Entrevistamos a Mogwai
Mogwai nos ha sorprendido con su nuevo trabajo, The Bad Fire. Un trabajo que llega coincidiendo con su 30 aniversario y que nació tras el inesperado éxito de su anterior álbum, As the Love Continues (2021), y tras una etapa muy difícil para Barry Burns, debido a la enfermedad de su hija.
Por suerte, las cosas han ido mejorando, y este nuevo disco destaca por un sonido más expansivo y cinematográfico, el cual se ha ido consolidando en los últimos años. Además, la gira que acompañará el lanzamiento los llevará por varias decenas de países, incluyendo algunos en Asia, con más de 50 conciertos programados. En España, por ahora, estarán presentes como cabeza de cartel en la edición de este año del festival madrileño Tomavistas (entradas aquí).
Charlamos con el miltiinstrumentista Barry Burns para que nos cuente más acerca de este nuevo álbum, sobre la influencia de Mogwai en las nuevas generaciones, el origen de algunas de sus canciones o cómo están planteando esta nueva gira.
“Somos más felices siendo una banda de directo, los discos son sólo una fotografía de lo que estamos haciendo”
Un placer hablar contigo, Barry. Enhorabuena por el lanzamiento de vuestro undécimo disco de estudio, The Bad Fire. ¿Cómo te encuentras y cómo estás viviendo estos momentos?
Ahora bien, pero fueron dos años difíciles y estresantes a nivel personal debido a algunos problemas de salud de mi hija.
Lo siento…
Nada, ahora todo va bien. Fue muy tenso, pero ahora que todo ha terminado y el álbum está listo para salir este mes, me siento mucho más optimista. Estoy bien.
Me alegro de corazón. Tu incorporación a Mogwai en 1999, antes de la grabación del segundo álbum de estudio (Come on Die Young), marcó un punto clave en la evolución del grupo. ¿Cómo recuerdas aquellos primeros años en la banda?
Un comienzo que nunca se me va a olvidar. Recuerdo que tuve que coger un vuelo a Estados Unidos porque tenía que reunirme con los chicos en el norte del estado de Nueva York. Lo recuerdo perfectamente porque nunca había volado solo. Estaba un poco nervioso; tendría veinte o veintiún años. Cuando llegué, estaba nevando un montón y la banda me estaba esperando en la puerta con el productor Dave Fridmann. Inmediatamente pensé: «Buah, qué buena manera de empezar a ser parte de la banda y comenzar una nueva carrera».
Eso sí que es comenzar con buen pie.
Fue realmente muy guay, muy divertido. Una experiencia extraña porque, claro, nunca antes había hecho nada parecido. Eso sí, en todos los conciertos posteriores estaba bastante nervioso. Pero los chicos, desde ese primer momento, fueron muy amables. Es genial que eso se mantenga después de tanto tiempo junto a ellos, seguimos siendo grandes amigos.
¿Crees que algo de toda esa amistad adolescente, por decirlo de alguna manera, sigue estando presente en el nuevo álbum?
Un poco sí, desde luego. También hay que tener cuidado, cuando escuchas a bandas tratando de revivir su juventud, a veces suena un poco vergonzoso. Tenemos que aceptar que rondamos los cincuenta, o algunos ya los hemos cumplido.
Recuerdo que Dave, curiosamente, en aquel momento en el que estábamos haciendo ese álbum me dijo algo así como: “cuando más mayores se hacen las bandas, a veces más pop se vuelven”. No diría que somos un grupo joven, pero si tenemos más acordes mayores.
Después de más de 30 años como banda, ¿cómo describirías la evolución del sonido de Mogwai? ¿Cada disco nuevo es una conversación con el anterior o más bien una especie de ruptura?
Siempre intentamos hacer algo diferente. Como cualquiera, en ocasiones no lo logramos, pero tratamos de seguir adelante. Una cosa que solemos hacer es que, si hemos escrito, por ejemplo, veinte canciones para un álbum, eliminamos todas las que suenan demasiado parecidas al anterior. A esto lo llamamos «resaca del último álbum». Además, como componemos muchas bandas sonoras para películas y series, al final terminan filtrándose en nuestro trabajo. Siempre hay un montón de … supongo que, en gran medida, uno se influye a sí mismo.
Vuestro anterior álbum, As The Love Continues (2021), marcó un hito al llegar al número uno en las listas del Reino Unido. ¿Os sorprendió ese éxito?
