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Entrevistamos a The New Raemon, David Cordero y Marc Clos

El confinamiento que vivimos el pasado año fue el detonante para que algunos artistas llenaran esas horas de angustia e incertidumbre, con nuevas ocupaciones. Uno de los ejemplos más recientes es el disco que The New Raemon, David Cordero y Marc Clos han entregado hace pocas semanas. A los que nazcan más tarde, una inspirada obra de tono expansivo en la que confluyen las virtudes de sus tres protagonistas. Un álbum de atmósferas y texturas que funciona mejor como bloque que picoteando entre sus pistas.

Quisimos hablar con sus creadores y profundizar no solo en la concepción de estas canciones, sino también en el perfil de los quizá menos mediáticos compañeros de aventura del hiperactivo Ramón Rodríguez. Para ello, mantuvimos una conversación con los tres que nos ayuda a contextualizar mejor el tono del LP así cómo el papel desarrollado por cada uno de ellos.

A David Cordero le recordaréis por estar detrás de Úrsula, aquella formación que a principios de siglo nos regaló discos como La Banda Sonora de Mi Funeral (Foehn Records, 2001). Una década más tarde, tras entregar Hasta que la soledad nos separe de clara concepción ambient, se separaron y el músico gaditano continuó explorando ese paisajismo sonoro, lo que le ha llevado hasta nuestros días a publicar un buen número de trabajos en diferentes sellos internacionales. Según cuenta “El último disco de Úrsula ya era rollo ambient y tocando en un festival de Mallorca el primero que se nos acercó para decirnos que le había molado fue Alva Noto. Flipamos, claro. Se interesó en nuestra música y poco después decidí seguir explorando esos sonidos y ya hacer cosas bajo mi propio nombre”.

Al grabar su primer disco empezó a ofrecérselo a sellos nacionales y ninguno mostró interés. “Después de que no me hicieran mucho caso aquí me vine arriba y llamé a l0s sellos internacionales que más me gustaban y uno de ellas me pilló, Home Normal”. Desde entonces ha sacado un buen número de referencias para varias compañías como el antes mencionado Home Normal, Dronarivm o Knockturne Records.

Por su parte Marc Clos es uno de los músicos de sesión y de directo más reclamados de nuestro país. Podéis encontrar su nombre junto al de bandas como Nueva Vulcano, Love Of Lesbian o el propio The New Raemon, entre otros. El multiinstrumentista de Sant Feliu de Guíxols es un todoterreno que no solo podréis encontrar en el circuito «independiente» sino que igualmente está involucrado en multitud proyectos de música clásica o antigua.

Si lo recuerdan, el pasado año a principios del confinamento, le escuchamos versionando “From The Edge Of The Deep Green Sea” y “To Wish Imposible Things” de The Cure junto a Ramón: Acababa de configurar mi propio estudio casero y quería probar cómo funcionaba. Una puesta a punto para coger un ritmo de trabajo y poder preparar aquí las pistas para los discos en los que estaba colaborando. Ramón vio lo que estaba haciendo y como le mola me dijo que contara con él. Fue toda una lección por su parte de cómo cantar The Cure sin que suene a copia barata y llevárselo a su terreno con un nivel increíble. El otro día recordábamos que esto lo grabamos justo antes de empezar este proyecto. No fue un detonante ni mucho menos, pero sí que nos dejó entrever las posibilidades de trabajar a distancia”.

Si indagan en su perfil de Youtube verán que él solito se encargó igualmente de adaptar otros dos temas de los de Robert Smith, Closedown” y “Last Dance”, tocando con absoluta naturalidad todos los instrumentos.No me centro en uno en concreto o en un estilo. Quizá no abarco en intensidad, pero sí en amplitud. En controlar varios lenguajes y si hace falta pillar una acústica para algún tema poder hacerlo o bajo, teclado… con Nueva Vulcano en los directos tengo un pequeño teclado. Me atrae desarrollarme como multiinstrumentista. Empecé a estudiar con la percusión clásica, luego me licencié como batería de jazz y luego hice un máster como especialista de percusión histórica y musicología. Un lío que flipas (risas)”.

