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Mitski (Noches del Botánico) Madrid 04/06/24

Mitski fue la encargada de inaugurar –con The Land Is Inhospitable And So Are We (Dead Oceans, 23) bajo el brazo– una nueva temporada de ‘Noches de Botánico’, ese maravilloso ciclo de conciertos que se celebra en un paraje tan acogedor como son los Jardines del Botánico y que puede (y debe) presumir de contar con el mejor enclave al aire libre de todo Madrid. Una primera velada en la que el aura hipnótica, casi cósmica, de la artista americano-japonesa fue colonizando progresivamente todo el recinto, arrastrando tras de sí a una audiencia poblada con mayoría de público juvenil, el mismo que ha llegado a instaurar el fenómeno fan en torno a la vocalista. Una reacción cuando menos chocante para con una artista de calidad contrastada, maneras complejas alejadas del cliché, y que gusta de picotear entre diferentes géneros para enriquecer su detallada y por momentos delicada obra.

Un marcado contraste, el dejado por la profundidad de canciones espléndidas interpretadas de manera exquisita y esa algarabía adolescente que propiciaba cualquier movimiento de la protagonista, hasta quedar la anomalía como una de las peculiaridades inexcusables del concierto. La otra (y principal) recayó sobre una puesta en escena impecable, elegante y de gran fuerza visual, también teatral y dramática, pero rematada en todo momento con gusto exquisito que huye de cualquier vulgaridad ostentosa. Mitski reclama en todo momento el foco principal, jugando con las opciones que ofrece un segundo escenario circular sito en la parte central de la estructura del Botánico, mientras una infalible banda de siete miembros la rodea y cumple en su función de armar las composiciones desde la sombra. Nada debe desviar la atención del argumento principal, que no es otro que la materialización, en la figura de Mitski, de dos docenas de canciones que fluyen a través de un sedoso espectáculo. Desde la inicial “Everyone” a una “Fireworks” que cerraba el grueso del concierto, pasando por “Star”, “Heaven”, “Happy”, “First Love/Late Spring”, “My Love Mine All Mine”, “Bug Like An Angel” o “Love Me More”, a las que sumar (como bises y ya en modo karaoke) “Nobody” y “Washing Machine Heart”.

Mitski puede parecer, a primera vista, una artista de aspecto sencillo, casi anodino. Pero, en base a un espectáculo que por momentos sugiere escenas de una película de ciencia ficción y unas cualidades creativas multifacéticas, bien podría esconder bajo esa piel común a un extraterrestre que maneja los tiempos (y, por ende, todo el espectáculo) a la perfección. Se trata, la suya, de una conquista progresiva; un tipo de cortejo muy específico que señala a una artista definitivamente diferente y tocada por la varita. En directo, Mitski práctica un magnetismo espoleado exponencialmente con el paso de los minutos, que seduce por igual a adolescentes con las hormonas a flor de piel que a aquellos miembros de la vieja guardia que reconocen en ella a una figura de gran valor. El sideral paso de Mitsuki Miyawaki por Noches del Botánico dejó, ante todo y en definitiva, un concierto de trazo precioso y poso difícil de olvidar para cualquiera que acudiese, el pasado martes, a la llamada de una diva de las de verdad.

Fotos Mitski: Víctor Moreno (Noches del Botánico)

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