Totalmente. Supongo que fue porque sacamos el álbum en enero, y no había mucha gente haciéndolo.
Una estrategia sin puntos flacos (risas)…
En enero de este año, creo que The Weeknd saca nuevo álbum, así que no vamos a llegar al número uno.
No es algo en lo que realmente hayamos pensado. Cuando sucedió, no parecía real. Siendo honestos, personalmente tampoco significó demasiado. No soy muy fan ni de los premios ni de los charts. En cien años nadie recordará esto, así que, ¿por qué debería importarnos ahora?
Como bien decías, vuestro nuevo trabajo se publica en apenas unas semanas. ¿Qué nos puedes contar acerca de él? ¿Cómo ha sido el proceso de composición y grabación?
Esta vez fue diferente por la situación de mi hija. Normalmente, solemos escribir las canciones por separado y luego las trabajamos conjuntamente antes de grabarlas. Pero esta vez… realmente no estuve con la banda, era como si estuviera viviendo otro Covid. No podía salir y tenía que mantenerme alejado de la gente por seguridad, estaba un poco aislado. Fue una experiencia rara, pero luego fue muy bonito cuando pude entrar al estudio con los chicos, cuando ya era seguro. Pero sí, la situación fue extraña. No sé, creo que todavía arrastro algo de estrés postraumático por todo lo que pasó.
Entiendo…
Sí, pero ahora cuando comencemos con la gira las cosas volverán a ser más normales, creo que todo volverá a la normalidad.
Lo cierto es que Mogwai siempre ha sido una banda difícil de clasificar. Por un lado, vuestra música es muy introspectiva cuando la escuchamos de forma solitaria. Por otro, es increíblemente energética cuando la disfrutamos en un concierto. ¿Cómo lográis equilibrar estas dos dimensiones a la hora de componer?
Es algo con lo que siempre estamos lidiando. Como banda, creo que hacemos álbumes decentes, pero siempre pensamos que somos mucho mejores en directo. Siempre ha sido así. La gente también nos lo dice; creo que un concierto de Mogwai es mucho más visceral. El volumen está de nuestro lado, además de la presencia física del bombo y el resto de los instrumentos. Parece algo básico, pero funciona muy bien.
Una cosa que siempre nos ha pasado es que hemos tenido muchas dificultades para trasladar esa energía a los discos. Es una experiencia completamente distinta. Yo, por ejemplo, en otros casos, he disfrutado de grandes álbumes, y luego he ido a ver a esas bandas en vivo y no lo he disfrutado tanto.
Totalmente.
Supongo que somos más felices siendo una banda de directo, y los discos son sólo una fotografía de lo que estamos haciendo.
Siempre habéis priorizado un enfoque instrumental en vuestras composiciones, ¿cómo decidís cuándo y cómo incorporar partes vocales en una canción?
Antes solía pasar porque teníamos una canción terminada, pero no nos sonaba como si estuviera finalizada. Pensábamos que para rematarla debíamos agregarle algunas voces. Realmente era así, o pedíamos a un amigo que tocara el violín o a alguien que añadiera una melodía que no éramos capaces de hacer.
En este disco, hubo una canción en la que, desde el primer momento, supe que quería ponerle una parte vocal. También, por ejemplo, Stuart quería incluir voces en varios temas. Es algo que ha ido cambiando. No sé, desde luego no es nuestro punto fuerte, pero como decía antes, se trata de querer avanzar e ir probando cosas nuevas, incluso aunque no sepamos cantar correctamente.
¿Cómo una especie de adorno o complemento, no?
Exacto. A veces un adorno horrible (risas)
Por ejemplo, una de las canciones que más he disfrutado de este nuevo álbum es el primer tema, “Gods Gets You Back”. Una canción que se extiende casi a los siete minutos y que solo cuenta con tres frases.
Sabes que fue mi otra hija la que escribió la letra de la canción, porque yo no sé escribir letras. La dije: “¿Por qué no lo haces?” Solo tiene ocho años
¿En serio?
Sí (risas). Bueno en ese momento tenía siete años. No tiene mucho sentido, de todos modos es lo que diría un niño.
Yo pensado que era algo metafórico ….
Los niños son geniales, proponen ideas que a un adulto nunca se le ocurrirían. Supongo que es un poco como los artistas visuales, que en ocasiones intentan recrear dibujos infantiles.