Ahora entendemos mejor esta conjunción de músicos, que cada uno en su parcela, ha ejercido su papel para lograr que A los que nazcan más tarde sea un trabajo tan diferente y a la vez, tan especial. El bagaje y la trayectoria de Ramón, unida a la versatilidad de Marc y la inquietud y curiosidad de David, no podía defraudarnos y así ha sido.

Ramón es el más popular para el gran público, quizá esa haya sido la razón principal de mantener el nombre de su alias más reconocible, The New Raemon, junto al resto de sus compañeros para darle más consistencia al proyecto.

¿No pensasteis en ningún momento llamar al proyecto de otra manera o bautizarlo con el nombre de un grupo?

Marc Clos: Ramón que ha tenido más proyectos ya ha puesto algunos en marcha y luego al final es doble faena a la hora de dar a conocer las canciones. De este modo, al incluir The New Raemon, David Cordero y Marc Clos se mantenían las tres personalidades de cada uno y tenía una referencia de dónde venía cada uno. Una pequeña pista de lo que va a encontrarse. Recuerdo que colaboré con Ramón en una banda que montó junto a María Rodés y Martí Sales de Els Surfing Sirles, que bautizaron como Convergència i Unió y tampoco se entendió muy bien (risas). Era una convergencia de varios músicos y tal, pero como digo no llegó a entenderse. La idea por eso fue la de partir de nuestros tres nombres, aunque el funcionamiento es el de un grupo.

¿Qué diferencias habéis encontrado a nivel compositivo respecto al resto de tus discos?

Ramón Rodríguez: Los tres hemos trabajado las canciones desde cero, no había nada preparado con antelación, cuando trabajo solo improviso siempre, pero tengo algunas ideas en libretas o notas de voz. Esta forma de trabajar en modo ping-pong vía correo electrónico nos ha permitido manipular los archivos al criterio de cada uno, siempre pensando en la canción, intentando no destacar más que el resto para conseguir algo coherente. También es cierto que somos tres personas muy dadas a improvisar y trabajar con fluidez. A nivel compositivo ha sido sorprendente el resultado, funcionó desde el primer momento y el ritmo de trabajo nos fue sugiriendo otras formas de enfocar las canciones, en este álbum hay mucho aire, canciones que se sostienen con apenas base rítmica, hubiera sido imposible conseguir el mismo resultado sin estar los tres metidos de lleno en la composición, hasta que no convencía a los tres no dábamos la canción por terminada.

 

Supongo Ramón que para ti el proceso habrá sido diferente a Madee a Ghouls’n’Ghosts o tu disco junto a McEnroe, ¿no? 

Ramón Rodríguez: Cada proyecto en el que me involucro parte de un lugar distinto, puede que la diferencia entre otros discos y proyectos en los que he estado metido es la libertad que respira el trabajo que hemos firmado David, Marc y yo, si alguien escucha el disco se da cuenta rápidamente de lo libre que es el disco.

David te sugirió no utilizar la guitarra para componer, ¿cómo lo viviste?

Ramón Rodríguez: Me gustó mucho que lo planteara así, mi idea era hacer algo nuevo, no otro disco en solitario. Entiendo este proyecto como si fuera una banda, un trío de señores haciendo sus cosas, cada uno aportando y mejorando el resultado del álbum, nos hemos mezclado tanto que no sabría decirte quién tiró primero los dados en cada canción, pienso que eso es algo muy bueno.

¿Quiénes son aquellos “que nacerán más tarde” a los que dedicáis el disco?

Ramón Rodríguez: Aquellos que se acerquen a la obra en algún momento.

Tú David pareces acreditado como responsable de ‘drones’ en el último disco de The New Raemon

David Cordero: Bueno drones… metí mano digamos en lo que es arreglos y algún tipo de sonidos, aunque él en los créditos pone drones.

Ya habíais coincido previamente.

David Cordero: Sí, aunque seguía su carrera desde siempre, en persona nos conocimos en la grabación del disco Lluvia y Truenos (2016) junto a McEnroe que lo grababan en La Mina de Sevilla. Soy muy amigo de Ricardo Lezón y me invitó a participar en el disco con ellos donde grabé guitarras y esas cosas. También allí coincidimos con Marc y nos caímos muy bien. Después de grabar nos quedábamos a charlar mogollón de música, más tirando por mi terreno, de Harold Budd y cosas así más ambientales.

