Marc Almond + Alex Lipinski (Sala Shoko) Madrid 31/3/23

Marc Almond es uno de los últimos representantes de una estirpe de artistas de los que raramente se ven en estos tiempos. Ya desde sus primeros trabajos en Soft Cell a comienzos de los 80 exhibía un gusto fuera de lo común, uniendo en una curiosa mixtura los bajos fondos, los personajes turbios en sucios y peligrosos tugurios, con una visión del stardom más propia de gente como Liberace, Tom Jones o Frank Sinatra. Te lo puedes imaginar tranquilamente tanto en los peores bares de la Barcelona preolímpica como vestido de lamé cantando en el Sands mientras el rat pack consume martinis sin cesar entre el público.

Con un retraso de casi dos años debido a los rigores de la pandemia (que casi parece ya un lejano recuerdo, pero tenemos muy reciente) llegaba esta gira, ahora renombrada Chaos and the Hits, donde presentar los temas de su último álbum y, evidentemente, los hits, esos grandes éxitos que nos llevan arropando toda la vida.

Curiosa elección la del telonero, Alex Lipinski, que salió a defender su trabajo con la única compañía de su guitarra eléctrica y dejó buenas sensaciones. Tras girar con los Lemonheads de Evan Dando y ser premiado como el mejor artista masculino del año por Radio Wigwam, ha cogido bastantes tablas y se puede desenvolver bastante bien frente a una audiencia que, después de todo, no está ahí por él, que lo asume con humildad y elegancia y presenta sus composiciones de rock bastante estándar, teniendo en cuenta que es una one-man band. Tenía en Madrid, además, la ingrata tarea de sustituir a Neil X, que, lesionado, tuvo que regresar con urgencia a Londres, como miembro de la banda de Almond. Muy correcto, habrá que seguirle la pista.

Marc Almond salió al escenario como lo que es, una estrella de los pies a la cabeza. Fue alternando temas de su último álbum, Chaos and a Dancing Star (BMG, 2020), como Black Sunrise, con maravillas de su catálogo comoThe Stars We AreoBittersweet” (The Stars We Are, Parlophone, 1988) oMy Hand Over my Heart” (Tenement Symphony, WEA, 1991), para ir calentando a un público que ya venía rendido de casa; era mirar alrededor y veías gente llorando, lo que no me extraña ni un poquito. La ausencia de Neil X obligó a hacer un set con algo menos de guitarra y más teclados; así, se sucedieron “Under your Wing” (Stranger Things, Blue Star Music/XIII Bis Records, 2001) y esa absoluta barbaridad que es “Black Heart”, de Marc & the Mambas, acaso una de las obras más descarnadas en una obra que destaca por su tremenda intensidad emocional.

Sonaron también, de las recientes, “Hollywood Forever” y “Golden Light”, para desatar la locura con una “Bedsitter” espectacular, que no ha perdido un ápice de verdad desde 1981, una versión muy intimista de “Purple Zone”, incluida en el último largo de Soft Cell y de la que Pet Shop Boys han hecho remezcla antológica, “The Days of Pearly Spencer” y “Tears Run Rings”, canciones que siendo muy distintas conectan con ese lado crooner, dramático y camp del que siempre ha hecho gala. “Something’s Gotten Hold of My Heart” convirtió la sala en un karaoke (normal) y “Jacky” hizo las deicias de los que, como yo, somos fans de Jacques Brel y Scott Walker, dos de las grandes influencias de Marc Almond.

No hubo retirada para hacer bis, se saltó el paripé y directamente tocaron una versión del “John, I’m Only Dancing) de David Bowie, y, como no podía ser de otra manera, “Tainted Love”, el mayor éxito de su carrera sin haber visto un euro de lo que generó (es una larga historia) y la maravillosa “Say Hello, Wave Goodbye” (Soft Cell, Non Stop Erotic Cabaret, 1981) que lleva décadas poniendo banda sonora a todas nuestras rupturas desde que tenemos edad para romper con alguien. Después de esa canción no se puede seguir con nada más, así que todos entendimos que se acababa la velada, otra gran noche que nos brindó un artista único e irrepetible.

Fotos Marc Almond: Susana Godoy (en Valencia)

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