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Lo nuevo de Chucho a través de sus canciones: Cap. 8

Próximamente llega el esperado nuevo disco de ChuchoCorazón roto y brillante (Intromúsica). El regreso de la banda de Albacete es un álbum conceptual sobre una ruptura, que nos cuenta la historia de Pere y María a través de sus doce canciones. Antes de escucharlas, conocerás lo que esconde cada una de ellas de la mano de Fernando Alfaro, quien nos irá desvelando en Muzikalia un relato dividido en capítulos, correspondientes a cada una de esas canciones. Ya está disponible el capítulo 8.

Próximamente, más entregas.

 

PERE Y MARÍA: 08> Vals del trueno

Un día Pere escribió, en esa red cibernética de intercambio de pareceres, a menudo entre gente que se ignora mutuamente, en esa red telemática tan popular, la siguiente frase:

Hay marchas nupciales y marchas militares, y hay también marchas nupcio-militares.

Pero ¿cuántos canales de comunicación distintos necesita esta gente? Días extraños estos, tecnológicos días. Cuando yo morí a finales de los sesenta, lo más avanzado que había era mi reloj Tissot y la televisión en blanco y negro. Y el teléfono riiiing riiiing. Y es por eso quizá que no estoy familiarizado con la terminología contemporánea de este mundo estrambótico, con todos sus algoritmos y sus cosas. O quizá sí que conozco toda esa jerigonza, y la tengo superada. El mundo virtual, fantasmal al fin y al cabo, desde luego no me es ajeno… ¿Seré acaso un dios…? No, seguro que no; pero me permito blasfemar. Al fin y al cabo, ¿quién puede oírme?

Cuando María regresó de trabajar aquel día, o ya noche, de diciembre, había estado matando el aburrimiento suburbano en el tubo de hierro consultando en su dispositivo las distintas epopeyas personales de conocidos y desconocidos. Había leído el aserto escrito por Pere.

Pere notó desde casa cómo temblaban los cimientos, el suelo bajo sus pies en un hormigueo ominoso, por el acercamiento del metropolitano, y el anuncio que traía consigo. No andaba errado. Oyó cerradura en puerta, ñiiic ñiicc. Pasos, y silencio.

—¡Hola! ¿Qué tal el día, cariño?

—Marchas fúnebres y marchas militares. Y nupcio-militares, ¿no?

—Joder, ¿tan mal te ha ido?

—Vete a la mierda, capullo. Ya he visto lo que has puesto.

—Es un tuit. No es nada.

—Ya. Nada. ¿Marchas nupciales? Llevo putos meses diciendo que nos deberíamos casar y tú ninini nanana…

—Pero si tú ya estás casada. ¿Te piensas divorciar algún día? A mi me da igual, eh. Me pone.

—Pero si siempre estás despotricando.

—¿Por el antiguo? Pues claro, pero es porque tú siempre andas rayada con la antigua.

—¡Ja! Esta sí que es buena. A mí me da igual esa hija de puta de voz dulce.

—Pues a mí no me da igual cuando tú te vas a ver a tu familia, con tus hermanitas, esas tan guays que tienes y que ¡oh, sorpresa! son, y siempre lo fueron, y se la maman, seguro, las amiguitas del alma del puto antiguo. Seguro que seguís follando.

—Eres una persona de mierda.

—Por lo menos, tengo forma.

Se va a la cocina, empieza a fregar platos con furia. Algunos pensamientos acuden como cuervos a su mente.

—Encima, la muy puta… Ojalá te mueras.

—¿¿Cómo??

Sofá.

—Hola, buenos días…

—(Silencio administrativo.)

—Mira: anoche se dijeron barbaridades en esta habitación… ya lo sabes. Se dijeron burradas y sólo estábamos tú y yo, así que…

—(Silencio despectivo.)

—¿No deberíamos hablarlo?

—(Silencio sulfuroso.)

—Por favor, tranquilízate.

—¿Qué? ¿Qué? ¿Qué?

—(Silencio cauto.)

—¿Que me tranquilice? ¿Serás hijo de puta? ¡Bah, vaya pregunta…!

—(Silencio esquivo.)

—Pero ¿cómo puedes ser tan cabrón? ¿yo qué te he hecho? ¡No te he hecho nada, tú eres tú y yo soy yo…!

—(No lo voy a decir: «¿quién es más tonto de los dos?»)

—Eres un mierda…

—(Silencio.)

Aun así, y aunque pueda o pudiera parecer imposible, Pere y María se siguen queriendo, como se han querido todos estos años de tango roto, de discurso disfuncional pero ajustado a un amor que siempre fue como agarrarse a las perneras del otro, al amado, llorando.

