Especial: 30 años de ‘Screamadelica’, la mutación de Primal Scream
Se publicaba un 23 de septiembre. Han pasado 30 años desde que Primal Scream entregaran el revolucionario Screamadelica (1991), un disco que empujaba a la pista de baile a toda una escena. Un artefacto de pop lisérgico y electrónico que con el tiempo, se ha convertido en un álbum con el mismo aura de clásico que los iconos que inspiraron a sus creadores a convertirse en músicos.
Pongámonos en antecedentes: Bobby Gillespie, Andrew Innes, Robert ‘Throb’ Young y compañía fueron uno de los primeros fichajes del sello Creation Records, montado por su amigo de la infancia Alan McGee. Tras debutar con el popero Sonic Flower Groove (1987) y entregar dos años más tarde el más rockero Primal Scream (1989), no parecía que el impacto de la banda escocesa fuera el esperado.
Pero hete aquí que el acid house y el éxtasis irrumpieron con fuerza, especialmente en Manchester, todo un descubrimiento para un Alan McGee que pareció tener una visión y una misión que encomendar a su colega de Glasgow Bobby Gillespie. Tras una fiesta en Brighton en la que el DJ Andrew Weatherall estaba pinchando sus caminos se cruzaron. Previamente su representante Jeff Barrett había dado a Weatherall una copia de su segundo disco y de ahí surgió la idea de realizar una remezcla de una de las canciones, la balada expansiva «I’m Losing More Than I’ll Ever Have«. Para ponerla en marcha extrajo un loop de batería de una melodía de Edie Brickell y agregó una introducción de la vieja película de moteros de Peter Fonda The Wild Angels: «Just what is it that you want to do?/We wanna be free/ We wanna be free to do what we wanna do/And we wanna get loaded, We’re gonna have a good time», así nació «Loaded».
Corría marzo de 1990 cuando se editó el doble sencillo «Loaded» / «I’m Losing More Than I’ll Ever Have» y la mecha se prendió.
«Loaded» fue un auténtico bombazo, se convirtió en el primer gran éxito de la banda, vendió 100.000 copias y pasó a ser una de las canciones más pinchadas del momento. Esa fue la puerta de entrada a preparar un disco para el que se tomaron su tiempo en componer y que finalmente grabaron durante seis semanas en el verano de 1991. De manera consciente o inconsciente era el momento de generar un pequeño terremoto y aprovechar el nuevo impulso de popularidad. Junto a Primal Scream se encerraron en el estudio los productores Andrew Weatherall, The Orb, Hypnotone y Hugoth Nicolson y a las mezclas, un veterano como Jimmy Miller, que había estado tras los mandos en la mejor época de The Rolling Stones.
El éxtasis, el ácido… las drogas que acompañaban al fenómeno del Acid House tuvieron gran impacto en la grabación. Como comentaba Gillespie en entrevistas de la época: “Lo del Acid House fue similar a la explosión del LSD de los años sesenta. La música era diferente, pero creo que liberó una cantidad similar de energía y creatividad en personas que tal vez no se habían dado cuenta de que tenían eso dentro de ellos. La energía en los clubes fue intensa. Fue como cuando descubrimos el punk y esa energía fue extremadamente seductora. Así que estuvimos despiertos durante días, viviendo lo que dicen las letras de algunas de las canciones. Estar despiertos durante días significaba que estábamos expuestos a muchas escenas geniales y a gente salvaje, extraña y peligrosa. Escenas jodidamente raras con mujeres raras. Pero éramos una banda seria cuando se trataba de grabaciones y conciertos. Puede que fuéramos de fiesta los fines de semana, pero entre semana estábamos en el estudio escribiendo. Estábamos decididos a demostrarle al mundo de lo que éramos capaces».
Su publicación fue una sacudida, se vio como una obra revolucionaria, un nuevo referente que alentaría a cientos de artistas a seguir su senda y así fue. Screamadelica es un estallido de acid house, psicodelia, dub, funk y rock’n’roll de la vieja escuela por el que no pasa el tiempo, un disco de pop lisérgico llamado a conquistar las pistas de baile y a embriagar con su influjo a toda una generación.
Fue un álbum que unió a dos facciones que hasta ese momento parecían antagónicas, las del indie rock y la música dance, algo ya iniciado desde Madchester, pero rematado por ellos. También fue la obra con la que su sello Creation Records dio el golpe que necesitaban, tras deslumbrar al mundo años antes con el descubrimiento de The Jesus And Mary Chain. Pero lo más importante, fue el disco que salvó a la banda de desaparecer.
Ese año Gran Bretaña inauguraba el hoy prestigioso galardón Mercury Music Prize y lógicamente, fue para ellos. Primal Scream pensaban que habían lanzado un disco underground genial y no eran conscientes del éxito comercial y de críticas que finalmente tendría, convirtiéndose en un clásico instantáneo. Habían entregado una colección que más allá de la revolucionaria «Loaded», nos traía los aires sureños de «Movin’ on Up», el viaje soul de «Damaged”, el pop electrónico que muta en dub en «Higher Than the Sun”, la ensoñadora «Shine Like Stars» o las hipnóticas «I´m Comin´ Down» e «Inner Flight». Los devaneos con el acid house y la cultura de clubes están presentes en «Slip Inside This House» y una festiva «Don’t Fight It, Feel It», para poner la guinda con esa «Come Together» que siempre nos remitirá a una comunión colectiva de locura , desenfreno y sudor.
En 2011 tuvimos una gira por su 20 aniversario. Diez años después asistimos a una nueva conmemoración del disco con la publicación de una espectacular caja de 10 LPs con singles de 12 pulgadas del álbum. Dentro de ellos habrá una mezcla inédita de “Shine Like Stars” del fallecido Andrew Weatherall. Pero la verdadera joya para fans llegará el 15 de octubre con el título de Demodelica, que contendrá muchas demos de diferentes temas y mezclas nunca antes editadas. Más información aquí.
Un disco genial. Me ha encantado vuestro texto. Voy a ponerlo!!
OBRA MAESTRA