Texas (Noches del Botánico) Madrid 30/06/25
Ni una amenaza de tormenta veraniega –que minutos antes había estado descargando ventiscas por la zona– consiguió amedrentar al público, que llenó hasta la última butaca de Noches del Botánico para reencontrarse con Texas. Y como bien se vio a lo largo de la noche, pocas bandas pueden presumir de un repertorio que aguante tanto el paso de las décadas.
El homenaje cinéfilo – tan característico en sus directos – comenzaba a sonar por los monitores del recinto, como si Wim Wenders estuviera bendiciendo el escenario. Rápidamente, con la sensación de “querer quitarse ese peso de encima”, atacaron con su hit inmortal; “I Don’t Want a Lover”, propiciando los primeros momentos de karaoke colectivo y dispositivos móviles al aire; y esto acababa de comenzar.
Comenzaron a sonar otros dos clásicos de su cancionero: “Halo” y “Everyday Now”, ambos igual de famosos entre sus fans, aunque pertenecientes a distintos discos y épocas; White on Blonde (1997) y Southside (1989), respectivamente.
“Hi” – que supuso hace unos años su colaboración con Wu Tang Clan – y “In Our Lifetime”, fueron coreadas por un público entregado, ávido de hits tras hits, dejando claro que sabían perfectamente de qué iba el setlist de Texas.
También es verdad que, entre tema y tema, la icónica y siempre carismática Sharleen Spiteri, decidió que no bastaba con su portentosa voz, que, por cierto; mantiene intacta. Obsequiando a sus acólitos con monólogos autobiográficos en capítulos; su hija de 22 años (“aunque parezca mentira por mi juventud”, comentó con su socarronería habitual), la historia de cada tema, menciones a amigos y familia, el origen de tal canción… Por momentos el concierto parecía un showcase de anécdotas.
Si bien su simpatía y empaque para con el público es incuestionable, tanta verborrea irrefrenable termina por romper la tensión que debe tener cualquier concierto de rock, por muchos aplausos que genere esta.
A pesar de esas interrupciones, el repertorio cobró rápidamente el pulso. “Mr. Haze” vino a demostrar que sus últimas canciones son tan válidas como las más veteranas, o “Conversation” y Summer Son” certificaron que pueden pasar milenios y ahí estarán, inasequibles al devenir del tiempo.
Antes hubo tiempo para un homenaje a Dan Penn, con su cover de “Keep on Talking”, propiciando un momento quizás no demasiado deseado por cualquier artista que pregunte a su respetable: “¿En España gusta el Northern Soul?”; y que la respuesta en el auditorio sea el silencio absoluto. Por fortuna el tema sonó como un auténtico tiro e hizo olvidar todo.
En la recta final, “Black Eyed Boy” y “Say What You Want” devolvieron el concierto a su lugar natural, una celebración de la música que ha acompañado durante casi cuatro décadas a varias generaciones.
En los bises, un dúo de temas que encajaron como un guante en la velada, “Inner Smile”, coreada hasta la saciedad y la versión de Mark James; “Suspicious Minds”, aunque –no nos engañemos– siempre será “esa canción de Elvis”.
Texas siguen siendo, no solo una banda más que solvente, Sharleen Spiteri mantiene intactos tanto ese magnetismo que esgrimía en sus primeros discos, como su apabullante voz. Menos capítulos autobiográficos hubieran hecho fluir mejor su concierto, pero también es cierto que, esas grandes canciones ganan a cualquier largo discurso.
Fotos Texas: Fernando del Río