Primavera Sound 2023 (Parc del Fòrum) Barcelona

Tras una jornada inaugural espléndida con unos Pet Shop Boys en estado de gracia, y ofreciendo un setlist de los más de alguno mataría, este Primavera Sound ha dejado más de un momento interesante. Antes de meternos en materia, volvamos a incidir en algunos aspectos que la organización debería mejorar, y que causaron algún que otro estropicio en una servidora que les escribe.

¿Las personas con movilidad reducida tenemos los mismos derechos para ver cómodamente un macrofestival de estas características? La respuesta es NO. Barreras arquitectónicas por todos los lados (que si cableado por aquí y allá que parece que sea imposible esconder mediante zanjas, distancias largas que la organización decidió que se tenían que solventar cada uno por su cuenta – con su bastón o muletas y a ritmo de tortuga- porque los carritos para transportar gente con PMR se habían volatilizado). Estos impedimentos se solventaron con una reclamación formal por escrito que espero que sirva para la cosa mejore. Porque no solo de abastecer con cerveza, cubatas de baratillo a coste de 9 euros, comida vegana a precio metavegano, o de turisteo de selfie se hace sostenible un evento así. Una marca como el Primavera Sound debe atender a crear un espacio más amable e inclusivo, incluso para personas con taras que no salen sonriendo en sus anuncios de gente feliz y saludable y encantada de conocerse. Pero al grano.

Jueves 1 de junio

Como ustedes sabrán, queridos lectores, entrar en un festival tan mastodóntico significa ir perdiéndote por un maremoto de propuestas musicales seguramente interesantes, pero como uno no puede desdoblarse es mejor mantener la calma, e ir aplicadamente a la aplicación del Primavera Sound (perdonen la redundancia), y seguir la ruta marcada con corazones de “like”-sí-esto-lo-tengo-que-ver”. Tanto input te deja KO, así que keep calm.

La primera jornada del 1 de junio, y con un bochorno de esos que poco incitan a caminar sino más bien a beber cobijado a la sombra de los pinos como decía la canción de María del Monte, me fui a ver a Cabiria al escenario Plenitude. Lo de esta mujer es maravilloso en lo estético y sobre todo en lo musical. Su mezcla de italodisco, funk, y harmonías vaporosas me sedujo. Fue un set breve pero intenso, con unos visuales además muy sugerentes. Cantó temas tan bonitos como “Ave Del Paraíso”, “Disco-Café, o “Una Costumbre Ancestral”. Una artista que está teniendo una proyección imparable.

En el escenario Dice se arremolinó una marabunta de inglesas borrachas con ganas de pogo. Oye, pues allí que voy, aunque por si acaso me alejé para no morir entre empujones y duchado en cerveza. En ese escenario actuaba un personaje -porque es todo un PERSONAJE- llamado joe unknow. Fue un concierto estupendo, con trallazos de punk-rock con la testosterona a tope que me puso hasta cachondo. Buscó un cabeza de turco para un improvisado pogo comunal, y lo encontró en la figura bonachona de un inglés que tenía una caraja de las buenas. Mientras joe bombardeaba a la audiencia en plan Sleaford Mods, al de la caraja le llovieron hostias como panes. Ritual muy hetero y muy rock y muy bonito.

En este Primavera Sound se ha apostado por las nuevas bandas de post-punk que llegan de Inglaterra, y a decir verdad, tuvieron bastante buena acogida por la audiencia. Un servidor se decidió por ver a Black Country, New Road, que han editado un par de disco, el primero muy bueno aunque el segundo ya tiene esa horrible tendencia al sinfonismo para epatar al personal. El escenario de Estrella Damn estaba bastante lleno para verlos. A mí me parecieron una broma pesada, muy pesada. Un cruce entre rock progresivo, Gwendal y Arcade Fire. Resultado: su art rock o como quieran llamarlo, acabó siendo un bonico mosaico de sonidos para escuchar en la sala de espera de un dentista. Eso sí, un calor de cojones. Sigamos.

