Arcade Fire (Wizink Center) Madrid 24/4/18
Aunque han estado hasta en tres ocasiones por España en los últimos tres años, hacía más de siete que Arcade Fire no pisaban suelo madrileño, quizás por eso tanto esmero en ofrecer un espectáculo inolvidable a los fans que abarrotaban en Wizink Center. En la gira que está gestionando Live Nation, la “mega banda” ha optado por convertir todos los escenarios que pisa, en un enorme ring de boxeo, con toda la parafernalia del rudo deporte: cuadrilátero con sus cuerdas, pantallas superiores con la forma de la lona, y presentación al más puro estilo “boxing” americano, speaker incluido.
Además de lo comentado, mención especial a la cuidada escenografía y puesta en escena del principio, con la banda adentrándose entre el público por un pasillo rodeado de personal de seguridad “fake”, interpretando el papel de abnegados trabajadores cuidando de que los fans no se acercasen mientras las cámaras hacían un simulacro de retransmisión deportiva en “directo desde Madrid”.
Pero ¿estaba asistiendo el público a una atracción de feria, con fuegos artificiales? Afortunadamente no. Tratándose de Arcade Fire el concierto no podía quedarse en el mero espectáculo y los niveles de cuidado por los detalles también repercutían en el sonido y en el setlist. Si bien es cierto que el cancionero de los canadienses en directo es a prueba del fan más exigente, aunque en los “conciertos de estadio” el nivel de exigencia suela tocar las más altas cotas de la miseria (atención, homenaje a Groucho Marx), los de Win Butler se dejaron unos cuantos kilos para ofrecer su mejor cara.
Temas como: “Everything Now”, “Rebellion Lies”, o “Here Comes the Night”, con los que empezaron, sonaron como un auténtico tiro, hasta llegar a: “No Cars Go”, “Electric Blue” y en todo lo alto “Put Your Money on Me”. Con “Neon Bible” y “My Body is a Cage” llegó el momento “bar” de todo concierto multitudinario que se precie, es decir, aquél en el que los más viscerales se van a la barra a pedir y los que se quedan encienden las pantallas de sus dispositivos móviles, que han sustituido en la “horterada” a los antiguos mecheros.
Afortunadamente se llegó rápido a canciones tan necesarias como: “Antichrist Television Blues”, “The Suburbs”, “Sprawl II” o la celebradísima, como es lógico, “Reflektor”. Curiosamente los momentos más Arcade Fire llegarían con el final de la actuación, con: “Everything Now (Continued) y “Wake Up”, en las que se unió la banda que les está acompañando en esta gira, Preservation Hall Jazz Band, veteranos músicos de la escena de Nueva Orleans, con los que se montarían una verbena que llegaría hasta la calle, para asombro de viandantes y policías.
Y es que Arcade Fire se toman muy en serio el cachondeo, parecen creíbles hasta cuando Régine Chassagne sale al escenario con un Keytar (instrumento en auge en los 80´s) que no suena, pero luce bien. Efectivos como un combate de Wrestling.
Pocos hay a su altura en directo, esto es así
Menuda crónica mala mala….