The Horrors (Sala Mon) Madrid 06/04/25
The Horrors han vuelto revitalizados reforzando su ya de por sí amplío espectro con el oscuro y propulsivo Night Life, que nos ha hecho olvidar los ocho largos años transcurridos desde el notable V (2017), tan solo interrumpidos con los ramalazos industriales de los EPS Lout (2021) y Against The Blade (2021).
Faris Badwan, Rhys Webb y Joshua Hayward suman nuevos bríos con la incorporación del batería Jordan Cobb (Telegram) y la teclista Amelia Kidd (The Ninth Wave), y regresan a nuestro país en gira regular casi una década después de su última visita.
Sus nuevas canciones ennegrecen su propuesta con esa colección de temas de post-punk gótico y crepuscular, pero todas las conocidas virtudes que han ido acumulando en sus dos décadas siguen ahí. Incluyendo esa costumbre de dar conciertos de apenas hora y poco y dejarnos con ganas de mucho más.
Una siniestra puesta en escena, luces indirectas y efectos estroboscópicos, daban la bienvenida al quinteto que abriendo con el escalofrío de «The Silence That Remains», no tardó en atizar con el latigazo de «Mirror’s Image». ¿Puede un tema de base shoegaze sonar peligroso? Si The Horrors están detrás, sí. Y es que la raíz abrasiva y esa actitud desafiante del espigado Badwan asoma en cada rincón, ya sea en el estribillo de la sintética y tenebrosa «Silent Sister» o en esa joya llamada «Who Can Say».
Hubo protagonismo para el aún no superado Primary Colours (2009) y ni rastro de su debut, ni de Luminous (2014) en las trece canciones que retumbaron en la sala Mon madrileña. Homenaje a Palestina al presentar esa joya de motorik inquietante que es «Sea Within a Sea» con un «From The River To The Sea»; arrebatos de psicodelia trotante en sus dos visitas a Skying (2011) con «Endless Blue» y «Still Life»; lisergia ensoñadora en «Ghost» y la nocturna «Lotus Eater» con la que abrieron el bis, y momento karaoke en dos temas con trazas de himno como la reciente «More Than Life» y una «Something to Remember Me By» con la que cerraron por todo lo alto.
Con repertorio de altura suficiente para armar un concierto del mismo minutaje sin repetir una sola canción, se despidieron constatando el gran momento que atraviesan.
Fotos The Horrors: Manuel Pinazo