Caminando en busca de agua (¿dónde están las fuentes?: la encontré, y tenía un mecanismo de irrigación muy chachi, muy marca Barcelona-style) alguien me paró para ofrecerme una careta. Era para ver a Ghost, me dijo, y si eso te la pones que estás más mona. Me la puse, obvio. En el escenario Amazon aparecieron los anti-cristo en persona. ¡Madre mía, si hasta se trajeron al papa en una urna! Divino. La actuación fue AOR por un tubo (“Spillways”), versiones (la de Genesis “Jesus He Knows Me” estuvo bien), y mucho riff y tonterías las justas. Olvidaré pronto este aquelarre.

Sin duda uno de los conciertos más esperados de la primera jornada del Primavera Sound Barcelona 2023 fue NxWorries, que robó el corazón de los asistentes y los dejó con ganas de más, tras más de 90 minutos de concierto, que para el formato Primavera Sound es largo. Con su fusión única de R&B y hip-hop, Anderson Paak y Knxwledge, el dúo que conforma NxWorries, ofreció una actuación inolvidable. El escenario Santander se iluminó con una atmósfera vibrante y expectante cuando el dúo hizo su entrada triunfal.

Luis Moner

Paak, conocido por su presencia enérgica y talento vocal, cautivó a la multitud desde el primer momento en que pisó el escenario. Con su voz soulful y su habilidad para dominar el ritmo como buen batería, creó una conexión instantánea con el público que mantuvo hasta el final. Acompañado por los excelentes ritmos de Knxwledge, el culpable del sonido inconfundible de NxWorries, el dúp desató canciones que resonaron en todo el recinto como su single “Suede” y “What More Can I say”. Anderson Paak y Knzwledge demostraron su destreza musical y su habilidad para crear una experiencia envolvente y emocionante. Su presencia escénica y la buena energía que transmitían dejó una huella duradera en todos los asistentes.

Mar Rubio Boné

Lleguée justo para ver en el Auditori Santander a una de las mejores bandas de rock que se pueden escuchar en la actualidad, los fantásticos Come. Thalia Zedek and Co. Ofrecieron un bolo tremendo. Podías retener en tu memoria la fuerza de los Stooges, las cadencias silentes de Codeine, el desgarro de Patti Smith… Memorable pase. Salí de allí con la electricidad metida en el cuerpo. Tenía ganas de ver a New Order.

Los de Manchester actuaron en el escenario Estrella Damn. Arrancaron con “Regret”, pero la cosa no fluía bien, parecía una versión descafeinada. Pero Bernard Sumner se puso las pilas y la maquinaria parecía que estaba debidamente engrasada habida cuenta de las excelentes tomas de “Age Of Consent”, “Bizarre Love Triangle”, y una “Blue Monday” que está ahí para que la bailemos hasta la vuelta al curro. El final con “Love Will Tear Us Apart” fue un precioso guiño a sus inicios, y oye, ni tan mal.

Viernes 2 de junio

Con el cansancio de la jornada del día anterior, y con mi app del festival lleno de wishlists entré en el recinto del Fòrum para empezar otra jornada de estrés musical. Qué mejor que aislarse del bullicio que entrar en el Auditori Santarder para ver al gran Israel Fernández acompañado por el guitarrista Diego de Morao. Fue un concierto excelente de flamenco. Israel canta con una pasión que te pone los pelos de punta. Bulerías, tientos, seguiriyas, palos que conforman un repertorio muy peculiar en la forma de entender un arte siempre en continuo maridaje, aunque los puristas ya están para dar la nota discordante.

Israel Fernández

Había que correr para pillar algo del pase de los neozelandeses The Beths, que llevan más un lustro haciendo canciones la mar de bonitas. Ya se sabe que la receta mágica de los estribillos eternos del pop se hacen en laboratorios de por allí. En el escenario Dice pudimos disfrutar de temas como “Whatever” o  “Watching The Credits” que tienden un puente con el indie rock de los padres fundadores del kiwi sound. Qué alegría más buena para el cuerpo.

