Joana Serrat – Big Wave (Great Canyon Records)
Una gran ola vital parece haber pasado por encima de Joana Serrat en los últimos años. Si bien en su trabajo con Riders of the Canyon no la acabábamos de intuir, es evidente en este nuevo álbum que ha publicado en solitario, titulado precisamente Big Wave (Great Canyon Records, 2024). Ella misma lo ha confirmado en algunas entrevistas, mencionándose en alguna de ellas el fallecimiento de sus abuelos. Algo así, la desaparición de gente a la que amas y te sientes muy unida, te saca a puntapiés de tu zona de confort, de la vida que pensabas que sería siempre igual. Un chute de realidad que, cuando afecta a gente con tanto talento como es el caso de Joana Serrat, suele dar frutos artísticos interesantes y emotivos. Será un tópico, pero los tópicos siempre tienen alguna razón de ser.
Una emoción y una reflexión que ya estaban presentes en sus discos anteriores, como en el espléndido Hardcore from the Heart (Great Canyon Records, 2021). La novedad es que en este nuevo álbum, más que nunca, aflora una especie de rabia contenida, o quizás un estupor por hallarse en situaciones no deseadas, que encuentra su reflejo en un sonido más crudo y atrevido. La venganza – o la terapia – de Joana ha consistido en abrazar esa árida estepa que se extendía más allá de su zona de confort, desafiarla, sacarle el jugo. Surgen así referencias antes ocultas como las de Low y algunos otros grupos que se ocupan más de las texturas y las atmósferas que de las melodías. Aparecen también ideas como las de incrementar los efectos electrónicos, usar un Moog Bass e incluso un melotrón, endurecer el sonido y explorar los límites de la distorsión a los que Joana podía aproximarse sin dejar de ser ella misma.
Es cierto que la segunda parte del disco suena más reconocible, quizás como la calma que, en este caso, sucede a la tempestad. Es la primera mitad la que, sin resultar totalmente ajena a sus seguidores que con más interés indagan en los matices de su música, sí que es posible que les sorprenda. En esa sección están brutalidades como “The cord” o una “Feathers” que, en este caso sí, nos lleva a terrenos hasta ahora desconocidos donde el folk habitualmente onírico de su autora se distorsiona y embrutece. Todo suena como si la voluntad fuera crear un muro de sonido que no invitara a bailar ni a apabullar, sino a asomarse a la frontera de la cordura. Tras esas dos canciones, durante las que uno casi contiene la respiración, llega la aparentemente más suave “Freewheel”. Solo en apariencia, porque poco a poco a la sección rítmica se le va añadiendo de nuevo el ejército de las tinieblas electrónicas. “Tight to you” podría calificarse casi como folk industrial.
“This house” aparece como ecuador y momento catártico del disco, abriendo paso a la luz. Una luz que brilla con toda su intensidad en “Are you still here?”, primera prueba tangible de que la Joana Serrat que conocíamos no se ha diluido todavía en ese ácido conglomerado de emociones que han llevado a la creación de este disco. Pero no bajes la guardia todavía, ni siquiera cuando te dejes embelesar por la belleza de una “Broken hearted” que a ratos vuelve a ocultarse bajo capas de sonido casi aleatorio. No, guarda algo de tu capacidad de asombro para “The ocean”, que cierra el álbum como si al despertar de una pesadilla te dieras cuenta de que no lo estabas soñando sino que era real, o como si los Beatles psicodélicos se hubiesen trasladado a los 90 para trabajar con Yo La Tengo o Sonic Youth. La canción acaba deshaciéndose en una nube de ruidos y disonancias que dejan un extraño hueco en el aire al terminar. Qué gran forma de acabar un disco que, por otra parte, es enorme de principio a fin.
Escucha Joana Serrat – Big Wave