¿por qué no les preguntamos más a los niños?
Me encanta, tienes razón. Otro elemento que nos interesa conocer es la historia detrás de algunos de los títulos de vuestras canciones, ya que son bastante curiosos. ¿Cuál es la historia detrás de nombres como “Fanzine Made of Flesh” o “Pale Vegan Hip Pain”? ¿Fue influencia de algún niño?
Más o menos (risas). Justo el otro día estábamos hablando de dónde narices vino el nombre de “Fanzine Made of Flesh”, porque a veces se nos olvida de dónde vienen. En esta en concreto, creo que tenía que ver con alguien al que le gustaba mucho la banda, pero era un poco pesado. Era como un fanzine convertido en ser humano. ¿Cuál era el otro?
“Pale Vegan Hip Pain”
Mi primera esposa era vegana y fue al médico porque le dolía la cadera. Justo vio que el médico escribía en un trozo de papel: Pale Vegan Hip Pain. Supongo que el médico no esperaba que ella lo viera
Hace unos meses, estuvimos en el concierto de American Football y nos pareció muy interesante ver cómo un montón de chavales de veintitantos conectan tan profundamente con la música de bandas underground de los noventa, algo que, por supuesto, también nos pasa a nosotros. Lo mismo que ocurre con American Football, ocurre con Mogwai. ¿Cómo ves el legado de bandas como la vuestra en las nuevas generaciones?
Lo primero es que, como escoceses, siempre nos da vergüenza el hecho de que podamos ser influyentes. Es algo difícil. Cuando ves a la gente hablar de nosotros en la prensa, sobre lo que hacemos o la repercusión que podemos tener, siempre nos sorprende. Siendo sinceros, siempre hemos sido un tanto egoístas. Nuestro objetivo era hacer música para nosotros, y sigue siendo el mismo. Es una forma curiosa de verlo. Ni queríamos ser influyentes ni nada por el estilo, solo queríamos hacer música. Nosotros también fuimos influenciados por tantas otras bandas que, de alguna manera, les hemos robado…
Todo buen artista siempre se inspira en otros buenos artistas, nadie crea desde la nada.
Sí, por supuesto. Siempre viene de algún lado, ¿verdad? Es bonito escucharlo, pero obviamente también es un poco vergonzoso…
En cuanto a la conexión con los veinteañeros, no sabría decirte. La única forma de averiguarlo es cuando hagamos los conciertos y lo veamos. Recuerdo que antes solo venían chicos a vernos, esto sí que ha cambiado. Ahora, cuando tocamos, hay gente de todo tipo, de todas las edades, chicos, chicas, hombres y mujeres. Es bonito que hayamos logrado atraer a tanta gente diferente, pero, de nuevo, creo que es pura suerte. No sé cómo pasa, pero pasa. Tampoco es algo que nos hayamos propuesto.
El año pasado estuvimos entrevistando a unos compatriotas vuestros, Belle and Sebastian, que justo venían a tocar a Madrid al festival Tomavistas, el mismo festival al que vais a venir en unos meses. Se nos olvidó preguntarles cómo era el Glasgow de los noventa. ¿Cómo recuerdas aquellos días?
Fue una época muy buena para ser músico, la gente se apoyaba mutuamente. No sé si en Manchester había una escena, pero allí muchas bandas sonaban parecidas entre sí. En Glasgow estaba un poco mal visto. Si sonabas como otro grupo, recibías bastantes críticas de otras bandas. Era como si solo estuvieras copiándoles
Formaciones como la nuestra, Belle and Sebastian, Arab Strap, entre otras, sonábamos bastante diferentes entre nosotras, pero igualmente nos juntábamos y charlábamos sobre música. Fue una época bonita. No sé si ahora es así porque, como persona más mayor y con hijos, ya no salgo a tantos conciertos. No sé si hay tantas como antes o cómo se relacionan, pero sí que me interesa la música nueva. Siempre me gusta escuchar cosas nuevas, pero ya no soy tan bueno como antes para encontrarla por mi cuenta. Lo sé, es una excusa horrible, pero…
Además, ahora la situación es bastante difícil para las bandas escocesas tras el Brexit, sobre todo las más jóvenes, debido a los sobrecostes a la hora de plantear las giras.