Ver a los Wedding Present siempre es un placer, tampoco voy a decir algo que ustedes no sepan. Las huestes de David Gedge estuvieron en el escenario Ron Brugal tocando clásicos que, quizás en un entorno como este repleto de oferta musical, no tuvo la atención de la gente que sí merecía. Nos reunimos pocos para oír temazos como “A Million Miles”, “Kennedy”, “My Favourite Dress”… .Vamos, rock de pata negra.

Lo mejor de esta jornada, y creo que de todo el festival junto a los Pet Shop Boys, fue la maravillosa exhibición de los Sparks. Los hermanos Mael demostraron que tras cincuenta años de carrera su propuesta continúa siendo excitante, siempre rompedora e inesperada. Un placer escuchar las canciones de su último disco – The Girl Is Crying In Her Latte es magistral- como “We Go Dancing”, o la titular, e intercalando piezas insignes como “Balls”, una divertida “Bon Voyage”, hasta finalizar con “All That”. Un concierto fuera de serie.

La cita más esperada del festival, y de este día en concreto, era ver a los Depeche Mode. La explanada Mordor donde se ubicaba el escenario Santarder estaba a reventar, así que no hay duda de que los de Essex son un grupo de estadio en toda regla. A mí los manierismos rockeros de Dave Gahan me repelen un tanto, o mucho. Esos ademanes de estrella rock (gestualidad sexual tirando a ridícula, eso de llevar el micro a las masas para que canten, esos riffs…), contrastan con la forma más humilde de Martin Gore de expresarse ante la audiencia. Quizás pienso como un amigo que me dijo que, desde que los Depeche Mode cogieron una batería, se han vuelto demodé. En fin, para gustos los culos, aunque temas buenos tienen para reventar miles de baterías de móviles que los enfocaban para inmortalizar el contoneo de culito de Gahan.

Me fui para casa pensando que exaltar a las masas con música debe ser para los artistas lo más, pero el mesianismo no lo llevo muy bien. Corto y cambio.

Luis Moner

La segunda jornada del festival, que destacó por su diversidad musical, ofreció a los asistentes una experiencia irrepetible con una variedad de actuaciones destacadas, Entre los artistas que se robaron el espectáculo, Four Tet, Kendrick Lamar, Fred Again y Skrillex elevaron la experiencia musical a otro nivel.

Four Tet, reconocido por su estilo ecléctico y experimental, cautivó a la audiencia con una actuación única en el Amazon Music. Su fusión de géneros como el ambient, el house y el techno creó un ambiente hipnótico que llevó a los espectadores a un estado de trance alegre, con canciones como «Baby», uno de sus mayores hits, «Butterflies», un remix de «Love Story» de Taylor Swift. Lamentablemente, tuve que marcharme antes del final para llegar a Kendrick Lamar.

Después de llegar corriendo al escenario Estrella Damm y escuchar la épica “Personal Jesus” de Depeche Mode mientras avanzaba entre el público, empezó a palparse la tensión en el aire. Después de unos minutos de eterna espera, apareció uno de los artistas más influyentes del hip-hop contemporáneo, Kendrick Lamar, que hizo temblar el escenario con su enérgica actuación y su lírica poderosa. Nada más pisar el escenario, el público estalló en una ovación atronadora. Con temas como Money Trees, HUMBLE y la magnífica aparición de Baby Keem para Range Brothers que resonaron en los corazones de los presentes y su habilidad para mezclar mensajes sociales profundos con una ejecución magistral, Lamar demostró a los que todavía dudaban por qué es considerado uno de los mejores artistas de su generación.