¿Y cómo surge preparar este disco?

David Cordero: Me llama Ramón, me pregunta si tengo algo que hacer y me propone hacer un disco conjunto, pero algo diferente a Coplas del andar torcido (2020). Algo que fuera nuevo tanto para él como para mí. La propuesta me pareció muy atractiva sobre todo para poder salir de mi terreno y comencé a darle vueltas. Antes de grabar estuvimos planeando, más de lo que queríamos, qué es lo que no queríamos. Sobre todo no queríamos que fuese un disco de The New Raemon con arreglos de David Cordero ni un disco de David Cordero con la voz de Ramón. Queríamos que fuese un disco de los dos como músicos totalmente integrado, más que una suma de estilos. Ahí empezó todo y a la vez incorporamos a Marc.

Marc Clos: Pensaron que les faltaba un elemento rítmico o tímbrico y yo podía aportarlo. Para mí fue como una cuerda para salir del pozo. Enseguida pillamos una rutina, ellos trabajaban más de día y por la tarde y yo lo cogía a media tarde y me quedaba currando toda la noche. Cada día chequeábamos el mail para ver el tema cómo había evolucionado y cómo se había modificado una idea que habías trabajado tú un día antes. Un rollo circular y una manera muy buena de pasar esas semanas tan raras.

El mérito de este disco que es suena a pocas cosas conocidas. Está el componente de la voz de Ramón, pero va más allá y funciona muy bien como bloque.

David Cordero: Me gusta que te hayas dado cuenta porque es algo que trabajamos mucho a nivel de concepto de sonido, cómo empacarlo todo. Lo que sonase diferente al resto no lo pensamos ni había ninguna premisa de sonar a algo en concreto. Ha sido un trabajo de fusionarnos, componer e integrar pistas. Ramón me enviaba un boceto de piano, pasaba por mis manos, yo lo transformaba en otra cosa. Eso que yo había creado pasaba a manos de Marc, que añadía o fusionaba… eso mismo volvía a Ramón o a mí y todo iba evolucionando dependiendo de las veces que pasaba por las manos de cada uno o del momento en el que decidíamos cuándo paraba.

Marc Clos: Todo esto nació como un experimento. No había tampoco una certeza muy grande de que iba a funcionar o que el método de trabajo fuera a ser productivo, pero creo que el resultado ha sido satisfactorio, algo que desde acabar el primer tema ya percibimos. Podría haber sido algo más underground, pero no. Tiene todo el conjunto su lógica y se enriquece con la propia imagen o con las colaboraciones de los artistas que han hecho los vídeos, Paula Bonet… es un bloque con su concepto lírico y estético.

 

Una experiencia para disfrutar al completo

Marc Clos: Exacto. Quizá Ramón y David intentaban tomar un poco de distancia, pero a mí la composición de este disco me ayudó mucho y me mantuvo a flote. La música que estábamos creando era la que escuchaba, no podía oír la que escucho habitualmente. Ver cómo iba tomando forma me animó bastante y me ayudó cuando empezamos a salir por las mañanas a hacer deporte, de 6 a 10 me lo llevaba en los cascos. Todo tiene su lógica y contiene el sello del momento en el que ha sido compuesto y creado. Es curioso que a nosotros nos ayudara porque ha habido mucha gente que en una situación como la que vivimos sufrió una parálisis total.

Las letras funcionan un poco como los paisajes que acompañan a cada canción, ¿es algo intencionado? 

Ramón Rodríguez: Si te fijas en mis dos últimos discos en solitario notarás que cada vez hay menos texto, me atrae mucho la idea de contar más con menos, si logras que sea emocionante con tan poco vas por buen camino.

¿Cuándo lo dais por terminado?

David Cordero: Una vez que teníamos varias canciones llegó la idea de darle un empaque a todo, que todo suene bien y tenga su hilo conductor, un álbum y no una suma de canciones sueltas. Ahí hay mucho trabajo no solo en las mezclas que hicimos nosotros, sino Raúl Pérez en La Mina a la hora de producir la grabación. El disco como dices y como nosotros lo vemos es un bloque, no una colección de canciones.

¿Cómo entregáis el disco al estudio?

