Laetitia Sadier

En este disco he permitido que las contradicciones conviviesen lo más armónicamente posible

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La que fuera vocalista de Stereolab ha estado, desde que retomase su carrera en 2010, empeñada en la búsqueda de una definitiva personalidad artística al margen de su exitosa banda original.
 
Una exploración creativa que parece haber concluido positiva y definitivamente con Something Shines (2014), donde las principales cualidades y características de su música son reafirmadas con fuerza, además de lucir como un álbum cargado de sinceridad y calidez.
 
La artista estará de gira por nuestro país del 8 al 17 de Noviembre (puedes consultar las fechas completas en nuestra Web), y hemos aprovechado la ocasión para charlar con ella a la largo de una entrevista que evidencia que la francesa está bastante más centrada en el presente que preocupada por el pasado y su antigua banda de culto.
 
Tengo la impresión de que, desde que retomaste tu carrera en 2010, has estado buscando una definitiva personalidad artística al margen del éxito de Stereolab… ¿Es así?
 
Efectivamente. Después de la desaparición de Stereolab… ¿qué otra cosa podía hacer aparte de buscar mi propio camino en este mundo? Creo que eso funciona así en la vida de casi todo el mundo… se trata de encontrar tu propio camino, establecer un estilo y vivir tu propósito. Yo no soy una excepción a la regla.
 
¿Cómo han sido estos últimos años desde un punto de vista creativo?
 
A veces ha sido muy difícil planificarlo… ¡y la mayor parte del tiempo también llevarlo a cabo! Porque ahora soy responsable de todo mi trabajo. De principio a fin: todo el desarrollo conceptual, la escritura y la composición, encontrar a los músicos, un equipo de personas y colaboradores, la organización de la grabación, la mezcla, la masterización, los ensayos, conseguir giras juntos, hacer entrevistas, orquestar un montón de detalles, practicar, los equipos de mantenimiento -guitarra, amplificadores, voz-. Tengo que asegurarme de que todos los viajes están planificados y coordinados, y sin perder de vista lo más importante de todo esto: la alegría y el propósito por el que lo hago. Todo esto es ahora mi responsabilidad… es mi creación, por así decirlo. Por supuesto que hay un buen número de personas involucradas, pero me siento menos como una pieza más del rompecabezas y un poco más como la creadora de la imagen de que hay tras él.
 
De hecho tengo la sensación de que esa exploración creativa parece haber concluido positiva y definitivamente con el presente álbum. Creo que en «Something Shines» (2014) las principales cualidades y características de tu actual música son reafirmadas con fuerza… ¿Estás de acuerdo? ¿Es «Something Shines» (2014) tu madurez creativa? ¿Qué supone para ti este disco?
 
Ayer mismo le decía a mi hijo que todavía me siento joven de corazón y también tengo esa percepción mental de mí misma… Le pregunté si pensaba en mí como un adulto y me respondió que ¡sí! ¡Así que en esos términos supongo mi creatividad sí que está en una etapa adulta! Imagino que he logrado un equilibrio entre el control y el descontrol. Tal vez en esta etapa he logrado tener dominada alguna parte, para ir guiando el proceso al mismo tiempo que permitía que las cosas se desarrollasen a su manera. He sido capaz de permitir que apareciesen la belleza y la energía de la vida silvestre. He sido capaz de rematar e innovar dentro de la misma canción… He permitido que las contradicciones conviviesen lo más armónicamente posible.
 
Creo que continúas viviendo en Londres… ¿Cómo influye el lugar en donde vives a la hora de componer canciones? Y en este caso concreto… ¿Qué te aporta Londres a la hora de crear?
 
No sé exactamente cómo una localización puede influir en una canción. Nunca he sido capaz de saberlo. Cuando vivía en el campo, cerca de Burdeos, mis textos y la música no mostraban una gran diferencia con el trabajo que he realizado el centro de la ciudad. Me encanta Londres por ser tan vibrante… siempre está llena de energía, es intensa, además de tener una gran cantidad de naturaleza: parques, zonas verdes, jardines, ríos… Así que una gran parte de ese trauma energético que supone el hormigón y asfalto, además de los efectos tóxicos de la contaminación, resultan absorbidos por la naturaleza. De este modo el ozono no está demasiado desgastado en la ciudad ¡Londres es sin duda es una ciudad estimulante con mucho que ofrecer!
 