Desplazándonos un poco hacia la derecha, nos encontrábamos ya en el escenario Santander, donde los más fieles seguidores se habían posicionado con antelación para estar lo más cerca posible del productor y DJ de moda, Fred Again. El artista, conocido por su enfoque innovador de la música electrónica, sorprendió al público con una actuación llena de energía y emoción. El británico consiguió lo imposible, crear un ambiente íntimo con miles y miles de personas bailando y gritando con su actuación. Sus mezclas perfectamente elaboradas y su selección de temas eclécticos mantuvieron a la multitud en constante movimiento. Empezó con «Found You», la intro de su famosa Tiny Desk, y continuó con grandes hits como «Baby Again», «Rumble» y «Marea». Con momentos de euforia y de introspección, Fred Again creó una montaña rusa emocional que dejó al público queriendo más. Sin duda, el artista destacó por su destreza y por su gran sensibilidad, gracias a las cuales su actuación fue uno de los mejores momentos que nos regaló el festival este año.

Después de estos artistazos, apareció el que no necesita presentación, Skrillex, que hizo vibrar el recinto con su estilo único de música electrónica. Sus impactantes bajos y ritmos frenéticos crearon una atmósfera llena de adrenalina y nostalgia. Los asistentes se entregaron por completo a la energía desbordante del DJ, saltando, bailando y gritando al ritmo de cada canción. Con hits como la mítica «Make it Bun Dem» con Damian Marley, «In Da Getto» con J Balvin, «Where are Ü Now» con Justin Bieber movió a las masas y con temas como «Rumble» con Fred Again y Scary Monsters and Nice Sprites removió lo más profundo de sus más fieles seguidores. Su habilidad para mezclar géneros y su dominio de la producción musical se hicieron evidentes durante su actuación, dejando a todos extasiados hasta el último minuto.

Cada uno de estos artistas ofreció una experiencia musical única, desde los ritmos envolventes de Four Tet, pasando por la lírica poderosa de Kendrick Lamar, hasta las mezclas llegas de energía y emoción de Fred Again, y finalmente, la descarga de adrenalina que nos brindó Skrillex nos confirmaron que el Primavera Sound no decepciona cuando de trata de seleccionar los artistas.

Mar Rubio Boné

Lo de Blur fueron palabras mayores. Su repertorio sin fisuras que es como el brillante y no se desgasta ni deteriora. Da igual que hayan pasado 10 años desde su última aparición como banda, siempre es el momento apropiado para volver a vibrar con una colección de himnos que volvieron a encadenar en su concierto de Barcelona. Un repertorio que no solo nos volvió a obsequiar con las muy esperadas «Beetlebum», «Country House», «Parklife», «Girls & Boys» o «Song 2», sino que sacó del cajón sorpresas como «St. Charles Square», «Popscene» o «Luminous», aparte del maravilloso adelanto de su resurrección discográfica, «The Narcissist». Otro baño de masas.

Sábado 3 de junio

Exhaustos de tanta música uno llega a la tercera jornada con el plan de dejarse llevar sin demasiadas pretensiones de ver a muchos artistas. El cansancio ya se apodera de uno, aunque la jornada prometía cosas interesantes. Allá vamos.

En el escenario Dice actuaba uno de los dúos más interesantes del pop estatal. Desert han ido confeccionando un cancionero cada vez con mayor calado, tirando de sonidos ingrávidos que beben del UK garage, de la electrónica de Burial, y ciertos ambientes mediterráneos. Una música hibrida que va mutando a cada paso. Excelente concierto.

Una de las grandes debilidades de este festival era asistir al pase de John Cale en el Auditori Santander. El galés a sus 81 años tiene una presencia impactante. Armado con su piano electrónico, y acompañado por bajo, baterista y guitarra, desgranó parte de un excelente Mercy. Esa toma de “Moontrack (Nico’s Song) me puso la carne de gallina, y más cuando de fondo aparecían fotos de la musa warholiana.  Su versión de “Heartbreak Hotel” tuvo algo de canto chamánico, y fue como si el bullicio del exterior no importara. Estabas en una nube.

 

Tocaba descansar de tanta marabunta, así que ir a la explanada a tirarse por ahí no era mala idea.