David Cordero: A Raúl le entregamos cada canción por pistas separadas con unos patrones que queríamos que siguiera. Yo trabajo de una forma muy peculiar que se sale un poco del pop y del rock, es decir: voz, guitarra, bajo, batería… normalmente se sabe que el bajo tiene que ir ligado a la batería, que la guitarra un poco más alta, los estándares. Yo, al hacer una música un poco más experimental, trabajo con capas más que con elementos. Lo bueno de haber contado con Raúl Pérez es que como ya me conoce, sabe lo que le tengo que enviar. Son muchos años colaborando y conoce cuándo va la familia de subcapas que son pistas que están muy al fondo u otras que tienen que ir más altas. Recibe el álbum completo, pero todas las canciones por pistas y dentro de esas canciones una guía. Él se encarga de limpiar y pulir.

¿Y qué porcentaje hay de Protools y de instrumentos “convencionales”?

David Cordero: El álbum está hecho a tres ordenadores. El ordenador hoy en día es un instrumento más. Para mí de hecho es mi principal instrumento porque yo con él creo música y melodías. Cojo sonidos analógicos y más tradicionales y los transformo en algo digital.

Lo que quería decir es si aparte de ordenador también se ha utilizado instrumento real.

David Cordero: Sí, claro. Hay pianos, casi todo lo de Marc Clos que son instrumentos percusivos son reales… lo que pasa es que no aparecen en el disco con su sonido natural. Puede ser que de 10 segundos de piano yo haya creado un manto y una textura. Sonido 100% real, muy poco. Lo que hay es mucho proceso de manipulación, aunque casi todo el álbum nace de un instrumento real. Y ya no solo de eso, sino de sonidos reales como el canto de los pájaros de mi vecino, que tiene un criadero. Tanto el canto natural grabado en casete, como manipulación pasándolo por proceso, pedales… lo que hacía Robert Fripp con los Frippertronics.

Hemos querido hacer cosas diferentes y divertirnos. Por ejemplo, también he manipulado muchas voces de Ramón, pequeños coros o pequeñas voces en canciones que he doblado y he metido efectos. Hemos jugado y nos lo hemos pasado bien.

¿En este proceso circular en el que las canciones iban de uno a otro ha habido alguna que se os resistiera más?

Marc Clos: Tampoco dieron muchas vueltas. Igual tres o cuatro, hasta que cogían su personalidad. Pero lo cierto es que mutaban mucho, una idea muy pequeña y muy minimalista iba creciendo y cogiendo otros caminos. En mi caso yo les enviaba alguna propuesta pensando que me la iban a devolver pero al contrario, de repente Ramón le ponía letra a mi idea y la llevaba hacia otro sitio para que terminara dándole otra vuelta. Ha sido un proceso muy vivo y muy orgánico, los primeros sorprendidos hemos sido nosotros.

David Cordero: Yo si te soy sincero no lo recuerdo bien, el disco lleva grabado unos cuantos meses. Desde que lo hemos terminado hemos preparado un segundo y aparte yo he grabado tres más. No tengo ningún recuerdo negativo de ninguna, ha sido todo muy fluido. Lo creamos todo en menos de un mes y nada en especial se atascó. Si uno de nosotros se quedaba medio atascado, pasaba la pelota al siguiente y a partir de esa idea surgían otras nuevas.

 

¿E ibais de canción en canción o estabais trabajando en varias de manera simultánea?

David Cordero: Canción a canción, porque no teníamos nada. El disco lo empezamos de cero, no existían notas ni pistas grabadas, ni melodías, ni voces ni letras. Arrancábamos con algo, empezaba el ping-pong este de uno a otro y así las íbamos completando y pasábamos a la siguiente.

Ramón Rodríguez: Era empezar de cero cada canción, al no haber nada preparado nos dejábamos llevar por la atmósfera de cada pieza, a todos los niveles, incluso con las voces, ya que había propuestas tan abstractas que era todo un reto cantar algo encima.

Ramón, tú ya habías trabajado con David y con Marc más como músicos de apoyo que como co-compositores, ¿qué te ha sorprendido de ellos que no conocías como músicos? 