 
Te viste obligada a pasar del teclado (en Stereolab) a la guitarra, y lo cierto es que tienes una manera muy peculiar de tocarla, diametralmente alejada del virtuosísimo. Es algo que, en mi opinión, ha terminado por convertirse en un valioso distintivo de tu música… ¿Cómo definirías tu estilo tocando la guitarra?
 
(Risas) ¡¡Al menos se puede decir que mi estilo es único!! He estado trabajando en ello durante los últimos meses, porque me he dado cuenta de que puedo conseguir algo personal y que, en lugar de verme a mí misma como «una mala guitarrista», puedo trabajar mi propio estilo y conseguir un nuevo sonido. Algunos niños han venido después de los conciertos y me han dicho cosas como «¡Voy a empezar a tocar mi guitarra al revés, me encanta ese sonido que haces!».
 
Me gustaría preguntarte por tu anterior disco «Silencio» (2012), porque creo que parte de la inspiración para ese álbum la encontraste cuando entraste en una iglesia de la ciudad de Zamora… ¿Cómo fue aquella experiencia?
 
Estar inmersa en un silencio real e infinito fue una experiencia fascinante para sentir una conexión con mi yo más profundo e inalterable. Y a la vez para ser plenamente consciente de la interconexión de todos los seres, de todas la vidas. Eso es lo que encontré en el silencio de una de las ¿veintitrés? iglesias que hay en Zamora.
 
Echando la vista bastante más atrás en el tiempo… ¿Cómo recuerdas ahora la experiencia con Stereolab y todo aquel éxito masivo de lo 90? ¿Crees que Stereolab son ya una banda de culto?
 
En realidad no tuvimos éxito masivo como tal. Nuestro crecimiento fue muy orgánico, casi imperceptible, y sólo mirando hacia atrás podríamos decir «¡Oh, sí que tuvimos un poco de éxito!». Siempre fuimos algo oscuros, como un secreto bien guardado. Por alguna razón siempre ha habido cierta sensación de que nuestra banda era como de culto… pero en realidad no puedo explicar el por qué.
 
Vivimos tiempos de reuniones y cierto gusto por la nostalgia… ¿Podría darse en algún momento un retorno de Stereolab a los escenarios?
 
No lo sé. Pero en este momento realmente lo dudo…
 
¿Echas de menos tocar en grandes festivales o prefieres las pequeñas salas que ahora acogen tu música?
 
No me gusta tocar en festivales masivos. Prefiero tocar en festivales más pequeños, donde es fácil ir de un lugar a otro ¡y con una dimensión más humana!
 
También queda para la historia tu colaboración cantando la parte francesa de la mítica «To the End» de Blur… ¿Cómo surgió aquella posibilidad y cómo fue la experiencia de grabar con Damon Albarn y compañía?
 
El hecho de ser invitada a cantar con Blur fue algo absolutamente maravilloso. La experiencia en sí fue bastante rápida, en realidad sólo empleamos un par de horas. Fueron encantadores, agradables y al mismo tiempo tenían clase. Recuerdo haber estado algo tímida…
 
También sale tu nombre en el libro Postales Negras (2012) de Dean Wareham (Luna/Galaxie 500)… Creo recordar que Wareham menciona que le llevaste algún disco para que lo firmase en un concierto en el Londres de los 90 ¿Recuerdas aquel encuentro? ¿Has leído el libro?
 
No, todavía no he leído el libro de Dean. Me he ido encontrando con Dean varias veces a largo de los años. La primera fue cuando Galaxie 500 actuaba por primera vez en concierto en Londres, en un pub que estaba muy lejos, en el sur de Londres…
 
Volviendo al presente… en Noviembre tienes programada una nueva gira por España ¿Cómo van a ser esos conciertos? ¿Qué encontrará el público que decida acudir a tus actuaciones?
 
En esta gira tocaremos en formato de trío ¡Todos cantamos y tocamos cinco instrumentos! No te puedo decir lo que vas a encontrar en los conciertos ¡Tienes que descubrirlo por ti mismo! Trataremos de satisfacer a todos. España es siempre un país bonito para visitar.
 
En realidad ya has realizado varias giras previas por España… ¿Cómo las recuerdas? ¿Qué dirías que es lo mejor y lo peor de girar por nuestro país?
 
Lo mejor es la gente, el corazón de la gente y ese país… nos encontramos con un montón de amabilidad y pasión.  Lo peor es la comida… ¡Pierdo el control cuando como tapas y siempre termino cogiendo un montón de peso!
 
Muchas gracias y buena suerte con la gira y el nuevo disco.
 
¡Gracias Raúl! También te deseo lo mejor.
 

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