado premeditado, pero parece que sí acaba recogiendo un poco mi trabajo a lo largo de todos estos años».
Como decimos, esta obra hizo que muchos de sus seguidores empezaran a interesarse por algunas figuras del folk y el country, ante las que hasta ahora se ponían de perfil: «Ya en Manta Ray escuchábamos mucha música de ese estilo, tal vez a mi me atraía más que al resto. Esto fue escuchando música y partiendo hacia atrás y al final llegas a que, en la mayoría de las ocasiones, el rock empieza en el country, y muchos artistas country, en concreto Townes Van Zandt, acaban haciendo rock, y con el folk sucede lo mismo.
Al final es todo un mundo, una tradición que yo veo un poco desde fuera, porque, claro, no es lo mismo la música tradicional norteamericana que la de aquí, así que no es exactamente la misma situación, pero mis influencias van por ahí».
Momentos confesionales como «El Ángel Simón» partían de una historia personal, pero buscaban restar dramatismo: «Sí, toma como punto de partida algo que me pasó de verdad, pero sólo el punto de partida. Digamos que es como una excusa para sacar sentimientos fuera, y al ir sacando esos sentimientos puedes abstraerte un poco de la realidad.
Para llegar a hacer que la historia se sienta como verdadera no hace falta que todo sea exactamente real.
Me gusta que la gente se tome esa canción con un poco de sentido del humor, yo no quiero que la gente se atormente ni se deprima, yo no soy nada atormentado».
Como hemos comentado en más de una ocasión existen dos Nacho Vegas, el más introspectivo y personal y el comprometido y social. Este Actos Inexplicables nos presentó al primero de ellos y por eso hemos querido reivindicarlo. Su carrera arrancó así y llega a nuestros días con varios discos generacionales y un discurso propio con mucho recorrido.
Este disco me marcó. Gracias por recordárnoslo. Ya me habéis hecho ponerlo y estaré todo el día con él!
Qué bueno recuperar estas cosas. Recuerdo oir hablar por primera vez en vuestra página. si, yo también tengo mis años
María
Un disco que mantiene su encanto. Luego llegaron otros mejores, pero este punto de partida es muy importante
Un disco en el que si entras quedas atrapado y marcado para siempre. Un disco para naufragar una y otra vez en el que, sobre una frágil capa de melancolía, se recogen los sentimientos más primarios que nos dominan. Frágil, brutal y sincero hasta decir basta. N. V. Se abrió en canal (diga lo que diga) y merece podio en nuestra música sólo por sus tres primeros discos. Actos Inexplicables siempre será especial, siempre dolerá escucharlo, pero cómo nos gusta revolcarnos en el barro…