Ramón Rodríguez: Lo buenos que son arreglando canciones, también la energía que transmiten al recibir mis melodías y letras, me hizo cantar mucho más relajado que nunca, también esforzarme al máximo para seducir a mis dos amigos con las propuestas que les iba enviando.

¿De no haber habido pandemia habría existido este disco?

Marc Clos: Somos muy activos los tres y yo pienso que sí. Seguramente habría sido algo totalmente distinto, pero algo habríamos hecho.

Supongo que para el disco nuevo este que tenéis, el proceso es el mismo. ¿O habrá muchas sorpresas? 

Ramón Rodríguez: Le hemos dedicado mucho más tiempo, queríamos que fuera distinto al primero, personalmente estoy muy feliz con la dirección las nuevas canciones que hemos escrito juntos. Mezclaremos el disco en julio, nuestra intención es publicarlo en algún momento de 2022.

David Cordero: Es lo mismo, pero como en todo segundo disco siempre quieres hacer algo más, que no sea exactamente igual. Aunque sea el mismo proceso le estamos dedicando más tiempo.

Supongo que habrá habido diferencias en lo mental entre el primero (que se concibió en un confinamiento total) que en este.

Ramón Rodríguez: Sí, pero sigue la misma idea conceptual, un disco hermoso, para escuchar y reflexionar con los textos. Nos gustaría completar una trilogía juntos, publicar los tres discos seguidos.

Marc Clos: Antes estábamos 24 horas encerrados en casa y ahora estamos trabajando en más cosas. Es diferente todo, pero nos está sorprendiendo el resultado.

David Cordero: Bueno, yo me paso todo el día en casa igual. Salgo a comprar y a sacar al perro. En el disco nuevo estamos destinando más tiempo y si en el otro pusimos algunas reglas en plan “sin guitarras, etc”, aquí están más cuidados los arreglos y los elementos que entren y salgan, eso conlleva reflexionar más cuando tienes las pistas. Este elemento aporta, pero ¿qué pasaría si lo quito? Nos hemos parado más en este tipo de cosas. La idea es ofrecer algo diferente.

Ramón, de un tiempo a esta parte se te ve feliz como creador alejado de la escena y siguiendo tus propios impulsos.

Ramón Rodríguez: Es cierto, tampoco me he sentido nunca parte de ninguna escena, he ido bastante por libre toda mi vida musical. También me hace sentir bien saber que tengo mi público y no ser esclavo de la cultura de los festivales, dinero, popularidad, redes sociales, etc. Ahora mismo solo me interesa seguir componiendo canciones y publicar discos cuando me apetezca. Tocar en directo ya lo he hecho mucho, solo tengo en marcha el espectáculo junto a Paula Bonet, el resto no voy a seguir haciéndolo por el momento, prefiero invertir mi tiempo en escribir y en disfrutar de mi familia y amigos.

La creatividad se va desarrollando, ¿os habéis planteado hacer algún tipo de presentación una vez se publique este segundo o ya el tercero como dice Ramón?

David Cordero: Es algo complicado. Con la situación actual tampoco apetece meterse en estos fregaos. Si hiciéramos algo en el futuro tampoco nos gustaría que fuera el típico concierto de tocar y adiós. La idea nuestra sería hacer algo especial, que realmente aporte al espectador desplazarse para encontrarse algo que no tenga en casa. Por ahora ni nos lo planteamos.

Ramón Rodríguez: Nos gustaría hacer un espectáculo para teatros, que no sea un concierto al uso, si no podemos hacerlo en esas condiciones es muy probable que no hagamos nada, de momento publicaremos el segundo el próximo año, haremos algún bolo si para entonces se nos presenta la oportunidad de presentarlo del modo que merece.

Marc Clos: Una vez tengamos los discos yo soy un fanático de tocar en directo y espero que lo hagamos. Tendría que hacerse bien, como dicen ellos, siguiendo la misma línea estética y de transversalidad incorporando vídeo, pintura… hacerlo en teatros pequeñitos.

David Cordero: Si lo hacemos lo haremos bien. Ellos viven en Barcelona y yo en Cádiz. Preparar unos directos requiere mucha interacción personal de estar los tres juntos, qué hace cada uno, variar las canciones… me tocaría a mí el traslado (risas) y a día de hoy es difícil.

 

 

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