Asistimos a un encuentro con Blur en Madrid

Hace solo unas semanas que saltaba la noticia acerca de la próxima publicación de The Ballad Of Darren (Parlophone, 23), el que será noveno disco de estudio de Blur ocho años después de The Magic Whip (Parlophone, 15), que a su vez significó el regreso al estudio del combo tras su época dorada. Fue un anuncio por sorpresa (según confesó con cierto hastío el propio Damon Albarn (recuerda nuestro reciente especial) en un momento del acto que nos ocupa, no se veían a sí mismos colgando en redes sociales fotos o vídeos en el estudio), que seguía al de los conciertos masivos que el grupo formado a finales de la década de los ochenta por el propio Albarn, Grahan Coxon, Alex James y Dave Rowntree concretará el próximo mes de julio al amparo del Hyde Park londinense. El álbum verá la luz en Parlophone –sello ubicado en la infraestructura de Warner– y, aprovechando su paso por Madrid como cabezas de cartel de la primera edición del Primavera Sound en la ciudad, la multinacional organizó un Q&A con Albarn y el guitarrista Coxon.

Como ya es de sobra conocido y tras la cancelación de toda la programación del jueves debido a las consecuencias de la lluvia caída sobre Madrid el día previo, finalmente Blur actuaron para unos cuantos afortunados en la sala La Riviera –escenario que ya habían pisado en varias ocasiones durante los noventa–, pero antes pasaron por el imponente edificio que el sello tiene en Príncipe Pío. Un acto que comenzó con generosa bienvenida culinaria y continuó con la escucha íntegra de The Ballad Of Darren (Parlophone, 23), un espléndido álbum de corte nostálgico que muestra la esplendorosa madurez en la que se encuentra inmerso el grupo. Una obra de diez temas acerca de la que, debido a la confidencialidad firmada, aún no cabe desvelar detalles, pero que sin duda se impone como uno de los lanzamientos más esperados del año y, dada su calidad, parece destinado a saldar esas enormes expectativas que pululan a su alrededor. Fue justo a continuación cuando los artífices del trabajo en cuestión hicieron su aparición en el coqueto auditorio, para participar en el coloquio y, tras responder a algunas preguntas del moderador con cierto cansancio aparente (y también algo de humor ácido muy británico), pasaron a atender las cuestiones lanzadas por los diferentes medios invitados al sarao.

Una secuencia en la que los británicos dejaron claro, por ejemplo, que no consideran el presente retorno como una reunión en términos estrictos, ya que este es su cometido y a lo que se dedican: son músicos y en eso precisamente consiste su trabajo, juntándose de tanto en cuando con el fin de crear canciones que deriven en un nuevo disco. Tampoco parecieron muy convencidos cuando alguien mencionó que la portada seleccionada (una bonita fotografía de su reputado compatriota Martin Parr) recordaba a la que en su momento adornó el que fuera su primer disco, ‘Leisure’ (Food, 91), señalando el vocalista que seguramente guardaba más similitudes con la imagen de ‘The Great Escape’ (Parlophone, 95). Blur, que ya retrataron con precisión y acierto la sociedad británica que les rodeaba en discos mayúsculos como ’Modern Life Is Rubbish’ (Food, 93) y, por supuesto, el eterno ‘Parklife’ (Parlophone, 94), confirmaron lo que minutos antes había insinuado la escucha de su inminente nuevo trabajo. ‘The Ballad Of Darren’ (Parlophone, 23) se encuentra, de algún modo e inevitablemente, influenciado por el entorno y la realidad latente en su país (sí, esa post-Brexit) indicando de paso que el “Darren” del título no es sino un superviviente. Incluso remarcaron, jugando con el título del que fuese su segundo elepé, que “la vida moderna sigue siendo basura. Más todavía que antes”.

Lo cierto es que Damon y Graham no estuvieron especialmente animosos durante los cuarenta minutos que duró la velada, pero aguantaron el tipo con profesionalidad y dejaron puntualizaciones y algunos porqués acerca del que el 21 de julio será su nuevo trabajo. Una vez dada concluida la actividad, una persona de su equipo se encargó de llevarse a los artistas, mientras fuera del edificio esperaba la furgoneta que les desplazaría. No obstante, antes de subir al vehículo (y a pesar de la habitual negativa inicial del miembro de seguridad), ambos músicos tuvieron a bien pararse unos minutos para firmar discos y hacerse fotos con algunos de los periodistas, que en ese momento ya habían dejado fluir la pasión pasando a ejercer como fans. Un detalle tan agradecido como el privilegio de escuchar de manera anticipada esas diez evocadoras canciones que componen The Ballad Of Darren. Y es que, no todos los días se tiene delante a un guitarrista del todo determinante como Graham Coxon ni al talento británico más inquieto y pluscuamperfecto de toda su generación.

Fotos Blur: Sharon López

 

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