Especial Depeche Mode: 25 años de Ultra
Se cumplen 25 años de la llegada de Ultra (1997), noveno disco de Depeche Mode y punto de inflexión en su carrera. Un álbum que llegó en una época de cambios para la banda, que pasaba a ser un trío por primera vez desde 1982, formación que ha mantenido desde entonces, a pesar del apoyo adicional de otros músicos para sus presentaciones en directo.
Habían pasado cuatro años de una obra de nuevo trascendental, Songs of Faith and Devotion (1993), que fue capaz de dar continuidad a Violator (1990) sin que su magia se resintiera un ápice y quizá, punto álgido de su carrera. Depeche Mode tuvo que darle continuidad en uno de los puntos más turbios de su trayectoria, lo que generó no pocas dudas acerca de su resultado, afortunadamente todas infundadas.
Devotional Tour había hecho mucha mella en la banda. Demasiados conciertos, demasiados excesos, algunas rencillas entre sus miembros y como suele ocurrir en estas ocasiones, todo terminó por saltar por los aires.
El primer palo en la rueda llegó con la salida de Alan Wilder en verano de 1995, harto de su papel de secundario de lujo. Él llegó tras la partida de Vince Clarke y desde entonces, había sido un contrapunto fundamental en el estudio y en sus giras: «Debido a la creciente insatisfacción con las relaciones internas y las prácticas laborales del grupo, con cierta tristeza he decidido separarme de Depeche Mode». Una ausencia insustituible
A la salida de su músico más dotado se unía el grave momento físico y mental de Dave Gahan. El 28 de mayo de 1996 el vocalista sufrió una sobredosis de speedball, una combinación de cocaína y heroína que se suministra vía intravenosa que dejó su corazón parado durante dos minutos. Por su parte, Martin Gore padecía serios problemas con el alcohol a causa de sus rupturas sentimentales y fue Andrew Fletcher quien se echó la banda a la espalda y se empeñó en el que el disco saliera adelante como fuera.
El resurgir del Ave Fénix
La banda quiso suplir a un genio de los sintetizadores como Wilder con el productor Tim Simenon (Bomb The Bass) que hizo un trabajo impecable. Hasta entonces Wilder había sido el arquitecto sónico y el arreglista de canciones del grupo, moldeando las composiciones de Gore junto con el productor Flood en álbumes como Violator y Songs Of Faith And Devotion. Ahora Gore quiso dejar en manos de Simenon todo ese trabajo,que terminó dando como resultado el disco más oscuro de su carrera desde Black Celebration (1986).
Ultra es un tratado de elegancia y ambientes siniestros con ciertos toques de triphop, que vuelve a apoyarse en las guitarras y se adentra en sus parajes más densos hasta la fecha. Atmósferas melancólicas e introspectivas. Todo ello empaquetado en un arte y unas sesiones fotográficas memorables a cargo del infalible Anton Corbijn, quien también se inspiró en ese lado oscuro que rodeaba al grupo.
Poco podemos decir de su contenido, entre lo reposado y lo afilado, con momentos para el recuerdo como la retorcida y asfixiante con ecos industriales «Barrel Of a Gun», la magia de «The Love Thieves», una balada con la que Martin Gore tocó el cielo quizá por última vez («Home»), el toque sensual de “It’s No Good”, el ritmo robótico apoyado en una guitarra de “Useless”, la gloriosa nocturnidad de “Sister of Night” o baladas pulsantes como “The Bottom Line” y “The Love Thieves”.
Ultra no tuvo gira como tal, debido a la condición física de Gahan y tan solo contó con un par de Ultra Parties en Londres y Los Angeles donde presentaron sus canciones. En 1998 Depeche Mode publicaban el recopilatorio The Singles 86-98 (1998), compilación doble que incluía los sencillos de los álbumes Black Celebration (1986), Music for the Masses (1987), Violator (1990), Songs of Faith and Devotion (1993) y Ultra (1997) y el single «Only When I Loose Myself» registrado en las sesiones de Ultra e inexplicablemente dejado fuera. Fue entonces cuando volvieron a los escenarios. Desde entonces han rescatado múltiples temas del álbum en sus sucesivos tours, en especial en su última visita a nuestro país presentando Spirit (2017), donde pudimos disfrutar de hasta cinco de ellos.
En Exciter (2001) volvieron a reinventarse y a abrazar la electrónica, luego llegó el digno Playing The Angel (2005) y quizá desde entonces, no han sabido mantener la cohesión que lograron en momentos tan difíciles como este, ni han sido capaces de llenar el vacío que dejó Alan Wilder. Veremos qué nos ofrecen en el futuro.
Escucha ‘Ultra’ de Depeche Mode
Un album, el cuál rara vez se le tiene en cuenta pero voy a mojarme y como concepto total de disco
lo situo justo después del Violator.
Fletcher se quedaba sin curro y se echó a la banda a la espalda porque no le quedaba otra. Nunca entendí el papel de Fletcher en la banda. Podían haber puesto a un mono con un tambor y seguir sonando igual. Cuando tuvieron que elegir en sus disputas, le eligieron a él antes que a Wilder… Para mí siempre serán un dúo después de la salida de Wilder.