—Anoche, ¿por qué no me llamaste?

—No quería molestar…

—¿Qué? Pero me llamó tu amiga diciéndome que qué hacía, que estabais en medio de la calle porque el taxista te obligó, casi a hostias, a bajar para vomitar en un puto árbol…

—No te tenía que haber dicho nada.

—No, desde luego.

Cómo no bailar este tango roto, esta ida de olla de karatekas kamikazes, de karatekas dislocados; tanto amor. La desesperación. María quería a Pere a su manera, Pere la quería a ella a la suya, demasiado suya, quizá, seguro… Pero todo se veía luego envuelto en el alcohol y algunas drogas que, de tanto uso hoy, no tengo ni que nombrar. No por tabú. Tabú, nunca hubo. En ningún sentido. En ninguno. Pere identificó esto último con el amor absoluto. Seguramente, se equivocaba. Perdón, lo sé. He bebido demasiado otra vez. Disculparéis entonces que sea tan directo en mis explicaciones. Aunque, creedme, podría serlo muchísimo más.

Bueno: voy a serlo: …………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………..

Pere y María fueron a una boda. Fueron a la boda de una amiga de ella, allá en su ciudad de origen. Bebieron. Comieron. Bailaron mal que bien. Fumaron. Se drogaron en un rincón. Se querían. Bailaron más. Bebieron mucho y se metieron más droga. Bailaron el vals de los enamorados, el vals del trueno.

Follaron entre dos coches.

Al rato, él la pilló follando con otro entre otros dos coches. La premonición, de nuevo; el descalabro.

Pere se va de allí. Cree que no lo han visto. Le ha recordado a la peli Melancholia, cuando la protagonista, en su propia boda, y por un destino cósmico, se folla a un individuo al azar en el jardín. Solo que no es la boda de María, tal cosa no puede ser, y no va vestida de novia. Vale, ya está. No puedo más. Ha llegado el momento de cortar por lo sano. Y lo sano no eres tú. Hasta nunca. Me voy a ir y no me vas a ver el pelo nunca más en la vida. Cómo la quiero a la loca esta, espero que le vaya bien, porque conduce como una loca, siempre a toda hostia. Vivir contigo, amarte, es como bailar un vals con una bomba…

Disculpa, Pere: me había despistado. ¿Cómo? ¿Otra vez visitando recuerdos agradables, amargos y rotos? ¿No tienes bastante con las ciudades, todas esas ciudades que visitas de vez en cuando? Pero… sí, estoy contigo, entiendo lo del tango roto, lo del vals con una bomba. Desde luego, Pere, vaya carácter volcánico, cuando María se sulfura. Tú guardas silencio, como asustado, para que la cosa no vaya a más, pero se va agitando cada vez más, como realimentándose, como un volcán o como el trueno después del rayo, el anuncio de un trueno, que sabes que va a llegar y no puedes pararlo, nadie puede.

 

 

 

 

VALS DEL TRUENO

Llega el trueno
y yo me estremezco,
es todo un carácter,
es como un trueno.

No voy a guardar equilibrio en este vals,
no voy a guardar equilibrio mental.

Suena el teléfono,
lo estoy sintiendo,
retumba el cielo
y se pone negro.

No voy a guardar equilibrio en este vals,
no voy a guardar equilibrio mental.

Llega el trueno,
viene creciendo,
tiembla el suelo
hasta el cimiento.

No voy a guardar equilibrio en este vals,
no voy a guardar equilibrio mental.

He visto un reflejo
y llegará el trueno
prorrumpiendo
en derrumbamientos.

No voy a guardar equilibrio en este vals,
no voy a guardar equilibrio mental.

Y llegará el trueno,
siempre llega luego,
oscureciendo
el cálido cielo.

 

Texto: Fernando Alfaro

Ilustración: Erika Seven

 

 

«Los personajes y hechos retratados en este relato son completamente ficticios. Cualquier parecido con personas verdaderas, vivas o muertas, o con hechos reales es pura coincidencia»

 

 

 

Consulta aquí la historia de Pere y María en la que se inspira el nuevo disco de Chucho:

1 > Corazón roto y brillante

2 > Sombra lunar

3 > La ambulancia y el dolor

4 > Yoga love

5 > La carretera de la costa

6 > La feria animal

7 > Hoamm

8 > Vals del trueno

9 > Espalda brillante

10 > Agente Sebso

11 > Agujetas

12 > Otra ciudad

 

Un comentario en «Lo nuevo de Chucho a través de sus canciones: Cap. 8»

  • Muy buenos estos relatos. Fernando tiene una arte especial escribiendo y cantando. Deseando escuchar canciones como esta

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