Sí, estamos bastante horrorizados por lo que tienen que pasar ahora las bandas más noveles para poder tocar en Europa. Tienes que pagar un montón de dinero para poder llevar tu equipo. Ahora, es bastante difícil. Aunque internet ha facilitado la búsqueda de música, a los grupos les resulta mucho más difícil poder salir, girar y tocar sus canciones en el extranjero.
Nosotros tenemos la suerte de habernos subido a esa ola, y nos mantenemos en una primera línea, pero incluso a nosotros nos cuesta mucho, muchísimo más dinero venir a tocar a Europa que antes, y esto es una tragedia, sobre todo para las bandas más jóvenes. Algunas personas y unos capitalistas muy listos han hecho que suceda todo esto. No es algo bueno.
Vuestro próximo concierto en la Queen Margaret Union de Glasgow marca el inicio de una extensa gira con 50 fechas confirmadas hasta agosto. ¿Qué expectativas tenéis para este primer show y cómo os preparáis para un tour tan intenso?
Mucho ensayo. En cuanto terminemos la entrevista, tengo otra y luego tengo que ir a ensayar porque justo ahora estoy en mi estudio. Estas últimas semanas están siendo un tanto intensas. Lo más extraño es que vamos a intentar hacer esta gira sin beber alcohol, lo cual es algo nuevo.
Llevamos ya muchas giras encima, estamos acostumbrados al proceso. Pero en esta ocasión, para ser sincero, después del mal año que hemos tenido, tengo muchas ganas de salir, tocar y pasar el rato con mis amigos. Voy a ver a bastante gente que hace mucho tiempo que no vemos.
¿El hecho de hacer una gira sin alcohol es por motivos de salud o simplemente para disfrutar más del proceso?
Un poco por las dos cosas, pero sobre todo por un tema de salud. Cuando estás en el camerino, todo está lleno de alcohol y comida bastante horrible, y cuando llegas a casa y terminas, te sientes fatal. Es por estar un poco más sano.
Además de las actuaciones habituales en Europa y Estados Unidos, esta vez también visitaréis países como China, Taiwán, Japón y Tailandia. ¿Qué significa para vosotros llevar la música a estos lugares, más allá de la cultura occidental?
En general, siempre que hemos estado en lugares así ha sido muy positivo. Es cierto que hay ciertas zonas en las que no tenemos un gran mercado, como es el caso de Tailandia, aun así la gente viene a vernos y están muy contentos de que giremos por allí. Ojalá pudiéramos hacerlo más, pero como hablábamos antes, ahora es más difícil por los gastos que conlleva y lo caro que se ha vuelto todo. Aunque sean solo un par de conciertos, nos alegramos de poder ir y hacerlos.
Y cuando vais a estos lugares, ¿suelen ir descubriros o ya hay una base de fans que va a veros?
Sí, recibimos muchos correos diciendo: “Por favor, venid a Tailandia” o el lugar que sea, pero si no hay nadie dispuesto a arriesgarse, un promotor o una agencia, las posibilidades, pues, son bajas. Tenemos que esperar a que nos lo pidan.
Existe una leyenda que dice que Mogwai es la banda más ruidosa de Escocia, hasta el punto de que muchos recomiendan llevar tapones a vuestros conciertos. ¿Es cierto?
Muy cierto (risas). ¿Conocéis el lugar en el que vamos a tocar próximamente, el QMU de Glasgow? Fui a ver a Dominic, a la otra banda de nuestro bajista (Crippled Black Phoenix) la semana pasada, y me olvidé de llevar tapones para los oídos. Realmente me arrepiento
Así que todo es culpa de Dominic.
Es culpa de Dominic, sí.
Ha sido todo un placer hablar contigo Barry, por último ¿Qué significa para ti la música?
«Siempre me ha acompañado. Cuando tenía 3 o 4 años, recuerdo que había un programa de televisión en la televisión americana llamado El increíble Hulk. Recuerdo escuchar la música desde abajo, donde mis padres lo estaban viendo, y me puse a llorar. En ese momento, me pareció una canción tristísima. Esa imagen se me quedó grabada, y desde entonces la música me ha afectado muchísimo… simplemente por unos acordes menores (risas).
No hay que despreciar nunca el poder de unos simples acordes menores.
Si, la música es un medio muy emocional, y todavía la amo. Es algo que me apasiona.