Luis Moner

Jockstrap, una banda experimental con un enfoque artístico único, nos deleitó con su propuesta vanguardista en el escenario Dice. Con una combinación de géneros como el pop, la electrónica y elementos de jazz, Jockstrap cautivó al público con su originalidad y creatividad. La vocalista Georgia Ellery deslumbró con su voz poderosa y emotiva. Su actuación fue un torbellino de sonidos innovadores y una muestra de que la música puede romper barreras y explorar nuevos horizontes. Destacó su sencillo 50/50, con instrumentación vibrante, una base rítmica enérgica y elementos vocales y electrónicos que agregan capas de textura a su innovador sonido.

Mar Rubio Boné

Esperaba el gran acontecimiento de la noche, Rosalía como cabeza de cartel, pero antes se tenía que sufrir, porque mira que es un sufrimiento, a Calvin Harris.

El productor y dj británico hizo bailar hasta reventar a las hordas de británicos que por ahí estaban dándolo todo, mientras alguno potaba por la hierba (también). ¿Qué decir de Harris? Pues que es radioformula chabacana que, con su punto, uno baila, sí, pero que resulta de lo más convencional.

En Muzikalia, el que esto suscribe, ya ha hablado mucho de Rosalía, pero me doy cuenta -más aún después de ver su pase en el Primavera Sound– de que los mirar hacia otro lado y no constatar el talento de la catalana empieza a ser algo que, de tan evidente, solo puede justificarse por cierta cerrazón mental. Pocas veces nos encontraremos con un fenómeno mainstream como ella, y de eso, quizás, tendríamos que sacar algún argumento a favor sin manejar adjetivos que tienden al desprecio, y la incapacidad de ver más allá de tus referentes rockeros.

Luis Moner

Rosalía, la sensación española de la música global, irrumpió en el escenario Estrella Damm con su estilo inconfundible y su pasión arrolladora. Es indudable que gran parte de los asistentes del sábado estaban ahí por ella. La artista fusionó el flamenco con el pop y la electrónica, creando un sonido único y adictivo. Su voz poderosa y su magnífica presencia escénica capturaron la atención de todos los presentes. Interpretando éxitos como «Saoko», «La Fama» con The Weekend, «Linda» con Tokischa y «Despechá», se ganó a todo el público, que se dejaba guiar por la artista y productora en una experiencia sensorial en toda regla. Con temas como «Hentai», con la inconfundible intro de su abuela hablándole de lo que le parece el camino que ha decidido tomar y con la excelente interpretación a la voz y al piano de Rosalía, la artista llegó a lo más profundo de los asistentes.

Su actuación fue un testimonio de su talento y de su capacidad para conectar con las emociones de su audiencia. Siguiendo con grandes momentos como «Motomami», «La Combi Versace», los temas con su pareja Rauw Alejandro «Beso Y Vampiros», «Malamente» y «Cute», finalizó una actuación impecable a nivel vocal y que destacó por el control del movimiento y el dominio del escenario de la artista catalana. Sin duda cuando Rosalía esté en algún cartel de festival, hay que ir a verla, sin importar con quién se solape.

La noche culminó con Jayda G, una DJ y productora reconocida por su enérgico estilo de house y disco. Hizo vibrar al público con sus ritmos contagiosos y su carisma desbordante. Sus mezclas impecables mantuvieron a los asistentes en constante movimiento, creando una atmósfera de alegría y celebración. Con su brillante actuación y dominio del arte de pinchar, Jayda demostró por qué es una de las artistas más destacadas en la escena de la música electrónica actual. El mejor momento de su set, como es de habitual en sus últimas actuaciones, fue «Both of Us», que destaca por su ritmo animado y sus melodías pegadizas, combinando elementos clásicos del house y elementos de la música disco creando una fusión irresistible. Jayda también aporta su propia voz a la canción, añadiendo una capa adicional de calidez y personalidad a la pista. Fue un muy buen cierre de otra jornada espectacular del Primavera.

Mar Rubio Boné

Fotos Primavera Sound: Sharon López, Clara Orozco, Eric Pàmies, Christian Bertrand, Paco Amante, Sergio Albert (Primavera Sound)

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