ConciertosCrónicas

Whores. + Help (Würlitzer Ballroom) Madrid 30/05/25

Numerosas citas escénicas se agolparon en Madrid, desde conciertos en sala a festivales al aire libre, justo el día en el que Whores. recaló en la Würlitzer. Esta circunstancia, feliz por lo demás, dispersó un poco la atención que semejante acontecimiento probablemente hubiera concentrado y merecido. Conviene recordar que esta sensacional e incorruptible formación estadounidense, nacida a comienzos de la pasada década, tocó el cielo discográfico con su explosivo War. (24), uno de los mejores álbumes de metal que se han grabado en muchísimo tiempo.

El trío de Atlanta coloca un punto al final de su nombre, y de hecho también remata con este signo de puntuación su mencionada última referencia. Viéndolos en acción, este recurso lingüístico concluyente e inflexible parece no ser casualidad, y desde luego, con muchas luces y alguna sombra, contribuye mucho a definirles. Con docenas de personas agolpadas al borde del escenario, ávidas de desmelenarse con las tensas y feroces composiciones que atronarían en breve, el grupo comandado por Christian Lembach ocupó sus posiciones y, a un volumen brutal que no menguaría en ningún momento, se descolgó con una de las actuaciones más graníticas, sólidas e insobornables que se recuerdan últimamente entre estas cuatro célebres paredes.

“Fake Life”, con su atmósfera pesada y vibración stoner, y “Quitter’s Fight Song”, más trepidante y alternativa y digna de los mejores Helmet, descollaron en el primer tramo. También establecieron rápidamente las coordenadas sonoras en las que se movería este directo. Whores. seguramente no sean un dechado de versatilidad y cintura estilística, pero su música encierra más matices y evolución de lo que una mirada rigurosa estaría dispuesta a concederles. Desde esta perspectiva, del mismo modo, bien podría reprochárseles una ligera monotonía, cierto carácter monolítico en la puesta en escena. Pero no estamos ante una banda que busque hacer amigos, como bien sugiere el ceñudo y hosco semblante de su líder del que hizo gala con frecuencia, y ofrecen lo que el fan pide, una maquinaria engrasadísima e implacable, que en ningún momento baja la intensidad ni el pie del acelerador.

“Hostage Therapy”, “Participation Trophy” y “Imposter Syndrome” fueron algunos de los rescates más vitoreados entre una audiencia que se relamía de placer mientras era aplastada por este martillo pilón, y que probablemente hubiera entrado aún más en órbita más de no terminar tan pronto y haberse estirado un poco más el asunto. Alejémonos del hábito de evaluar los conciertos a golpe de cronómetro y monóculo, pero procede destacar que la duración del set no llegó a la hora, concisiones y recatos que parecen ser habituales hoy en día. En algunos casos puede entenderse, incluso agradecerse, pero en este que nos ocupa dolió y desconcertó, porque resultó tan frustrante como incomprensible que bombas de relojería tan alabadas y definitorias como “Malinches”, “Hieronymus Bosch Was Right” o “Sicko” se quedaran fuera. Pero hay que quererles así, suponemos. Con sus virtudes y sus puntos finales.

Quien en cambio no se guardó absolutamente nada, instantes antes, fue Help, compatriotas de Whores. y con los que comparten la misma rotundidad sónica, aunque algo más escorados al post-hardcore. La explotación de sus recursos discográficos, aquí sí, fue ejemplar, con todos sus temas más reseñables cayendo uno tras otro (“I’m Not Happy”, “Class War Now”, “The Devil Is A Snake”…) Su cantante, Ryan Neighbors, acometió sus interpretaciones con una pasión desaforada mientras se cubría la cabeza con una bandera de la banda, mordía una baqueta, lamía el mástil de su guitarra o colgaba su instrumento a un excitado asistente mientras se fundía entre el público. Actitud modélica y entusiasmo contagioso ante lo que estaba por venir.

Fotos Whores. + Help: Pedro Rubio Pino

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